•My Dear Lover• ||JenSoo~

XIX

Sus ojos, inexpresivos, mirando la luna, tratando de evitar derrochar más lágrimas. La otra; perdida. Tal vez en su belleza, en las palabras que había dicho, en la luna, o simplemente en todo aquello.

—¿Por qué fumas?

—Ya te lo había dicho.

—No recuerdo.

—Para distraerme.

—Eso te hará mal, Jennie.

—¿Crees que no lo sé?— JiSoo la miró a los ojos, seria.

Puso dos dedos en sus labios, y con estos sujetó el cigarro que Jennie sujetaba. Cuando los alejó, lo apago con la baranda y lo tiró al piso.

—No lo necesitas, puedes distraerte con otras cosas.

—JiSoo...— Susurró.
Jennie se acercó y con sus manos sujetó la delicada cara de la mayor, como si de porcelana se tratara.
Ambas se miraron fijamente, haciendo que los ojos de JiSoo se iluminen. Jennie, al verla así, sentía que estaba a punto de entongar por su belleza.
Ambas se acercaron, rozando sus narices y cerrando los ojos ante eso.

—No me puedes gustar Jennie.

—¿Qué?—Se alejó, confundida ante lo que había dicho.

—No podemos hacer esto, yo... yo estoy casada, tu eres famosa, es peligroso.

—JiSoo,—rió aliviada— ¿qué importa? Ya hicimos de todo, para arrepentirnos ahora. Podemos repetirlo cuántas veces quieramos, ya da igual.

—Pero, yo no quiero dañar a Lisa. Yo la amo.—Jennie se limitó a reir y entrar a la casa, indignada.

JiSoo permaneció afuera, pensando que la otra volvería en un rato. Se apoyó en la baranda, nuevamente, pensando en Lisa. JiSoo no era capaz de imaginar lo que estaba pasando en su casa, y mucho menos qué pasaba en la que estaba. De cierto modo, JiSoo era inocente, o simplemente no quería afrontar la realidad que se le presentaba.
Infló sus cachetes al notar que Jennie no volvía, y decidió entrar, ya que hacía frío. Ya estando dentro, buscó a Jennie con la mirada; no estaba cerca. Deslizó las puertas de el balcón y buscó su celular en su bolso, lo agarró y se sentó en el sillón para revisarlo.
Tenía un mensaje de Jennie, se extrañó bastante de esto, ya que estaban en la misma casa, pero más confusa quedó al leer lo que estaba escrito.

"Cuando quieras acuestate, me da igual."
Ahí entendió que la había echo enojar y/o entristecer. Se sintió terrible.
Entró a la habitación, esta permanecía oscura y silenciosa. Supuso que Jennie ya estaba cansada, y para no estorbar buscó unas sábanas y volvió a el sillón sin hacer mucho ruido. Dejó su bolso con sus pertenencias en una de las sillas, extendió las sábanas y se acostó en el sillón.

El silencio le consumía, hacía que se desespere. Pensó en lo que había sucedido, se sentía mal, pésima por hacer que Jennie se enojara. Una pequeña lágrima bajó por su mejilla, se la limpió con la sábana y decidió intentar dormir, para intentar calmarse, pero cada pequeño ruido le distraía, haciendo que se mantenga alerta.
Después de un tiempo fue cuando consiguió consiliar el sueño.

•-•

Lisa y Chaeyoung despertaron por la luz que entraba por uno de los ventanales de la casa, pero ninguna quería levantarse.
La tele seguía prendida, pero con el volumen bajo. Estaban dando las noticias diarias, y se encontraban hablando justamente de Jennie. Por un momento, Lisa pensó en cambiar al sentirse incómoda con Rosé, pero recordó que ella no la reconocía.

—Mañana vendrá una invitada especial, Jennie Kim. Y nos confirmó que Vendrá con su representante. ¿Quién será?

—Yo creo que es la chica que mencionó en su cuenta de instagram continuamente. Ya saben que Jennie no es muy sociable. Además, creo que esas dos se traen algo; están muy unidas últimamente.

—¡Cómo puedes decir eso! Esa muchacha se ve que está casada, no creo que sea lo que dices. Aunque conociendo a Jennie...— rió.

Lisa, al escuchar tales palabras, se puso roja de la furia y cambió el canal. Pero parecía que el día estuviera en su contra, pues también estaban hablando de Jennie en varios canales más.

La fama de ésta había subido cuando anunció que sacaría pronto una canción, algo que nunca había hecho y daba mucho de qué hablar.
Apagó la tele, y fue directo al baño para despejarse e intentar calmarse.
Se lavó la cara con agua fría, se cepilló los dientes y fue a buscar ropa para cambiarse.
Era lunes, debía ir a trabajar a las dos y ya era medio día. Decidió hacer algo para comer con Rosé antes de irse, así tenía energías para las dos horas que se las pasaría bailando.

Cuando terminaron de almozar, Lisa preparó un par de cosas mientras intercambiaba palabras con la otra. Ella se quedaría en la casa, ya que no se sentía bien como para acudir a las clases.
Lisa tomó asiento en el sillón, esperando que pase un poco más de tiempo para irse. Rosé, aprovechó que JiSoo aún no llegaba para jugar con la menor. Se sentó en el regazo de ésta, y la miró a los ojos.

—¿Qué pasa, Rosé?— preguntó, confundida.

—Nada, tan sólo me aburro. ¿Jugamos?— Habló con una sonrisa pícara, jugando con el pelo de la otra.

—Rosie, en un r-rato tengo que ir a trabajar, no puedo jugar ahora.

Rosé agarró los brazos de Lisa y los pasó por su cintura, para tener más contacto físico.

—Y... ¿no podrías quedarte un ratito más? Puede ser un juego algo rápido.— hablaba mientras acariciaba su brazo, apoyando finalmente la mano en su hombro.

—C-Chae, debo irme.—tartamudeaba nerviosa.

—¡Vamos! Me aburriré estando sola aquí o en mi casa.— colocó un puchero en sus labios.

—Permiso Chae, debo irme.—hablaba nerviosa, pero la otra no le obedecía.

Rosé comenzó a acariciar su mejilla, mirando sus labios, haciendo que Lisa haga lo mismo por instinto. Mientras ambas se iban acercando, un gran estruendo en la dirección de la puerta mantuvo toda la atención de ambas.

JiSoo estaba tirada en el piso, se había desmallado apenas entrar a la casa.