Mi uniforme del secundario era el peor que a alguien le puede tocar: un jumper.
Para los que no saben, un jumper es como un chaleco y una pollera cosidos, y debes usar una camisa abajo. Muy lindo para la vista, pero úsalo y sufres.
Da calor en primavera y verano, y da frío en otoño e invierno. Por eso es horrible. ¿Hace falta otra razón? Pues ahí va:
Mis sobrinos se quedaron a dormir en mi casa, al día siguiente entraba a clases a las ocho de la mañana porque faltaba un profesor.
Nico y Nacho se levantaron temprano (como nunca) y, cuando estaba por irme, viendo mi uniforme, Nico me gritó "¡chau monja!".
Esos niños me hacen bullying.
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Anécdotas de una Tía Joven
Historia CortaLas ocurrencias y aventuras de los niños y de los no tan niños pueden llegar a ser increíbles. En este viaje por la infancia de cuatro niños podrás disfrutar de todas sus travesuras e ideas locas, mientras su joven tía debe lidiar con la adolescenc...