EL BOSQUE PROHIBIDO - IMAGINA CON G-DRAGON

Capítulo 3

-G-DRAGON-

- ¡¿Como se atreven a regresar con las manos vacías?! – la voz de mi padre resuena por lo alto mientras camino por el pasillo frente al gran salón de audiencias.

Suelto un suspiro. Se que está hablando con mis amigos ahí adentro debí imaginar que estarían aquí, lo mejor será que entre antes de que mi padre comience a humillarlos de verdad.

Los guardias me hacen una pequeña reverencia antes de abrir las puertas del salón. Cuando atravieso esas puertas me encuentro con mis amigos de rodillas frente a mi padre. Verlos de esta manera ante él hace que me moleste por alguna razón.

- ¡Padre! – digo sin esperar que me anuncien. Mi entrada informal hace que la atención pase a mí. – ¡Ustedes, levántese ahora mismo! – ellos no mueven ni un musculo, su mirada sigue en el suelo.

- ¿Estas menospreciando mi autoridad príncipe Ji Yong? - niego con la cabeza.

- De ninguna manera padre, Sin embargo, ellos son mis hombres soy el responsable de sus acciones y sus errores. – puedo ver como mis amigos se tensan al escucharme hablar, por otro lado, mi padre sonríe ante mis palabras.

- ¿Hombres? – enarca una ceja. Mi padre no está de acuerdo del comportamiento que tomo al estar cerca de ellos, puesto que son más que mis hombres para mí. Compartí mi infancia y mis entrenamientos con ellos. Estos chicos son mis amigos y es por eso que no soporto que él los desprecie de esta manera. - Son inútiles, han fallado en una tarea tan sencilla ¿Cómo puedo confiarles tu vida?

- La cacería no ha fallado por culpa de ellos, ha sido decisión mía regresar. Si eso lo consideras un error me responsabilizare por ello. – Mi padre podrá ser el rey, pero jamás permitiría que tocara a mis amigos. No mientras yo viviera.

- Entonces explícame porque has tomado la decisión de menospreciar nuestra hermosa tradición. – noto en sus ojos lo divertido que esta con esto. A mi padre siempre le ha gustado ponerme a prueba.

- Esa "hermosa" tradición como la llamas, hoy llega a su fin. – diferentes expresiones recorren la sala. No volveremos a entrar a ese bosque, nadie lo hará. Desde el día de hoy esta cacería queda cancelada. – su sonrisa se desvanece. Se levanta de golpe de su preciado trono.

- ¡¿De qué estás hablando?! – su voz realmente suena molesta.

Antes de que pueda contestar a su pregunta, escuchamos las puertas abrirse nuevamente uno de los hombres de mi padre entra al salón con paso acelerado, No se ha hecho anunciar, lo que me dice que tiene algo verdaderamente importante o urgente que decir.

- Levántense ahora mismo, no lo repetiré. ¡Vámonos! – Esta vez ellos obedecen.

Mi padre está demasiado distraído para prestarnos atención.

(TU NARRAS)

Después de asegurarme que los lobos estarían a salvo regreso a casa.

Escucho objetos estrellarse en el interior ¿Ahora qué? Sin dudar entro a la casa. Lo primero que veo son los soldados del rey. Mi madre y mis hermanos están arrinconados temblando del miedo mientras que uno de los soldados golpea a mi padre.

La sangre me hierve.

- ¡Ey! – Llamo su atención. Mi padre me mira horrorizado.

- ¡TN! ¡Vete, corre! – me grita él. Recibe un golpe más.

Mi padre no está preocupado por mi precisamente, solo está tratando de evitar que comience una pelea pues sabe cómo terminara eso. Él mejor que nadie sabe que si me enfrento a ellos las cosas no terminarían nada bien, al menos no para ellos.

- ¿De verdad se atrevieron a entrar a mi casa y hacer todo este desastre? – Pateo un par de vasijas que se encuentras hechas pedazos en el suelo. Ellos no tienen ninguna autoridad fuera de los muros.

- Por órdenes del rey, esta casa debe ser desalojada. – escucho los sollozos que provienen de mi madre. Me cruzo de brazos.

- Es una pena que yo no obedezca órdenes del rey. – Doy un paso hacia adelante. – Además creía que no volverían a venir a jugar conmigo. – una sonrisa se me escapa de los labios. - ¿Comenzamos entonces? – sus rostros palidecen.

Con mi velocidad no tardo en tenerlos a todos de rodillas.

El capitán y yo hemos tenido nuestros enfrentamientos desde hace un tiempo, nunca ha logrado ganarme ni una sola vez. Pongo su propia espada en su cuello, no me gusta usar armas en realidad, pero ellos no lo pensarían dos veces antes de hacerme daño al tener la oportunidad.

Comienzo a creer que este no es mi día.

- Vayan al refugio y quédense ahí está que vaya por ustedes, no regresen hasta entonces. – le ordeno a mi familia.

- TN, no puedes cargar con esto tu sola - dice mi padre. Sin embargo, no pienso poner en riesgo a mi familia por caprichos tontos del rey.

- ¡Váyanse, ahora! – no tengo tiempo para lidiar con ellos ahora.

- Estaremos esperando por ti cariño. – la voz de mi madre me rompe el corazón, pero es la única forma en la que ellos no saldrán lastimados. Escucho cuando todos salen de la casa.

El quedarme a sola me da más tranquilidad.

- Bueno capitán, podemos arreglar esto por las buenas o por las malas. – el hombre se atreve a sonreírme.

- Tengo un mensaje especial del rey para ti.

- Te escucho...

-G-Dragon-

Estoy listo para salir de la presencia de mi padre, pero la puerta es abierta desde fuera antes de que yo pueda hacerlo.

Parece ser que hay algo realmente importante que tratar y con urgencia, los soldados de mi padre entran al salón escoltando a una persona ¿Qué es todo esto?

Mi respiración se corta quedo paralizado al ver de quien se trata ¿Qué hace ella aquí? ¿Princesa Neugdae? Ella no me mira. Dudo que se dé cuenta de nuestra presencia en la sala. Miro por un momento a mis amigos quienes también están algo desconcertados por su presencia.

Se detienen a pocos metros de mi padre. Muestran su respeto a mi padre al ponerse sobre su rodilla. Todos ellos lo hacen, excepto ella.

En ningún momento baja la mirada o la cabeza, nadie se ha atrevido antes a sostenerle la mirada a mi padre, pero a ella no parece importante las consecuencias. Puedo sentir el odio que hay en ella, mi padre le sonríe con esa sonrisa de superioridad que tanto odio.

- Me alegra que por fin aceptara venir a mi princesa Neugdae. – Al escuchar a mi padre decir su nombre, un escalofrió recorre mi cuerpo.

¿Él sabe quién es ella? ¿Sabía que era real? Todo esto me da un mal presentimiento.