Chloe.
Había un par de cosas que aprendí por mi misma, una de ellas, era que a veces las cosas te salían al revés, como por ejemplo terminar siendo perseguida por criminales. Era algo irónico si te detenías a pensarlo, el cazador acababa siendo cazado.
Me tomó dos segundos darme cuenta de lo que estaba pasando, había alguien intentando entrar en mi habitación. El motel apenas tenia cinco plantas con tres habitaciones cada una, y se dirigían directamente hacia la mía. Con el corazón acelerado comencé a rebuscar por los cajones, buscando un arma u objeto para defenderme. Golpeé el último cajón con rabia, no había encontrado nada.
Vamos, Chloe. Piensa.
Me detuve en medio de la habitación escaneando el alrededor en busca de alguna salida, mis ojos encontraron la ventana. Fui hacia ella y me asomé, había una serie de escaleras como salida de emergencias. Tenía el corazón desbocado y los nervios a flor de piel, los que intentaban encontrarme o eran estúpidos o querían que supiera que venían hacia mi.
Tras una serie de maldiciones contra Kylan pasé una pierna por encima del tablón de la ventana, luego pasé la otra y me encontré sentada mirando la distancia entre cinco plantas y mi cuerpo. Todavía sujetándome del tablón de la ventana deslicé los pies hacia abajo hasta dar con la superficie de metal de la escalera. Entonces la puerta se abrió golpeando la pared continua, me agaché y comencé a bajar las escaleras silenciosamente y evitando apoyar del todo los pies para no hacer ruido.
—¿A dónde demonios fue? — preguntó una voz joven, escuché los ruidos provenientes de objetos siendo tirados. —¡Encontrardla! No puede haber ido muy lejos — espetó otro. Me quedé en cuclillas agarrada a la escalera, pero alguien comenzó a caminar hacia mi y me dije que tenia que salir de aquí por patas.
—¡Está aquí!
Mierda. Sin importarme el ruido bajé las escaleras como si el mismísimo diablo me persiguiera. Al llegar al final de la escalera me encontraba agotada y sin saber en que dirección ir. Pensé en correr sin rumbo fijo, tal vez tenía suerte y daba con una comisaria, sino fuera porque me encontraba en la parte turbia de la cuidad.
Me eché a correr sin atreverme a mirar si me seguían, solo esperaba que quisieran capturarme viva porque contra las balas yo no podía hacer mucho. —¡Quieta o disparamos!— gritó uno. Aceleré mi ritmo sintiendo mis tobillos al rojo vivo, mis jadeos me complicaban el respirar y me dolía cada nervio del cuerpo.
A lo lejos vislumbré un estrecho callejón, me introduje en el con los gritos sonando detrás de mi espalda. Me doblé por la mitad apoyando las manos en mis rodillas, era un callejón cerrado. Una valla de metal cerraba el paso, con la cabeza a punto de estallar y la adrenalina recorriendo mis venas corrí hacia ella y comencé a escalarla. Pasé la pierna por ella y bajé lentamente poniendo cuidado en no resbalar y caerme.
— ¡Ahí está! — Alcé el rostro, los hombres de Dave estaban al final del callejón señalándome con un dedo. Me fijé en las pistolas que tenían cada uno colgando del hombro. Tragué con fuerza y me alejé dándoles la espalda.
— Esa mujer está loca — escuché murmurar. Corrí de nuevo teniendo la valla de ventaja, al salir del callejón una carretera me recibió , fui hacia mi izquierda. Seguí corriendo preguntándome cuanto tiempo más podré resistir. Sudor frío se deslizaba por mi espalda, mi pecho comenzaba a doler. De pronto un coche cruzó la esquina a toda velocidad, las luces de los faros impactaron contra mis ojos.
Mierda. Iba a morir destrozada por un coche. Cerré los ojos con fuerza esperando lo inevitable. El coche me esquivó con facilidad y se detuvo quedando la puerta del copiloto hacia un lado de mi cuerpo. — ¡Maldita sea, Chloe!¡¿Que cojones haces en medio de la puta carretera?!
Kylan.
Abrí los ojos mirándolo como si le hubiese salido orejas de burro, mi voz adquirió un tono de sarcasmo. — Nada aquí de tranquis jugando al pilla pilla, ¡con los jodidos hombres de Dave!
Apreté los puños y Kylan miró en la dirección de donde venía. Sus ojos adquirieron un brillo malicioso. Se estiró por encima de los mandos hasta alcanzar el cierre de seguridad de la puerta, lo estiró hacia arriba permitiéndome entrar en el coche. Me desplome sobre el asiento del copiloto todavía jadeando y observé a Kylan maniobrar el coche dando marcha atrás y girando bruscamente el volante, conduciendo por el carril contrario.
Mi corazón latía desbocado dentro de mi pecho, me agarré a mi asiento como si la vida me fuese en ello y recé para que ningún coche se nos viniera de frente. Mis súplicas no fueron escuchadas, a menos de vente metros un despampanante BMV se nos venía encima. Ahogué un grito cuando Kylan dio un giro hacia su lado izquierdo metiéndose en el otro carril.
Me di la vuelta sobre mi asiento analizando la furgoneta negra que nos seguía por el mismo carril.
—Kylan — musite dando golpecitos a su brazo libre.
— Es mejor que te pongas el cinturón — me volví hacia él, sus ojos seguían puestos en la carretera pero apretaba su mandíbula y sus nudillos estaban blancos debido a la presión sobre el volante. Trague saliva y obedecí.
— Vaya, hay que estar en peligro para que la señorita Silverman obedezca — murmuró con una sonrisa en el rostro. Giró su rostro hacia el mío todavía sonriendo y musitó muy cerca de mis labios:
— Tomo nota.
Percibí de nuevo el brillo en sus ojos grises. Un cosquilleo comenzó en la parte baja de mi vientre, me removí inquieta en el asiento. Me descubrí pensando en la sensación de su cálido aliento sobre mis labios. Me estremecí.
Miré por el espejo retrovisor, la furgoneta seguía detrás nuestra y parecía cada vez más cerca. Cuando pensé que no podía ser peor, Kylan giró bruscamente el volante.
Y fue de frente, directamente contra la furgoneta. Observé totalmente consternada como pisaba el acelerador, el coche cogió velocidad. Vi claras sus intenciones, comencé a balbucear incoherencias. La furgoneta no cambió de carril, Kylan tampoco. Ambos vehículos estaban a punto de colisionar.
Cuando el morro del coche estaba a punto de chocar contra el de la furgoneta, ésta cambió de carril bruscamente. Kylan se volvió hacia mi sonriendo y lo que vio en mi rostro hizo aumentar su sonrisa, cambió de marcha y aceleró, dejando la furgoneta negra atrás.
— Y así, nena, es como conduce un criminal, sin carriles, sin destino fijo, sin límites...
Elisa ✍️
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Sin Límites ©
Action" Aliarse con el bando opuesto nunca fue más excitante " Hermosa portada hecha por: @WarlockRegion ❤