Me desperté y parecía ser un día como cualquier otro. Desayuno y luego salir al colegio. El otoño empezaba a tener presencia y las hojas doradas bailaban al ritmo del viento. Era el recreo y no había mejor opción que estar bajo los árboles con mis amigas. Si hay algo que siempre me gustó de mi colegio fue tener todo ese espacio al aire libre donde podía acostarme en el pasto con mis amigos y charlar durante horas.
Ahí estaba cuando llegaron los chicos nuevos del turno de la tarde. Con mis amigas todavía no habíamos decidido si nos caían bien o no. Eran lindos, sí, pero ellos lo sabían y ese saber hace que un chico pase de ser un perfecto caballero a un engreído adicto a las miradas de los demás.
En fin, se acercaron lo bastante para escuchar nuestras conversaciones pero lo bastante apartados para no ser parte de nuestro grupo. Se reían a carcajadas y se pasaban una pelota de rugby unos a otros como si estuvieran en medio de un partido. Nos miraban, los mirábamos, pero ninguno daba el primer paso para unirse.
-Son unos creídos. Tendríamos que hacernos amigas de ellos. Estoy arta de estar siempre aburrida y con la misma gente. - Barbi intentaba sonar indiferente pero apartaba su miradad de ellos.
-Yo creo que son lindos. No me importaría estar con alguno de ellos. Digo, para que se sientan bienvenidos en el colegio.
-¡LOLA! - Gritamos todas al mismo tiempo mientras nos reíamos. Lola era la más cara dura de nosotras. Siempre estaba con chicos y no le daba ningún pudor que la vean. Ella decía que era libre y que de besar tantos sapos alguno se transformaría en príncipe.
-S, ¿Vos qué pensas? - Me preguntó Vicky
-Creo que el de gorrito es lindo. Me hace acordar a un actor pero no me acuerdo quien. - Vicky miraba de reojo tratando de parecer disimulada pero no lo conseguía.
-Son tontos. Como todos lo chicos de nuestra edad. - Fue mi sentencia. Estaba acostada mirando el cielo. Amaba el otoño, el hecho de que no hiciera ni frío ni calor. Sentir el sol en mi cara y estar rodeada de hojas doradas que acababan de caer. Estaba sumida en mi propio universo cuando escuché un grito.
-¡CUIDADO!
En un momento, la pelota cae a los pies de mi mejor amiga, Vicky, y un chico con gorra se acerca a recojerla. De repente fue como si estuviera viendo una película romántica, sus ojos se encontraron y ninguno de los dos podía dejar de sonreir. Parecía que el aire se volviera espeso y todos estábamos en ese momento de trance esperándo que sucediera algo.
Debo admitir que siempre fui una buena observadora y puedo crear en mi mente historias eternas en cuestión de segundos. Además tengo un sexto sentido y sé perfectamente cuando surge el amor en los demás, aunque conmigo misma parece ser un don absolutamente inútil. En este caso lo sentí, sabía con seguridad que estába empezando algo.
- Hola, Soy Max. ¿Te lastimé? - Él se agachó para quedar a la misma altura de Vicky que estaba sentada en el suelo.
- No, ni me tocó la pelota - Dijo Vicky casi en susurro tratando de no sonar nerviosa, y sin poder quitarle los ojos de encima.
- ¿Les importa si me uno al grupo? Estoy un poco aburrido de estar parado allá. Además creo que todavía no tuvimos la oportunidad de conocernos. ¡Hey chicos, vengan a sentarse acá!.
Max llamó a sus amigos aún antes que nosotras le dijeramos si podía sentarse ahí o no. Ellos tardaron unos segundos en venir, se hicieron algunas señas primero y como si estuvieran en medio de un videoclip empezaron a caminar casi en cámara lenta hacia nosotras, bueno, quizás lo del videoclip fue un poco parte de mi imaginación.
Mis amigas soltaron esas risitas tontas que hace cada chica cuando un chico lindo se acerca. Yo odio esas risitas tontas, creo que nos hace parecer estúpidas, como si creyéramos que son algo así como dioses que tenemos que admirar. Me sentí un poco incómoda, como si estuvieran invadiendo mi espacio personal. No tenía ganas de pasar mi recreo adulando a unos chicos que se creían mil.
