Capítulo 5

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—Hola Judith— me dice Stefano mientras se revuelve su cabello castaño y me invita a pasar—ya se, ya se lo que hiciste— me quedo atónita y no sé qué hacer, ¿cómo lo descubrió tan fácil?
—Es que tú mataste...—no puede terminar de hablar ya que lo interrumpo, mientras camino en el consultorio de un lado al otro.

—Pero cómo, cómo sabes que maté a un hombre—ahora el sorprendido es Stefano y al darme cuenta de su cara, noto que él no se refería a eso asi que paro de caminar, me siento en el mueble y aclaro la situación— maté a un hombre en mis sueños y yo nunca había hecho eso, siempre habían sido mujeres—. Stefano se relaja inmediatamente, me pregunto que haría si supiera que no fue un sueño, me lleva con la policía o al manicomio.

—No Judith, no sabía lo del hombre pero si estuve toda la noche trabajando y encontré una explicación a todo esto que te está pasando.

Lo miro con una curiosidad enorme—cuéntamelo ya por favor—no puedo creer que voy a tener las respuestas que he buscando desde hace tanto y ni está mi dulce Alessia para celebrarlo.

—Judith a través de las sesiones de hipnosis que hemos tenido me he dado cuenta de que tú fuiste una asesina y de ahí vienen tus sueños, por eso te llena de tanta adrenalina en vez de darte miedo. Fuiste asesina en tu otra vida— espera qué, no entiendo, le arrugo las cejas a Stefano para ver si percibe mi desconcierto— vamos Judith, abre la mente, o tú de verdad crees que tenemos una sola vida, esos pensamientos son del siglo pasado ahora ya se sabe de su existencia y se estudia ya que muchas personas como tú guardan recuerdos de lo vivido y lo expresan de diferentes maneras.

—Y el sueño con mi novia, cómo explicas eso, yo la maté en mi otra vida— contraataco renuente a creer su explicación.

—Tu novia te contó todo lo que le hicieron, el espíritu de ella ronda por nosotros ya que se está aferrando a la vida, se está aferrando a ti. Las almas deambulantes pueden aparecer, ella no lo hace para no asustarte, pero se comunica contigo por tu mente, entra en tus sueños y te hace una película en su tono de piel, con el rojo de su cabello y ni tu más profundo pensamiento puede alejarla ya que toda tu mente le pertenece—. ¡Por todos los unicornios! Ella quiere seguir conmigo y yo con ella y por culpa de ese idiota solo tenemos mi mente para hacerlo, pero eso no me detendrá, vente mi pelirroja sientate en mi subconsciente, baila en mi memoria a largo plazo, escribe en donde sea que se encuentre mi raciocinio, desnúdate en mis sentimientos, investiga en mi memoria a corto plazo para que sepas que es de mí ahora que no estás; pero sobretodo, follame, follame la mente, follame cualquier pensamientos que te consigas y nunca me dejes. —Judith hay algo que no me explico, y quiero saber si el motivo es de esta vida o de la otra, por qué siempre matas rubias— trago saliva, se me humedecen los ojos pero aún así le contesto.

—Cuando yo tenía 15 años mi papá engañó a mi mamá con muchas rubias, él decía que se casó con ella por mi culpa, pero que en realidad no le gustaba, mi mamá se enteró un día que entró en su oficina y lo vio con una barbie. Salió de inmediato y al montarse en el carro tuvo y accidente y murió, en esa etapa tan decisiva y difícil en mi vida la perdí por culpa de esas chicas plásticas. A mi papá le dio SIDA y murió en el hospital, nunca le pude perdonar lo que hizo, pero aún así me dolió perderlo era la única persona que me quedaba y a pesar de sus errores, era mi padre. Mi novia me fue infiel a los meses de comenzar la relación con otra estúpida muñequita hueca, nos separamos por un tiempo pero enamorarse de ella, o de cualquier escritor significa darle tu vida a una persona con un cuchillo de punta filosa y mango de algodón de azúcar, te puede matar, revivir, enamorar, y hacer que lo odies con una sola palabra pero todas las veces que quiera; a pesar de que me haya destruido y reconstruido a su antojo, ella es la mejor elección que he hecho en mi vida.

—Nunca has pensado que la culpa no es de esas chicas sino de  los demás, ya que esas chicas no son nada tuyo,no tienen por qué pensar en tu bienestar, en cambio tu papá y tú novia, ellos sí— atacó Stefano de una manera reprobatoria pero condescendiente, sabe que este tema me duele y no quiere ser muy brusco.

—Eso yo lo sé, siempre se lo reproché a mi papá, pero ellas siempre son unas fáciles y no deberían existir las personas así. Stefano, Stefano—lo llamo desespera ya que me siento mal, me da un dolor de cabeza repentino y de un momento a otro todo se volvió negro.

—Judith, vamos levantate, por favor se fuerte y ten cuidado con tu hombro, ¿esa barbie te hizo mucho daño?—  que está pasando, no entiendo nada solo sé que me duele todo el cuerpo y alguien trata de llevarme al sofá; cuando ya  estoy sentada me comienza a limpiar la herida que tengo en el hombro.

—¿Alessia?— le pregunto a la buena persona que me está ayudando.

— Si mi amor, soy yo, ¿qué pasa? ¿por qué me ves con esa cara?...
— interrumpo su mar de preguntas dándole un fuerte abrazo, es ella, está aquí, sólo fue una pesadilla.

Llorando le digo— tuve mi peor pesadilla, mi más profundo miedo se hacía realidad, yo... Te perdía— subo mis manos para sobar su rostro pero el dolor que siento en el hombro no me lo permite, ella al ver mi cara de dolor busca una venda y me cubre la herida.

—Ahora cuéntamelo todo, pero rápido, la rubia que se escapó puede llamar a la policía y todavía no nos hemos deshecho del cadáver que está en la sala.
Que por cierto ni siquiera la has anotado en la lista, ¿te la traigo?— asiento con la cabeza; al llegar con mi preciada lista hay noventa y dos nombres escrito, noventa y dos rubias menos, noventa y dos tontas anotadas con bolígrafo de diferentes colores, primero rojo luego naranja, amarillo, verde, azul y morado, así sucesivamente se van repitiendo en el mismo orden; el nombre de hoy es amarillo, el nombre número noventa y tres, la rubia Camila Williams, es sumada en la lista perfecta, de la asesina perfecta. Al terminar de escribir se la regreso a mi novia para que la guarde en el tercer gabinete a la izquierda. Cuando voy a comenzar a hablar ella me pregunta— ¿Quieres algo para comer mientras me cuentas?— le digo que sí y ella trae salsa de ajo con unos dedos— están frescos, son los que le acabas de quitar a la barbie— le conté todo mi sueño, nos reímos con lo del psicólogo y sobre cómo vengué su muerte, se preocupó al verme llorar mientras le decía como la habían matado y así como en todas las tardes, hablé con mi novia y comí usando mi cubierto favorito, unos dulces dedos teñidos en sangre de unicornio.

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⏰ Última actualización: May 11, 2020 ⏰

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Dedos teñidos en sangre de unicornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora