NARRA WILLY:
Había grabado ya más de la mitad de los vídeos del día, no sé cómo...No había pegado ojo en toda la noche.
Casi a las cuatro de la mañana había vuelto a casa, mi novia dormía pacíficamente, ajena al desastre que había armado. Le dije que me había quedado jugando a la play con Vegetta y ella al conocer nuestra afición por los videojuegos pues se lo creyó sin más. Y yo estaba con una culpa pesada...una culpa mezclada, irónicamente, con una sensación de paz, la tranquilidad de haber liberado un deseo y un anhelo enclaustrado por mucho tiempo. Y ahora mientras miraba cómo se renderizaba el último vídeo del día, estirado en la silla, todavía podía sentir sus manos y sus besos dejando su huella en mi piel. Madre mía, tío... ¿Cómo es que había estado tanto tiempo sin ellos?...Y...más inquietante todavía... ¿Cómo haría yo para sobrevivir sin ellos de ahora en adelante? La sola idea de no volver a besarle me ponía mal, tendría que fingir que nada pasó y seguir como los amigos de siempre y, por mucho que los dos nos esforzáramos...eso sería imposible...Ya nos había pasado lo mismo una vez, cuando tratamos de ocultarlo pero al final se terminó sabiendo, o al menos sospechando.
Recordé una vez más el momento en que me escabullí de su cama en la madrugada; me había dado una ducha rápida para quitarme de encima su perfume, me vestí rápido y ya en la puerta de su habitación volteé a verle dormir...pero allí estaba, con las sábanas hasta la cintura y mirándome de reojo, seriamente, con la duda en sus pupilas, una pregunta muda que no decía pero que yo adiviné: ¿regresarás a mí? No pude sostenerle la mirada, la desvié y me marché sin más. Estuve todo el maldito día con esa mirada encima, intentando actuar normal mientras almorzaba y pasaba un par de horas con mi novia.
Normalmente nos mensajeábamos por cualquier tontería todos los días o al menos día por medio, siempre estábamos en contacto. Pero eran ya las cuatro de la tarde y ni señales, macho. Supuse que quería darme espacio. A veces me rabiaba que fuera tan maduro y comprensivo...Cabrón...
Grabé los videos que quedaban pendientes y hasta un par para el otro día. Los videojuegos siempre fueron mi refugio, una pequeña válvula de escape de la realidad, unos momentos en donde podía olvidarme de mis problemas y concentrarme en otros mucho menos importantes, como el de evitar que me maten o buscar loot y esas tonterías que en una partida son de vital importancia. Se hicieron casi las nueve de la noche y nada, Vegetta no apareció. Me sentía como esas personas que tienen sexo de una noche y al otro día la otra persona se ha esfumado de la faz de la Tierra y si te he visto no te conozco. Abrí el whatsap como por veinteava vez, clickeando sobre su nombre. En línea, con la foto de Kira de perfil; la gata miraba directamente a cámara con esos enormes ojos dorados que parecían desnudarte el alma...una mirada igual de penetrante que la de su dueño. Dudé, el cursor titilaba una y otra vez esperando que yo escribiera. Me quedé mirando fijamente la plantilla en blanco hasta que de repente apareció su mensaje.
"Hola, qué tal te encuentras?"
Contuve el aliento, mis manos paralizadas. Las dos tildes en azul; tío, que se debió dar cuenta de que le estaba por mensajear. Me voy a cagar en todo. Traté de sonar lo más neutral posible.
"Hola, pues bien, cansado pero logré tener todos los vídeos y sacar buenas partidas. Tú qué tal?"
"Me alegro, compañero n.n"
Estaba por preguntarle sobre sus vídeos y si se habían publicado bien cuando:
"Necesito verte..."
Suspiré y me revolví el pelo con nerviosismo. Me quedé mirando al techo por unos minutos, dejando el móvil de lado hasta que me decidí a responderle. Tal vez necesitábamos hablar, aclarar las cosas. Nos habíamos dejado llevar por el momento sin razonar absolutamente nada y esto no era cosa de niños, no podíamos evadir responsabilidades, hacer como si fuera un juego donde cualquier cosa que saliera como nosotros no habíamos querido se pudiera resolver sólo reseteándolo todo. Era un jodido triángulo amoroso y yo estaba en el medio. Miré el móvil de nuevo; él todavía estaba en línea, esperando por mí...Pareciera que siempre había sido así...con Samuel siempre parado en mi puerta...Esperando... ¿Esperando qué?
Volví a suspirar, respondiendo que estaría en su casa en un rato. Quería verle, ¿para qué negarlo?
Me alisté normal, sin exagerar, y traté de avisarle a mi novia que iría de nuevo a su casa por una configuración del Raft que él no entendía. Una tontería pero funcionó.
Parado frente a su puerta esperé a que abriera. Pude escuchar sus pasos detrás de ésta. Abrió la puerta y me sonrió. En lugar de la mirada interrogante de ésta mañana tenía una llena de ternura a la que yo ya estaba acostumbrado; siempre me hizo sentir especial el hecho de que Samuel me mirara de esa forma, como si fuera un diamante en bruto al que él podía modelar si quería....pero aún así no lo hacía, porque le gustaba que tuviera esas imperfecciones. Recordé cuando me dedicó esa analogía durante una noche en la que paseábamos por el Pier; yo me había reído de pura pena, no entendiendo del todo cómo alguien podía compararme con un diamante. Toda la frialdad con la que me vestí antes se derritió a sus pies; los pedazos de hielo rebotando en el tapete de entrada. Se hizo a un lado para darme paso y sin mirarle enfilé hacia el living. Tenía que enfrentarle, tenía que decirle que esto terminaba acá y ahora, tenía que hacer a un lado lo de anoche. Aún así no quería perderlo como amigo, no quería que se ofuscara, que se enfadara conmigo por ser egoísta y cruel como yo mismo me veía y es que estaba siendo un jodido cobarde pero...
Sus manos se deslizaron suavemente por mi cintura, desde atrás, hasta abarcar todo mi talle. Su mano subió despacio hasta mi pecho y allí se detuvo. Sentí su barbilla en mi cuello y su vello me hizo cosquillas debajo de la oreja. Estaba comenzando a temblar y sabía que él lo notaba. Tomé su mano para apartarlo de mí pero se resistió y en vez de protestar por mi rechazo simplemente entrelazó mis dedos con los suyos. Pude sentir los propios latidos de mi corazón, así como sentí los suyos ayer cuando tenía mi cabeza en su pecho. De hecho podía sentir el suyo latiendo fuerte contra mi espalda en ese momento.
Apreté su mano. Estaba perdido. ¿Qué clase de poder tenía él para hacer que toda mi voluntad quedara en la mismísima nada? Bastaba sentir su calor para que ni siquiera recordara lo que tenía que decirle ni por qué. Ahora cualquier excusa para alejarme de él me parecía una estupidez, espantada por el calor de su abrazo.
Un pinchazo en el pecho, eso provocaba. Era doloroso y... a la vez cálido...
-¿Willy...? -me dio la vuelta despacio para tenerme cara a cara.-¿Por qué lloras? -no me había dado cuenta de que un par de lágrimas me rodaban mejilla abajo. Tomó mi rostro en sus manos y las secó con sus pulgares, mirándome a los ojos con un brillo triste.
Él entendía... Él sabía... No hacía falta que le dijera nada.
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"Fire Meet Gasoline". *( #WIGETTA )*
FanfictionEl fuego que se encuentra con la gasolina.... A penas puedo respirar cuando tú estás aquí, amándome. Quémate conmigo ésta noche...