Traducción del fic de DownworldShadow, Bittersweet Symphony
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Cuando el joven y prometedor chelista Alexander Lightwood se dirige a Aspen, Colorado para asistir al prestigioso Festival de Música, no tiene idea de qué su destino le está esperando...
Muchísimas gracias por sus comentarios DaianaVelazquez, MaryPlaza8, Mkijud, RebeFernandez5, JessyHdl, AngelicaArrazolaHern, MaraGilMartnez, JennyR-73, crisalecbloom, GladysElizabethGrego, kari890212, ElizabethHernande381, BiancaCarrillo1, me alegra que les haya llamado la atención esta historia 💙💜💙🎻
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Gracias también a quienes dejaron un voto y leyeron.💛💜💛🎻
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Un primer encuentro algo accidentado, pero Alec siempre pierde la cabeza cuando se trata de Magnus 😅 en este capítulo un poco más de la nueva amistad con Jace y un encuentro frente a frente con su ídolo.
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NOTAS:
La imagen de este capítulo es de la autora Downworldshadow
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Alec se despertó con el doloroso pinchazo de su auricular demasiado apretado contra su tímpano. Buscó a tientas el cable y se lo sacó con un doloroso pop. La luz matutina entraba a raudales en su habitación gracias a que no había cerrado las cortinas la noche anterior. Tardó unos segundos en recordar dónde estaba, desorientado por el entorno desconocido. Se frotó los ojos adormilados y vio a Stella en la esquina de la habitación orgullosamente en su puesto.
-"No me juzgues"- murmuró malhumorado a su violonchelo, luego rodó sobre su lado izquierdo para mirar hacia la puerta de la habitación. Su cabeza se sentía como una bola de boliche, pesada y densa, y tenía la garganta reseca. Necesitaba agua desesperadamente, pero todavía no había ido a una tienda de comestibles y la distancia hasta el baño parecía insuperable.
Alec miró hacia el piso al lado de su cama. Estaba lleno de la ropa que había usado la noche anterior. Chaqueta, camisa, pantalones (al revés), calcetines, e incluso... ¿sus bóxers? Alec movió su parte inferior del cuerpo contra las sábanas y se dio cuenta de que estaba desnudo. Esa definitivamente no era su manera normal de dormir.
Maldición, debo haber estado realmente borracho anoche.
Se giró de espaldas y se levantó con cuidado sobre los codos, entrecerrando los ojos contra la brillante luz de la mañana. Mirando hacia abajo, notó que la parte superior de su edredón tenía esparcida una docena o así de pañuelos arrugados.