Pero ya estában ahí, sentados en ronda con nosotras y analizándonos como nosotras a ellos. Hubo unos segundos de un silencio incómodo, como si nadie supiera exactamente qué decir., hasta que por fin el chico que estaba al lado de Max habló.
- Soy Arthur, hola.
-¿Arthur? - Dije extrañada casi sin pensarlo y más alto de lo que pretendía. Abrí los ojos enormemente al instante, nunca soy la primera en hablar y me moría de verguenza de haber sonado antipática.
-Sí, mis viejos tenían una manía por la literatura y las cosas antigüas o algo así y no tuvieron mejor idea que ponerme un nombre que odiaría toda mi vida. Pero ya estoy acostumbrado a que a la gente le suene raro.
Yo me había puesto totalmente colorada. No había sido mi intención mostrar mi curiosidad en voz alta. Por lo general siempre soy la que menos habla, me gusta el silencio y prefiero no decir nada a no ser que tenga algo muy bueno que decir. Pero esa vez se me escapó, sentía que había metido la pata y estaba empezando con el pie izquierdo.
- Perdón, no quise sonar mal, es sólo que nunca había conocido a alguien con ese nombre. No es que el nombre tenga algo malo, solo que suena raro, como antiguo. No es que vos seas antiiguo..
Me había puesto nerviosa, y cuando estoy nerviosa no paro de hablar. Por dentro pensaba "callate de una vez" pero era como si ignorara mis propios pensamientos
- Es que es un nombre antiguo en alguien joven...
Arthur me miraba fijo y con una pequeña sonrisa. Yo me había puesto nerviosa ¿Por qué tan nerviosa? No lo sé, pero no podía detenerme.
- Sí, ya entendimos S. - Vicky me detuvo y me miró con complicidad. Había sido mi bote salvavidas, siempre lo era, por eso erámos tan buenas amigas.
S, siempre me habían llamado así. Quizás porque mi nombre es Sol y no hay forma de hacerlo más corto. Vicky por ejemplo era Victoria, mi forma de acortar su nombre era llamándola Vicky, ¿Pero cómo acortás el nombre Sol? Bueno para Vicky era muy claro, era S y en Inglés. Pero no crean que había sido una idea origial, este era simplemente un gran indicio de lo mucho que nos gustaba Gossip Girl.
De repente la música me trajo de vuelta a la realidad.
Get the party started, de Pink. empezó a sonar en el celular del chico más alto, que después me enteré que se llamaba Luca, que lo había puesto sin querer cuando se sentó arriba del celular. Nos quedamos todos en silencio mientras la música sonaba, hasta que Max se paró de golpe y empezó a saltar al ritmo de la canción.
Fue automático, todos saltamos como si tuvieramos un resorte y nos pusimos a bailar. Cualquiera que nos hubiera visto pensaría que estábamos locos, pero era como si hubiéramos perdido toda la vergüenza y no importara nada. Nos reíamos y por primera vez desde que nos juntamos nadie estaba tensionado ni haciendo una pose para quedar bien.
Nos pasamos el recreo bailando, una canción tras otra, era nuestra propia fiesta privada en medio del colegio. Cantábamos y nos hacíamos caras graciosas unos a otros. Todo lo que parecía complicado y extraño hace un momento se había vuelto amigable en un segundo.
Arthur se me acercó.
-No te preocupes, S. - Dijo con un poco de tono de burla, pero sin mala intención. - Parece que los dos tenemos una historia detrás de nuestro nombre. Quizás ser diferente sea algo bueno.
No dije nada. Simplemente sonreí. Y nos entendimos, fue el primer acuerdo en silencio que hicimos, no necesitamos de palabras.
S.
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Primer Beso - Serie 'Amor infinito'
Novela JuvenilEl amor llega y transforma todo a su paso. Y las decisiones que tomamos hacen que esos cambios nos lleven a nuestro paraíso soñado o la pesadilla más indeseada. Esto lo aprendí de la forma en que se aprende todo lo importante, a prueba y error, viv...