CAPITULO V

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En ese instante, volví a sentir un poco de culpa, a mi corazón le aparecía una manchita nueva, en el algún punto, si seguía así sería negro entero, y esa idea me angustiaba.

La cabeza me comenzó a doler y sabía lo que estaba pasando, y no me gustaba lo que ocurriría, salí del baño y busqué algo para ponerme, Alma había dejado un vestido color salmón para mí.  Sencillo, pero el color y el corte me quedaban muy bién, ni era usado, como lo demás, era nuevo, como físicamente nos parecíamos, debió comprarlo a su medida.

En cuanto me terminé de vestir me sentí aturdida, residí maquillarme un poco y en cuanto me coloqué frente al espejo y cuando levanté la mirada, una sombra recostada en mi cama, se reflejó en el espejo. Giré y me encontré con esa cosa, fumando, su rostro delgado, demacrado, oneroso, sus ojos eran de un negro absoluto, y vestía un pantalón y camisa, pero esa vestimenta era antigua o vieja.  

Me temblaba todo el cuerpo, "Aurelia, tu si me escuchas, verdad?  Eres especial hija de Alba, salí de mi cueva cuando tu ira me sacó y me hago más fuerte cuando la sientes... tu ira me alimenta ".

El frío me invadía, estaba atontada, "no soy hija de Alba, ella es mi abuela y no sé quién eres, qué es lo que quieres?"

"No me apures, parezco bueno, pero no lo soy, estoy hecho de ira, odio y rencor y tenemos un negocio, tú me despertaste, yo nada más era un ser miserable y opaco, perdido en un limbo de miserias, pero tu precencia, en el lago, llamó mi atención, te seguí todas las veces que pude, te traté de hacerme visible pero no tenía energía suficiente. De a poco, con tus visitas, me diste fuerzas, pero el punto límite fue cuando deseaste con todo tu ser, que esos chicos sufrieran todo el dolor del mundo.
Yo te ayudaré."

"Acaso estás negociando conmigo? "

Rió con un sonido bajo y profundo, deprimente, que me hacía sentir miserable, "de ninguna manera, cómo te atreves?, no negocio, tú me llamaste, ahora yo te digo cuánto te costará ".

Todo me decía que era malo, aquella noche en el lago volvió a mi mente.

La forma que reaccioné frente a la frustración, como quería ver a estos tres niñitos sufriendo alguna humillación, era un sentimiento tan oscuro que, parecería, sirvió para darle fuerzas a este ser.

Con todo el valor que conseguí traté de pensar, "cómo me ayudarás? ","es muy fácil,  Aurelia, (la forma que pronunciaba mi nombre, me daba escalofríos) acabas de hacer un conjuro, yo haré posible que se cumpla, pero tú, harás una pequeña visita a mi morada, en las cavernas del lago de las almas ".

"Nadie, puede entrar allí, es muy peligroso", rió nuevamente, "tú, si lo hiciste, me visitaste, eras tan pequeña entonces, tu corazón, aún era inocente, ahora ....

no es tan así, verdad? ".

Nuevamente me tenía, esto era una pesadilla, "para que quieres que vaya ".

"Tiempo al tiempo, Aurelia, yo solo soy mensajero, el motivo de tu visita solo será una consecuencia ".

Y diciendo esto, se desvaneció como una niebla oscura, como una sombra que al pasar, uno cree que vió, eso que cuando sucede decimos que nuestros ojos nos han jugado una broma.

Luego me quedó un vacío, una angustia, como si el peso del mundo, cayera en mis hombros, me terminé de arreglar y salí casi corriendo de allí.

En el patio, el ambiente, era otro, música, risas, todos parecían felices, Alma me tomó del brazo y halagó mi apariencia, caminamos y fue presentando a uno y a otro, llegamos con su padre, lo saludé, por supuesto, y él, me dió un fuerte abrazo, me comenzaba a caer bien el doctor.

Estábamos conversando tranquilamente, cuando aparecieron Vitorio y Murillo ...

Ambos vestidos formalmente, el perfume de Vitorio era embriagador, realmente era interesante, parecía pensar mucho para hablar. "Espero que esta noche las cosas cambien entre nosotros, Aurelia, estas hermosa, hola ".

Estaba anonadada, esto debía ser una de sus bromas estúpidas. Lo miré y saludé con una amabilidad exagerada, Alma sonreía y parecía disfrutar de la charla con Vitorio, mirarlos causaba envidia, ella tan seria, segura y tímida, él, que no tenía ojos más que para ella, qué le vería?, parecía una santa o una monja.

Me dirigí a la mesa y tomé asiento junto al padre de Alma, una mujer rubia, delgada y con mucho maquillaje, sonrió y me dijo que ese era su lugar. Sonreí y le dije que del otro lado había lugar. Su rostro parecía una máscara,  "Alonso, por favor, le dices a la niña que me sentaré a tu lado? "

El doctor Pedroza nos miró a ambas y sonrió, " Lía, querida, por una noche, no te afectará, esta linda señorita se llama Aurelia, y esta noche será nuestra invitada ".

La tal Lia, sonrió incómoda y me dió una mirada asesina. La pasé muy bién, el doctor me pidió que le llamara Alonso y por supuesto que lo hice, Murillo desde una punta de la mesa no me sacaba los ojos de encima, Lia, por su lado competía por la atención de Alonso, y trataba de subestimarme, eso era la guerra declarada, estaba bién, aceptaría, era tan superficial que daba gracia.

Cuando me levanté para buscar a Alma, Murillo se me adelantó, lo miré con desden, "que pasa?  alguna broma, un comentario mal intencionado? "

"Aurelia, por favor, solo hablemos, no soy la persona que crees, te pido disculpas, no quise ofenderte, comencemos de nuevo ".

Lo miré, y traté de ver un dejo de burla, algo, pero no pude ver nada.  " Está bién Murillo, pero no confío en vos, sos demasiado infantil, y creo sinceramente que no tenemos nada en común ".

"Gracias, estoy seguro que podremos descubrir algo ". Hablamos un poco, no me acuerdo bién de qué, yo solo asentía o sonreía, pero mi cabeza solo pensaba en el ser de mi dormitorio, luego se nos unieron Alma y Vitorio, todo muy tranquilo. En un determinado momento la cabeza me comenzó a doler, y no podía retener la conversación, decidí retirarme, me despedí y me fui.

En el camino, Alonso me preguntó si estaba bién, le respondí que si y seguí mi camino. Cuando pasé por los rosales el dolor me tumbó al suelo, allí una vos dijo, "Aurelia, eso es todo por hoy, estoy lleno de energía, pero para la señorita Lia, prepararemos algo especial ". Me incorporé y entré como pude, el salón estaba a oscuras pero pude ver claramente, una sombra deslizándose por la pared hacia el suelo. Corrí a mi habitación y caí desmayada.

EL LAGO DE LAS ALMASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora