Capítulo 4

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-Narras-

Mi mirada esta fija en el hombre que ocupa el trono.

Me hacen avanzar poco a poco en dirección al rey, con sus hombres custodiándome a mis costados. No tengo idea de lo que trama esta vez, pero no le tengo miedo.

Sus hombres se arrodillan apenas lo tienen de frente, pero yo sigo en pie y sin bajar la mirada para mí él no es ningún rey.

- Tendrá que disculparme por no portar una vestimenta apropiada para esta audiencia tan repentina. – digo con una sonrisa.

- Tampoco es que tengas algo más que esos harapos. – su sonrisa burlona me hace querer golpearlo. No puedo creer lo que acaba de decirme, sin embargo, no debo dejar que sus palabras me provoquen así que no dejo de sonreír.

- Bueno, tampoco es que este frente a un verdadero rey. – Mis palabras hacen que su sonrisa se borre por completo.

-G-Dragon-

Y... ardió el infierno.

El capitán de la guardia de mi padre se pone de pie inmediatamente y alza su lanza para golpear a la princesa Neugdae.

- Niña insolente. – pero ella detiene su golpe con una sola mano.

Ahora es ella quien sujeta la lanza ¿Cómo ha hecho eso?

Se puede sentir como la tensión crece dentro de la sala.

- Capitán, será mejor que no me provoque. Me parece que sería demasiado facil humillarlo frente al que llama rey. – ella parece estarlo provocando.

No puedo decidirme si pensar que esta chica es o muy tonta o muy valiente para atreverse a hablarle de esa manera al capitán. Al tener puesta mi total atención en ellos me percato de que el capitán baja su mano con cuidado hasta donde descansa su espada. Doy un paso en su dirección, pero Taeyang pone su mano en mi hombro y niega con la cabeza.

Se muy bien que no debo interferir en los asuntos del rey ella sigue siendo una princesa y el capitán tiene en mente un truco muy sucio.

- Te arrepentirás de lo que has dicho – dice él, pero ella sonríe abiertamente. No parece tener miedo alguno.

Las cosas dan un giro inesperado. Frente a mi veo como se realiza una de las danzas más exquisitas que jamás haya presenciado. Ella estaba al tanto de las intenciones del capitán, con un rápido movimiento logra adueñarse de la lanza por completo y la hace girar en sus agiles manos. El choque de los metales resuena por todo el salón.

- Te aconsejo capitán que detengas esto. No creo que quieras terminar en el suelo por segunda vez en el día. – sus advertencias cayeron en oídos sordos.

Ella se mueve como el viento, sus movimientos no solo son rápidos y preciosos si no que se mueve con la gracia de una verdadera bailarina...

-NARRAS-

Esto es prácticamente es un juego de niños para mí. Logro darme cuenta de la intensión del capitán. Aprovecho esta pequeña oportunidad para hacer un giro rápido con la lanza y ataco directamente a sus piernas, le dije que terminaría en el suelo por segunda vez. Rápidamente coloco la punta de la lanza sobre su cuello. Inmediatamente sus hombres desenvainan sus armas, pero no se acercan.

- No quisiste escuchar mi advertencia. – los ojos del capitán arden de furia.

- ¡Atrápenla! – grita él desde el suelo. Resoplo, que mal perdedor

- Solo atrévanse a mover un pie. – se miran entre sí, pero supongo que el temor al rey es mayor que él resultar heridos por mí.

Uno a uno se acercan para intentar atacarme, ninguno tiene éxito.

- Es suficiente. – dice el rey. Nadie mueve un musculo, que impresionante. – Puedo ver lo buena que eres peleando, me lo has dejado claro. Aunque eso de nada te servirá para pagar tu deuda. – Doy un golpe al suelo con la lanza.

- Yo no le debo nada. Su poder y jurisdicción se limita dentro de estos muros, mi familia ha vivido fuera de ellos por generaciones. No tiene ningún derecho a quitarnos algo que no le pertenece. – aprieta su puño derecho.

- Eso es lo que tú crees niña. – su sonrisa me llena de rabia.

Jamás le he temido a los hombres del rey, pero este hombre está a otro nivel. Se que él puede ser capaz de hacer cosas inhumanas con tal de conseguir lo que desea. No temo por mí vida, pero si por lo que pueda hacerle a mi familia.

- Además, No puedo seguir permitiendo que arruines nuestra tradición de casería cada año. Tu eres la causante de que nadie quiera participar.

- El bosque hace mucho más por mí de lo que usted alguna vez ha hecho por su pueblo. – mis palabras lo hacen enojar lo puedo ver en sus ojos.

- Debería buscar un castigo apropiado para tu insolencia, tal vez triplicar tu deuda. – me cruzo de brazos e inclino mi cadera a la izquierda. – Hare que trabajes para mí, hasta que me pagues todo lo que me debes. - ¿Qué trabaje para él? ¡JAMAS!

- Eso no será necesario. – esa voz, me suena extrañamente familiar. – Pagare el total de la deuda.

El dueño de la voz aparece justo a mi lado. Lo miro y me doy cuenta de quien se trata. Es chico de hace un rato ¿Qué hace él aquí?

EL BOSQUE PROHIBIDO - IMAGINA CON G-DRAGONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora