Kyle me ha estado apoyando muchísimo. Quiere verme feliz y que todo esté bien entre Carlos y yo, incluso habló con él para convencer a Carlos de que no había nada entre nosotros y todo eran imaginaciones suyas a las que no debe hacer caso.
Siendo sincera, Carlos ha cambiado. Se centra mucho en mí, quiere hacer cosas conmigo, y me dice lo mucho que le importo muy a menudo. A veces, vuelve a crear planes de futuro junto a mí con mucha antelación mientras me envía textos enamoradizos por teléfono; me dice de reservar una habitación de un hotel o incluso me comenta que si tuviera hijos le encantaría que fuese conmigo, y la verdad es que todo esto me agobia. No quiero escuchar tantos planes de futuro porque justo lo que necesitaba y sigo necesitando es alejarme, un tiempo largo, definido, o quizás ilimitado. Me gustaría tener más espacio y no verme comprometida por la ilusión de los planes de futuro de Carlos; y digo de Carlos porque míos no son, o al menos, no siento que sean, y temo arrebatárselos de forma cruel y hacerle un daño que no deseo en absoluto hacerle.
A pesar de los agotadores exámenes, las clases se han convertido en amenas por el simple hecho de que Kyle está ahí. Me distrae, me hace reír, y me escucha siempre y todo el tiempo que necesite. Es maravilloso... tiene una sonrisa tan dulce; a veces me gusta hacer o decir payasadas solo para encontrarme con ella de nuevo, en su rostro. Me resulta tan gratificante hacer sonreír a las personas, y a él... me encanta, continuamente. Las clases ya son una adicción y separarme de Kyle es personificar la impaciencia a través de mí. Lo mismo no son las clases... sino, ¿Kyle?.
Nuestro profesor de diseño parece darse cuenta que... bueno en realidad no hay nada, ¿no? Pero siempre bromea de... -Es que me pone tan nerviosa cuando nos lo dice- ...como si tuviéramos algo. Y me pongo muy colorada cuando bromea de esa forma, no soy capaz de levantar la cabeza o mirarle sin mostrar una sonrisa tonta.
Lo gracioso es que a Kyle le pasa igual. Se enrojece, se enfurece un poco por las bromas, e incluso noto que sus manos comienzan a sudar.
¿Será que... quizás le guste?
A decir verdad, desde que volví con Carlos hay algo en Kyle que me preocupa. Algo que me desconcierta y entristece.
Normalmente me cuesta mucho reconocer que siento cosas por alguien o que yo le guste a otra persona aunque verdaderamente lo perciba en su actitud; y, a decir verdad, Kyle no es el mismo desde que volví con Carlos. Lo noto en sus ojos. A veces le duele mirarme, le duele pasárselo bien conmigo, le duele que seamos tan amigos y... le cuesta aceptar el hecho de que le guste tanto que no pueda tenerme, aunque suene egocéntrico por mi parte, es lo que siento. Leo en sus ojos fascinación por mí, pero una fascinación -aparentemente- no correspondida. Además, no es mi mente la única que sospecha de esto, mi compañera Rocío me ha dicho que también lo ve muy preocupado por mí.
Cuando le hago reír, bromeamos o incluso le hago cosquillas en el brazo, su felicidad no dura mucho tiempo. Como si se diese cuenta de que no puede seguir así, que debe quitarme de la cabeza para seguir su camino porque nunca podrá tenerme. Me duele verle así y muchas veces intento animarle.
Le veo cabizbajo sobre sus cruzados brazos en la mesa, la mirada apagada e incluso a veces, con los ojos un poco humedecidos.
- ¿Estás bien? Te callaste de golpe...
- ¿Yo? Sí claro, estoy bien. No te preocupes. ¿Qué iba a pasarme?- Me dice sin apenas mirarme, un tono de piel algo enrojecido y su mirada decaída y sin fuerza.
- No me convences... ¿Problemas en casa?
- Problemas hay siempre, eso no es nada nuevo. Simplemente estoy... bueno nada, simplemente me como mucho la cabeza y ya está. No te preocupes.- Y me sonríe, lo intenta. Lo hace agotando todas sus ganas del momento, pero sus ojos siguen expresando lo mismo...
- ¿Seguro?.- Le digo esperando una reacción; que se anime o no, que me sonría o no, que me diga con la mirada que simplemente soy yo, que no tolera hablar conmigo ahora mismo.
- Seguro, seguro.- Y me mira rápidamente, sonríe fugazmente y de vuelta al mismo estado. Es aquí cuando lo noto. Sé que le gusto y le duele estar así, pero es que, no puedo evitarlo, a mi me daña también. Quiero abrazarle, darle un beso en la mejilla y animarle todo lo que pueda, porque yo... no soy de piedra y... bueno yo... osea... tampoco me aguanto fácilmente y pues... quiero decirle que quizás yo también sienta por él lo mismo que él siente por mí.
- Oye, escúchame, todo saldrá bien, ¿vale?. Ya verás.- Y lo sé. Porque sé que en realidad esta situación me está matando a mí también, quiero hacer y ser una persona que no soy porque estoy con Carlos, y le quiero pero este sentimiento hacia Kyle me confunde y consume.
Empiezo a reconocer que me encanta. Quiero besar a Kyle y demostrarle que me atrae, que no debe estar triste porque yo tampoco puedo estar así. Quiero a Carlos pero también siento por Kyle. Estoy demasiado confusa y no sé que hacer. Sé que debería seguir todo aquello que mi cabeza realmente quiere, sin depender de nada ni de nadie, pero me aterra el simple hecho de hacerle daño a Carlos, de destrozarle sin ser capaz de darle otro motivo que el hecho de sentirme agobiada, de no querer hacer nada más que lo que mi cuerpo me pida. Tengo diecisiete años y quiero vivir el momento, sin ataduras.
A pesar de haber mejorado mucho la actitud de Carlos hacia mí, ya no me atrae como antes. Como si todas mis ganas y fuerzas se invirtiesen en mantener a Kyle cerca, aunque eso le duela ahora mismo, pero sé que merecerá la pena -ambos deseamos ser algo más que un amigo parael otro- porque yo tengo un límite y llevo demasiado tiempo acariciándolo. Demasiado tiempo sin sentirme a gusto del todo con Carlos, sin que sus besos me ardan, sin que su tacto me erice la piel.
A menudo me siento muy cruel... porque sé que le voy hacer daño a Carlos y se lo estoy haciendo a Kyle sin dejarle posibilidad alguna de sacarme de su cabeza. Tengo mucho miedo de que todo esto llegue, pero sé que debe ser pronto o todo irá a peor; perder a Carlos, y posiblemente a Kyle también.
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Más allá de mis sentimientos
RomanceAlicia es una chica del pueblo de Alaró, que estudia Bellas Artes en Palma de Mallorca. Sus compañeros de clase son estupendos. Tiene un novio maravilloso del que se encuentra totalmente enamorada; o eso cree, hasta que aparece una nueva persona en...