4.Capitulo

22 5 1
                                    

                                             Jaime Blanch como Francesco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

                                             Jaime Blanch como Francesco

Hoy es el gran día, hoy empieza todo. Ayer estuve hasta las tantas recogiendo mi habitación (eso me pasa por distraerme cuando no debía), y cuando terminé y me metí a la cama, fui incapaz de dormirme, estaba demasiado emocionada y nerviosa como para hacerlo, así que aprovecharé el vuelo para hacerlo. También hice la maleta, metí un poco de todo, ya que no sabía que países iba a visitar, ni que temperaturas tendría que soportar. Nada mas despertarme me duché y me alisé el pelo (que ya de por si lo tengo liso), después desayuné un par de galletas, nunca suelo desayunar demasiado; y me vestí lo más profesional que pude, y es que se suele decir que las primeras impresiones son las más importantes. Cuando hube acabado cogí mis maletas y mi bolso de mano y salí de casa por última vez. Abajo me esperaba el taxi que me llevaría al aeropuerto y cada vez estaba más nerviosa. Mientras esperaba a que el taxi llegase a su destino iba quitándome las arrugas inexistentes de mi camisa, y mirando por la ventana, hacía todo lo que podía, pero los nervios no se iban. Por fin llegué al aeropuerto y salí lo más rápido que pude, cuanto antes terminase la espera, mejor. Pagué al taxista y me dirigí a donde había quedado con mi "jefe". Después de perderme un par de veces conseguí llegar a mi destino, allí me esperaba un señor de pelo canoso y ojos azules. Llevaba un traje que lo hacía ver respetable y temido, pero su mirada estaba llena de cariño y jovialidad. Estaba rodeado de guardaespaldas mirando a todos lados, al principio andaba con un pelín de miedo pero a medida que me acercaba mi paso se fue volviendo más firme.

-Buenos días, me llamo Iraultza Otsoa, ¿es usted Francesco de Luca?-

-Si soy yo, encantado-me contesta con una sonrisa en sus labios- Pero por favor tutéame, me hacer sentir mayor que me traten de usted-

-Está bien, Francesco, será un placer-

-¿Has desayunado Iraul..., Iraultz...? Perdona, me cuesta pronunciar tu nombre, es precioso pero difícil de pronunciar-dice entre carcajadas

- No te preocupes, no eres al único que le pasa, y lo entiendo. Llámame por mi apellido si lo prefieres. Y respecto al desayuno, sí ya he desayunado-

-No, me aprenderé tu nombre, te lo prometo. Siento la tardanza de mi hijo. Estaba hambriento cuando llegamos así que se fue a comprar algo de comida-me aclara

-No te...-

-Papá siento la tardanza, me he perdido-esa voz...me es muy familiar.

-Hijo, te presento a Iraultza Otsoa, nuestra traductora-cuando me giré para presentarme me quede impactada, ¡era él!

-Ósea que te llamas Iraultza, ehh- dijo con una de sus sonrisas.

-Sí, Aless, me llamo Iraultza y voy a ser vuestra traductora-le digo incomoda.

-Interesante-suelta tranquilamente

-Me he perdido, ¿os conocéis?-cuestiona Francesco

-Sí, estuvimos...-

-Solo de vista-le corto

-Bueno, vosotros sabréis-dice mirándonos pícaramente- es hora de partir-

En ese momento un montón de sentimientos estaban corriendo un maratón dentro de mi cuerpo, sentía emoción, alegría, adrenalina... Por fin, después de una vida de dedicación iba a poder cumplir varios de mis sueños a la vez. Siempre me había esforzado mucho en clase, había invertido mi tiempo y mis energías en sacar lo mejor de mí, y por fin estaba teniendo la recompensa que siempre había ansiado, y jamás me había sentido más satisfecha, mi madre tenía razón, todo esfuerzo tiene recompensa, y esta era la mía.

-¿Qué estás pensando?-me susurra Aless, mientras embarcamos en el avión.

-En nada que te incumba-le respondo arisca.

-No seas así-

-Déjame tranquila- le espeto

-Está bien-dice resignado

-¿Dónde está el resto de los pasajeros?-pregunto cuando entramos.

Como respuesta solo consigo la carcajada de Aless, lo que hace que me enfade más con él.

-Lo que mi hijo ha querido expresar con esa carcajada nada oportuna-dice con una mirada reprochadora hacía su hijo- es que viajamos en un jet privado-

-¿En un jet privado?-exclamo estupefacta.

-Sí, así es- dice Aless.

Una vez aclarado el tema, me senté en mi asiento y esperé a que el avión despegara. No podía parar de recorrer el jet con los ojos, era impresionante, para ser un simple avión no le faltaba ni una pizca de lujo ni de comodidad.

POV ALESS

-Iraultza, tu italiano es perfecto, si no fuese por tu nombre no hubiera deducido que eras extranjera. Cuéntanos un poco de ti- le instó mi padre.

-Eso, deja que te conozcamos algo-le seguí yo.

-Como bien has deducido no soy italiana. Nací en Bermeo, un pueblo pesquero del País Vasco. Siempre me ha gustado mi tierra, sí que es verdad que llueve mucho-dijo entre carcajadas- pero eso hace que nuestros montes y bosques sigan tan verdes como siempre , es increíble visitarlos, es todo tan...no sé, cuando los visitas sientes paz, como si los humanos todavía no hubieran estado y todo seguiría en calma. Nuestras playas también son increíbles, bien es verdad que el agua está muy fría y que el mar puede ser muy devastador, pero para mí el mar cantábrico representa fortaleza, es el símbolo perfecto de vitalidad- lo que había dicho era increíble, se notaba que apreciaba su tierra, y es normal ¿Quién no lo haría? Hablaba con tanta pasión que por un momento me quedé sin que decir.

-Todo lo que has dicho, es simplemente...increíble-le alago.

-Mi hijo tiene razón, lo que has dicho es precioso-dice mi padre.

-Bueno, no se...-dice ella pasándose la mano por el pelo.

-¿Sabes hablar euskera?-le pregunto.

-Claro que sé, allí lo aprenden todos los niños en la escuela. Cada vez se habla menos, y es un problema, no podemos dejar que uno de los idiomas más antiguos de Europa se extinga, así sin más. Es uno de nuestros mayores símbolos, de alguna forma nos hace diferentes, y ser diferentes no siempre es malo-dice con una sonrisa en sus labios.

-Algún día me podrías enseñar a hablarlo, no puede ser tan difícil- digo juguetón.

-Eso ya lo veremos, maitea (querido)-me contesta.

A partir de ahí volvimos al silencio del principio, y así seguimos el resto del viaje.

POV IRAULTZA

Después de alrededor de dos horas, llegamos a nuestro destino, que para mí aún era desconocido. En cuanto el piloto dio permiso para desabrocharnos los cinturones, me levanté dispuesta a salir y descubrir por fin donde me encontraba.

-Por muy rápido que salgas no vas a saber donde nos encontramos hasta que pasemos los controles-me dijo una voz bastante conocida.

-No iba a hacer eso-mentí

-No que va-se burlo él.

Después de hacerle caso y esperar pacientemente a pasar los controles por fin salimos a la calle, solo con ver las nevadas montañas supe donde nos encontrábamos.

-Bienvenida a Suiza-dijo Aless sonriente.

-----------------------------------------------

Ya sé que os dije que subiría los capítulos los sábados, pero no sé si voy a tener wifi, así que prefiero subirlo hoy para que no os quedéis sin capitulo esta semana. Espero que os guste.

Buen viaje, amoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora