El Ruiseñor

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Jueves por la mañana, definitivamente este día no lo empece de la mejor manera.

—Quieres levantar el trasero de una buena vez—La voz de Aaron entró por mis oídos haciéndome despertar...De nuevo.

Ya hubiese tocado y gritado unas dos veces más pero volvía a caer rendida en los brazos de Morfeo. Anoche me acosté extremadamente tarde haciendo un informe a última hora,estos últimos dos días han sido estresantes.

Cubrí mi cabeza con una almohada—Ya voy.—Mentira.

Estaba quedándome dormida nuevamente con la almohada en mi cara. Sentí como alguien arranco las sabanas así cubriéndome una frío infernal.

—Dije que ya voy maldita sea.—Me quite la almohada de la cara y enfrente a Aaron.

—Cinco minutos,si tardas más que eso te irás en pijama.

Salió de mi habitación y a regañadientes me levante de la cama y me metí a la ducha.

Los últimos dos días fueron tan estresantes que ni siquiera me daba tiempo a comer en la cafetería,siempre estaba llenando cuestionarios o haciendo cualquier tarea que se me olvidaba hacer.

Al terminar de hacer todo baje las escaleras corriendo—Aaron,vámonos.

Cogí las llaves del auto y de la casa, cerré y nos dirigimos a la escuela.

—Mierda...

—¿Que?—Aaron mira a mi dirección.

—Tenemos que echar gasolina—Dije mirando la señal de combustible.

—Estas bromeando,¿no?—Yo negué con la cabeza.—Maldita sea,Allison.

—Perdón,tú no eres el que ha tenido una semana apretada.

El chico de 15 años a mi lado no dijo nada y se mantuvo callado hasta que llagamos a la gasolinera,al terminar conduje rápido dentro los límites de velocidad al Colegio.

—Nos vemos a la salida—Le Dije a Aaron cuando cada uno cogió su camino. Lo pasillos estaban más vacíos que el corazón de Danielle,en ese momento me di cuenta de que estaba jodida.

Subí al segundo nivel me dirigí al salón de Matemáticas.

Toque la puerta de espacio y un adelante se escuchó de adentro.—Allison Wood,tarde—Hablo la maestra en cuanto puse un pie adentro,todas la miradas cayeron encima de mi.

—Si,lo se pero...—Balbucee.

—No puedes entrar a mi clase—Abrí la boca para protestar—Sal.

Solté un suspiro y decidí no insistir.

Anduve por ahí sin saber que hacer, pase por la biblioteca y entre,básicamente la biblioteca siempre estaba solitaria ni siquiera las personas más inteligentes venían aquí, yo tenía bastante tiempo que no entraba,era un lugar realmente grande de dos niveles con algunas mesas y sofás regados por si quieres venir a pasar el rato,solo que nadie lo hacía.

La bibliotecaria al verme me regaló una sonrisa y yo sé la devolví,camine por ahí viendo si encontraba algo interesante que leer,sin éxito, subí al segundo piso donde también habían varios muebles.

Empece a caminar por unos de los estantes viendo los libros hasta que mi vista se fue a unos de los pequeños muebles que había y vi a alguien sentado.

Enarque un ceja y camine a su dirección, él levantó la vista y con desinterés volvió a ponerla sobre el libro que estaba leyendo.

—Hola—Dije antes de llegar a el.

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