Sin Límites ©

Capítulo 5

Kylan.

Tres semanas más tarde.

Tenía al gilipollas besándome el trasero.

Miré por el espejo retrovisor para recibir una mirada de odio de mi  contrincante. Sonreí complacido para mi mismo.

Metí marcha de nuevo y pisé el acelerador en la última vuelta, sostuve el volante en la curva para evitar que el coche se curvara y acabara boca abajo.

Y pasé la linea final. Cuando detuve el coche la sensación de adrenalina seguía en mi cuerpo.

No había nada mejor para despejar la cabeza que una carrera. 

Era tan liberador. Lo único que tenía en la cabeza cuando corría era cuan rápido podía ir. Los kilómetros pasaban de largo, como una sesión de rápidas imágenes en mi cabeza, recuerdos y sensaciones que me hacían sentir vivo. Pero sobretodo podía quitarme a cierta rubia de la cabeza aunque fuera solo diez minutos. 

Y solo fueron diez putos minutos. 

Quité la llave del contacto y salí del coche para celebrar mi victoria, un montón de gente me abatió nada mas que tuve un pie fuera. Palmearon mi espalda y estrecharon mi mano con sonrisas brillantes y relucientes. Me elogiaron, elogiaron mi forma de conducir, mi talento, y ahí me di cuenta de algo. 

De algo que me jodería de por siempre. No me sentía ni triunfal, ni nada de nada, la adrenalina desapareció de mi cuerpo y volví a sentir el vacío que llevaba sintiendo desde ella.  

Yo estaba bien jodido. 

- Ten tío, - un chico bajito y con el pelo ladeado me tendió una cerveza, miré de la cerveza hacia él repetidamente hasta que finalmente la acepté. Sin dejar de mirarlo abrí la cerveza y la llevé a mi boca disfrutando del amargo sabor. Le dí las gracias al chico, que sonreía como si le hubiese ofrecido un trío con dos tías buenas. 

Uno más que se unía a mi grupo de fans. 

Me di la vuelta para reunirme con Lenny y el resto de mi grupo, cuando me vieron sus sonrisas sé extendieron. Lenny fue el primero en recibirme.

- Buena carrera, le diste justo en los huevos -. «Mas bien le di justo en su orgullo» pensé. Volví a llevarme la cerveza a la boca cuando por el rabillo del ojo vi a Jasper acercarse a mi con el rostro contraído de rabia.

- Esto no se va a quedar así, Price, quiero la revancha - me espetó muy cerca de mi nariz. Le di a Lenny mi cerveza para que la sostuviera y me enfrenté a él.

- Antes que nada deberías saber los efectos que tienen las drogas, para no llevarte sorpresas - le di un empujón para que saliera de mi espacio personal. Apestaba. Tenía la experiencia necesaria para saber que sus ojos rojos y sus reacciones físicas no eran normales.

Otra cosa que los novatos como él no sabían era que drogarse antes de una carrera no iba a darles ventaja. Más bien sus sentidos se debilitaban, y para correr había que tener los cinco sentidos en funcionamiento.

- Me importa una mierda, quiero mi revancha.

- Esto era tu revancha, la cual perdiste de igual manera - le contestó Lenny burlándose.

Jasper centró su atención en mi, las aletas de su nariz se abrían y cerraban bruscamente controlando su respiración.

Entonces apartó su rostro del mio y sonrió. - Sabes no podré ganarte ninguna carrera pero seguro que puedo ganarte a cierta rubia. He oído que se abre de piernas con una facilidad sorprendente.