La vida la dejo caer en rutina, en un abismo de personas vacias.
Ella descendió, pero se aferró a la desesperación.
Esperaba tocar fondo, pero en cambió la recibieron unos brazos amorosos que; parecían haberla estado esperando desde hace mucho tiempo.
Desde entonces, siempre al atardecer con una flor le afirma, que el fin puede estar cerca, ¡A veces no es tan malo!
Y al final ¿Qué es mejor? ¿Vivir muriendo o morir definitivamente?