CAPITULO X

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Traté de mantenerme en ese estado de ira,  este ser se acomodo cerca de mi, sus piernas eran dos varillas negras, se movía con lentitud, como una fiera al acecho, con elegancia y no despegaba sus ojos de mi.

Me obligó a mirarlo a los ojos y de una manera brusca tomó mi mano por la muñeca . Algo quemó mi carne, el dolor se hizo insoportable, al momento vinieron a mi esos sentimientos de inferioridad, de soledad, del pasado.  Y luego de tanto dolor físico y espiritual, mi cuerpo se arqueó como una vara, quede muy cerca de el y se metió en mi cabeza, me senti violada, esa es la palabra.

Allí, comencé a ver a mi madre, joven, yendo al lago, inocente, encontrarce con un joven, enamorada hasta el cansancio, adoraba a ese hombre, moría por ser suya, entregarle todo, su vida. Este hombre la usó, y luego desapareció, senti su tristeza, su amargo dolor, la desesperación al saber que llevaba un hijo en su vientre.

Caminó hasta el lago, se metió en las cuevas y la oscuridad la invadió. Z partir de allí no fue la misma.

En su último mes decide lo peor y se arrastra hasta la orilla del lago, ya no era un ser humano, era un despojo de algo, y en ese instante, Pyros la conduce hacia el fondo, donde conoce lo peor de la bajeza humana, siglos de almas encarceladas, pagando culpas, obligadas por otros. Y ella.... muriendo.

Alba la saca del agua, siento que me falta el aire, también me muero, un cuchillo se hunde en el vientre, abre mi camino a la vida, el aire lástima mis pulmones. Alba me sostiene y llora la muerte de su hija y en su corazón, sostiene a otra. ...hija, no su nieta, es su corazón el que me cuenta de sus sentimientos.

Mi madre es enterrada en el cementerio de Cruz de Papel, con una lápida sencilla, la cual visite en mi niñes. Luego, la visión del lago, estoy parada en la punta de una roca, el agua suena, como voces murmurando, me acerco hacia ese murmullo, y llego a la orilla, aproximo mi rostro y el agua se vuelve oscura, frente a mis ojos, las almas claman por libertad, una sifonía de llanto y dolor, el terror me invade es una imagen de pesadilla, rostros desencajados, transparentes, diluidos.

Algo se realiza al otro lado del lago, una sombra de mujer, se arrodillado, prende algo que humea, pronuncia palabras ininteligibles, poco a poco va despojandose de sus ropas.

Es un ritual para un ente oscuro, con ello se representa los antiguos aquelarres, para ser ofrecida como esclava.

En un momento donde el desenfreno de su danza llega al punto culminante, se detiene bruscamente, se introduce al lago de donde emerge un hombre, un demonio ..... Pyros.

La mujer, tristemente, la reconosco, Alma, porqué?  Que trata de conseguir, que es ese algo que solo un demonio puede lograr y que ni siquiera las brujas mas experimentadas lo harían?

Pyros, aprieta mi brazo causándome el mayor de los dolores y fugasmente, me lleva a la cabaña de mi abuela, la veo juntando hierbas, luego entra y su vos se oye temerosa "que quieres? No vas a lograr obtener nada, solo dolor sembraras dolor, maldad y venganza."

Luego, se desploma, su pobre cabeza con una mirada de terror, rueda de manera grotesca, y una mano con una daga no descansa hasta que toda la sangre sale de su cuerpo.

No puedo soportarlo y cuando mi cabeza parece que estallará, vuelvo a la caverna y el rostro de Pyros me observa satisfecho, " tienes mucha fuerza espiritual Aurelia, pero no sabes como manejarla, estoy satisfecho.  Alguien muy cercano a ti tiene las manos manchadas de sangre, sangre de bruja ".

"Dame las armas Pyros,  muestrame quien fue y porque, y todo mi poder estará a tu servicio ".

"Pyros,  si.... me gusta cuando lo pronuncias ".

Su forma de hablar ya no me inprecionaba tanto, "no es muy difícil acertar, ya lo tienes, no?  Es una chica ruda, empecinada con todo lo que se propone, pero esta loca ". Rio burlón.

"Solo dejame ir, dinero lo del mal de ojo ".

"Sabía que te gustaría, esa es tu cualidad, cuando tu ira aumenta, es ahí donde tienes el poder podrías causarle mucho daño a quien tu quisieras, solo debes desearlo ".

Le si la espalda y sin dudar caminé a la salida de la cueva.

Alma, era todo este tiempo ella la  que me usaba, preguntándome todo sobre el grimorio, los hechizos, con esa cara de inocente.

Mientras volvía ni siquiera pase por la cabaña, sentí  el preciso instante en que mi corazón se tiñó de negra oscuridad, caminé como en un trance, entrando en el pueblo, Baltasar salió a mi encuentro, "Aurelia, espèrame, que ocurre? "

Parece que hace una semana no te arreglas".

De alguna manera vi sus dulces ojos y sentí su sinceridad, era como una fresca brisa, "Aurelia, avompañame."

Tomó mi brazo y me condujo hasta su casa, un lugar humilde, pero acogedor, allí tomo mi mano y comenzó a susurrar cosas en mi oído, fue tanta su ternura que casi no lo soporté, me besó y al instante entendí, no me negué, al fin de cuentas era un buen chico, ya había salido con el muchas veces pero nunca lo había dejado avanzar, simplemente porque no me causaba nada especial.

Cuando terminó aquel pseudo rapto de amor me miró como esperando algo, "no dirás nada? , estas muy diferente, entiendo que la muerte de tu abuela es algo difícil de superar, pero debes saber que tienes todo mi amor y mi apoyo, nunca te dejaré sola."

Tal comentario casi me hace reír, "Baltasar, no lo tomes a mal pero no necesito tu amor, tampoco lo quiero y si me acosté contigo, fue porque me caes bién, tengo cosas que hacer, y por favor, no te cruces mas en mi camino "

Diciendo esto, tomé mis cosas y me fui, dejando un mudo muchacho cuyo ùnico pecado, fue enamorarse de mi.

Pero tenía cuentas que arreglar, asi que me dispuse a pasar la noche en un cuartito que una vieja amiga de mi abuela me prestó, no era gratis, la muy interesada quería el libro de hechizos y prometí regalarselo, ni bien lo recogida de casa de Alba, ya que con toda la actividad del día, no pude recoger tantas cosas útiles de la cabaña.

EL LAGO DE LAS ALMASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora