Capítulo 2

238 19 14
                                    

¿Qué es lo que quieren?

Caminaba por el puente de arcoíris, conversó con Heimdall y pidió que no hablara con nadie sobre el viaje que haría a Jötunheim; Loki le explicó un poco acerca de sus asuntos por atender en aquel congelado reino, le comentó acerca de reafirmar el acuerdo de Odín, discutirá tranquilamente con ellos hasta que lograran quedar en buenos términos... Por supuesto tenía sus razones para mentir, no confiaba en Heimdall y sabía que era un sentimiento mutuo. No podía perder su oportunidad de traer de vuelta a Thor, rememoró los fuertes brazos de aquel rubio, aquella voz gruesa que llamaba con dulzura su nombre a cada momento y demás cosas que extraña de aquel ojiazul; con eso en mente, sus vellos se erizaron a la idea de tenerle de nuevo a su lado.
Heimdall no discutió sobre nada, en cierto punto llegó a sospechar a pesar de haber hecho un juramento de lealtad hacia el rey, y siendo Loki el nuevo rey no debía oponerse a nada que él ordenara; con su espada hizo funcionar el Bifrost, re direccionando hacia el reino de los gigantes de hielo. Antes de adentrarse, Loki movió su cabeza en señal de agradecimiento y recibió una acción similar, tras esto el rey siguió con su camino.

Al atravesar el portal, se encontró con un mundo hostil de temperaturas glaciales, podría jurar que cualquier humano que sintiera la brisa terminaría congelado; por un segundo se cuestionó así mismo: «¿por qué no siento frío?», hasta que recordó que él era un jötunn y disipó cualquier pensamiento; no más preocuparse por su linaje, no más ocupaciones del trono... lo único que importaba era tener a Thor en Asgard y con eso se dirigió hacia unas enormes rocas de hielo que parecían simular montañas, se apreciaba no tener población alguna; elevó su vista topándose con lo que parecía ser un trono en algún hueco de lo más alto de esas "montañas" y en el estaba el rey de Jötunheim, Laufey, quien sonrió al verle. En esa fracción de segundos ya se encontraba rodeado por gigantes de hielo, ambos reyes mantenían contacto visual; ambos con miradas retadoras y supremas – ¿Qué es lo que busca un simple asgardiano en mis dominios? –cuestionó totalmente interesado en la llegada de aquel ser de Asgard.

–Simple no, rey de Asgard –corrigió eminente haciendo énfasis en su hablar, mientras abría los brazos mostrándose importante; si el rey de Jötunheim ya se encontraba impresionado por la llegada de un asgardiano a su reino, ahora lo estaba más.

–Así que los rumores son ciertos, ¿uh? –pronunció levantándose del gran trozo de hielo que era el trono, Loki escaneaba cada acción que el gigante de hielo hacía. Le intrigaba saber esos rumores de los que hablaba – ¿cuáles rumores? –inquirió Loki mientras el ser azul sonreía.

–Se habla de que Odín está... indispuesto –respondió irrisoriamente saltando del montículo de hielo y abriéndose paso entre los demás, quienes con gusto se hacían a un lado –creí que el rey sería el musculoso, mas no me esperaba que tú fueras el elegido –dejó entredicho lo que todo Asgard hablaba a sus espaldas, pero que nadie se atrevía a hacerle frente y decirle que: "Loki no era merecedor al trono".

–Al parecer, soy lo bastante elegido para gobernar –habló orgulloso de su ahora reinado y recordando como todo Asgard se arrodillaba ante él y su magnificencia. Regresó de su viaje narcisista; recordó su arribaje en Jötunheim y los términos que tenía que discutir, para así completar –aunque mi llegada no ha sido solo para informarte que soy rey, no; vine aquí a proponerte un acuerdo que nos beneficiará a ambos –.

Loki se acercaba hacia el ser de hielo y sus súbditos se ponían en guardia, listos para atacar a cualquier indicio de amenaza que el rey de Asgard pudiera realizar. Laufey no dejaba ir aquella vibra que denotaba eminencia y superioridad, que hacía sentir a cualquiera inferior; aunque no con Loki, ya que parecían compartir actitudes, ambos con aire de suma grandeza.

–Te escucho –pronunció Laufey haciendo una señal para que sus seres se tranquilizaran. Uno hizo caso omiso y le gruño al rey Loki, este volteó hacia aquel jötunn observándole de forma exasperada y disparó con el bastón a la criatura, haciendo que este se consumiera en un rayo, dejando solo fragmentos de hielo. –Lo siento, fue mi culpa, creí que podría morderme –se defendió divertido; el rey Laufey solo le juzgaba con aquella mirada roja, sin embargo; sabía que podría sacar algo bueno de esto y cuestionó – ¿y bien? –sugirió que aquel asgardiano continuara hablando sobre las razones por las que vino a discutir.

Al parecer, el ser azul no podía encubrir lo curioso que estaba, Loki tenía en sus manos el primer importante paso de su plan: conservar al rey de Jötunheim absolutamente interesado en todo este asunto –quiero que causes alboroto en mi reino –concretó todo en esa simple oración. Laufey rió ya que creyó que esto sería una broma, pero al ver que el hombre de mirada verde se mostraba enfadado, interrogó – ¿Por qué un rey querría eso? –cuestionó vano, camuflando su vil cuerpo entre sus vasallos y estos le ocultaban, con el fin de proteger a su rey. Era difícil distinguirlo de entre todos los gigantes de hielo; a la mala suerte de Laufey, Loki tenía un buen ojo y ese truco de espectáculo barato no le servía de nada ante la destreza de su campo de dominio: la magia.

–Porque no soy como cualquier otro rey –encaró apareciendo delante del rey de raza jötunn, mientras se escabulle entre sus semejantes; se tensó un poco, parecía actuar con normalidad siendo esto evidente para el rey de Asgard, el azulado comentó con desdén –ya veo, y ¿eso en que nos beneficiará?

Les contempló a todos descaradamente con visible desprecio, sin embargo, nadie hacía nada, sobreviniendo el aciago confín si confrontaban aquel mágico asgardiano; tras ver la carencia de valentía, carcajeó a lo bajo y respondió:

–Yo obtengo a Thor de vuelta y, no sé... ¿qué es lo que quieren tú y tus súbditos?, dime y te lo daré –explicó dirigiéndose a todos, mientras desaparecía ante aquellos ojos color rubí que todos compartían, apareció surgiendo de entre la obscuridad en aquella montaña donde el trono estaba, se sentó en el enorme trozo de hielo contemplando a las criaturas inferiores, mientras aguardaba por la ambiciosa respuesta del rey de Jötunheim.

Laufey no titubeó y habló elevando la cabeza –queremos el cofre de losantiguos inviernos.




Vano: arrogante, presuntuoso.

Aciago: que presagia desgracias y mala suerte .

Throne of agonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora