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Si SungYeol hubiese sabido que Nam WooHyun había escogido su mismo servicio para el internado probablemente se hubiera cambiado de lugar.

No le agradaba nada pero esa mañana tuvo que aguantar sus gritos y risas escandalosas en medio del pasillo del hospital mientras esperaban a sus supervisores, afortunadamente para él solo eran un grupo el cual no tenía por qué compartir nada, los supervisores eran individuales y eso era un punto para SungYeol. 

En el segundo año tuvo una práctica junto a WooHyun y SungJong, desde ese entonces los detestó, odiaba sus personalidades y lo metiches que eran con los pacientes, llegaban al grado de involucrarse en sus vidas personales y aunque ninguna persona se quejó, SungYeol sabía muy bien qué lo hacían por respeto, a nadie le gustaba que le hicieran más de veinte preguntas acerca de su vida o de sus problemas. 

Pero SungYeol no era así, él iba directo a lo clínico y eso era lo que buscaban las personas en los hospitales. 

Un chico alto, de cabello castaño claro y una bata blanca apareció, WooHyun y SungJong se quedaron en silencio cuando revisó una carpeta. 

En unos segundos se acercó a WooHyun y entraron al servicio. 

—Menos mal que no me tocó a mí, tenía una cara de idiota —Murmuró SungYeol para sí mismo. 

A las siete cuarenta otro chico apareció, a comparación del primero tenía su rostro serio y parecía ser muy exigente, SungYeol sabía descifrar bien a cada médico. 

Pero éste se acercó a SungJong y cuando pasaron junto a él pudo ver claramente su placa en la bata, Dr. Lee HoWon. 

El pequeño miró por la ventana y siguió esperando a su supervisor, a las ocho de la mañana el ascensor se abrió y SungYeol se volteó. 

Un chico alto, de cabello oscuro y enormes ojos salió con una sonrisa del ascensor, SungYeol no pudo evitar sentirse intimidado pero no era porque tuviera una cara de pocos amigos sino porque no había visto un médico tan atractivo en todas sus prácticas. 

—Lee SungYeol, ¿Verdad? —Preguntó el pelinegro cargando un bolso en su hombro. 

—Sí, buenos días Doctor Kim —Saludó educadamente y MyungSoo rió acariciando su cabello. 

—Solo dime MyungSoo ¿Está bien? 

—C-Claro. 

Cuando entraron a oncología SungYeol iba mirando las salas con los niños pequeños, normalmente le hacían un recorrido para mostrarle dónde estaban las cosas pero a él le gustaba mirar antes y memorizar cada lugar. 

Entraron a la sala de descanso que utilizan los médicos y SungYeol dejó su bolso en un sofá cuando MyungSoo se lo indicó, pensó en que comenzarían con una interrogación cuando vio a su supervisor sacar un montón de libros. 

—¿Tendrá que revisar las respuestas para estar seguro? —Susurró SungYeol sonriendo. 

MyungSoo tomó la pila de libros y se paró frente a SungYeol. 

—¿Estás pensando en que te interrogaré? —Preguntó el mayor elevando una de las comisuras de sus labios. 

—Puede hacerlo —Contestó seguro. 

Pero MyungSoo caminó hacia un bote de basura y arrojó los libros, SungYeol abrió sus ojos a tope ante esa acción. 

—No habrá interrogaciones conmigo. 

—¿No le parece ridículo haber tirado todos esos libros cuando hay alumnos que deben trabajar en las noches para poder pagar uno de ellos? 

—No, no me parece ridículo porque sé que los sacaré de ahí luego, sólo quería enseñarte que no estás aquí para demostrarme lo mucho que sabes, eso ya me lo dijeron tus profesores. 

—Estoy aquí para trabajar. 

—Eso es cierto. 

MyungSoo abrió el bolso en la mesa y comenzó a sacar pelucas de colores, narices de payasos, sombreros con divertidos diseños, corbatines, flores, juguetes y demás cosas con las que SungYeol frunció el ceño. 

—Debes elegir el complemento de tu bata blanca —Dijo MyungSoo enseñando las cosas sobre la mesa. 

—¿Es una broma? 

—Te espero afuera en diez minutos para comenzartu internado — MyungSoo pasó junto al pequeño caminando hacia la puerta —Y vepracticando tu sonrisa, a los niños no le gustan los médicos amargados.

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❥Amorterapia | ➳[MyungYeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora