querida charlotte;
¿alguna vez te dije que me encantaba la manera en que tus ojos brillaban cuando te ponías extremandamente feliz? de seguro si lo hice, porque sabes que me fascina hacerte saber lo que amo de ti
sigues siendo a la que pertenezco, sigues siendo a la que más amo, la única con la que sueño
Agosto, 2017
SFU Campus, California
—... ¿Harry?.
Al oír esa voz, después de tantos años, el joven se quedó completamente helado. Esa voz le trajo tantos recuerdos, la mayoría malos pero también hubieron algunos momentos felices con Leila a pesar de todo.
Harry se encontraba definitivamente confundido.
Charlotte se mueve nerviosa en su lugar, no sabe como reaccionar a esto.
—¿Usted conoce a Harry? —pregunta la chica confundida.
— Si, ella-
Y antes de que Harry pueda continuar, Leila se adelanta.
—No, creo que me confundí —dice Leila con una sonrisa torcida— vine a dejarte las reglas de los dormitorios... una de ellas es que no se permiten visitas entre semana.
Harry se mueve incómodo y prefiere no decir nada del convenio porque de seguro Leila aún no sabe que al final de todo, si cumplió uno de los sueños que le había contado a los dieciséis años.
Ser un excelente jefe y experto en el negocio de su padre.
—Como sea... que tengas un bonito día, Charlotte —dice antes de salir por la puerta.
Charlotte se queda callada.
—¿Charlotte?.
—¿Qué quieres, Harry? —dice volteándose a verlo.
Harry frunce el ceño al escucharla hablándole en ese tono. Estaba acostumbrado a la dulce y sarcástica Charlotte.
—Hay algo que aún no te he contado...
Charlotte suelta una risa sin humor—Claramente.
—Solo- no quería decírtelo porque es un tema demasiado difícil para mí.
—Si- bueno, Harry, creo que yo te he contado miles de cosas que son malditamente difíciles para mí —dice Charlotte elevando un poco el tono.
Se encontraba molesta y realmente no sabía porque se enojaba tanto por el hecho de que claramente le había estado ocultando algo durante todo este tiempo. Y le enojaba aun mas el hecho de que ella le había dicho la mayoría de sus miedos y secretos que tenía.
Y él no le había dicho nada de Leila.
¿Quién era ella? ¿por qué se veía tan confundido y asustado? ¿habrá sido su primer amor?.
Ahora se encontraba celosa. Porque Leila era de la edad de Harry, bonita, inteligente, con un buen trabajo y se veía estable emocionalmente.
Y Charlotte era todo lo contrario.
—Charlotte...
Charlotte se sienta a lado de Harry y él la observa, examinando su rostro. Definitivamente esto no es lo que esperaba cuando venía en camino a San Francisco.
Por dios, Harry creia que Leila había muerto.
O al menos eso le hicieron creer.
—Déjame contarte —dice Harry tranquilamente.
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querida charlotte; hs [descontinuada]
Fanfictionen donde un hombre de veintisiete años se enamora perdidamente de una adolescente de dieciséis. advertencias; en esta historia hay una diferencia notoria de años; si no estás cómoda con eso es recomendable que no la leas.