Genius Lab [JinSu]

2. Cámara

Kim Seokjin puede ser tan frívolo como guapo. Aunque no hay que confundir esto con un rasgo negativo de su personalidad. En absoluto. El mayor de Bangtan tiene esta cualidad de ver la situación desde un lugar más distante, sin involucrarse realmente, de modo que le permita analizar detalladamente y procesar qué hacer a continuación. O eso se dice.

Es por esta razón que actúa con aires un tanto irreverentes y quizá algo mezquino, pero lo cierto es que la mayoría de las veces, como ahora, está asustado hasta la médula. Concretamente en este caso: temía volver a cruzar los límites con Min Yoongi.

Luego de aquella vez en el Genius Lab, Seokjin creyó que quedaría en paz, que nada de ese episodio volvería a repetirse. Es decir, sí. Al principio consideró regresar al estudio y volverse a coger al rapero del modo que quisiera, pero se contuvo. Porque no quería confundir a su compañero, ex roommate.

Y no es que Seokjin quisiera pensarse irresistible. Lejos estaba de él adjudicarse tanto poder sobre otra persona, pero había recapacitado que siendo artistas de una misma banda cualquier lío de sábanas podría perjudicar al equipo. La pasión y los negocios, el sexo y el éxito, son binomios que mejor ni aspirar a juntarlos o alguien puede salir lastimado.

Para colmo de males, un día que quedó solo en la casa fue hasta el estudio de Suga y tecleó la contraseña —fecha de su cumpleaños, nada original— que había sugerido al menor y descubrió, entre halagado y preocupado, que el chico había seguido su consejo.

Una señal clara de que Yoongi no estaba cerrado a la idea de un segundo round.

¿Y él? Tampoco.

Sin embargo, una charla profunda con Jung Hoseok lo hizo recapacitar. No fue del todo sincero, claro, mencionó simplemente lo que sucedió sin dar nombres. Confiaba en la "esperanza" del grupo, pero tenía la idea de que mientras menos personas supieran más seguros estarían. Quería proteger a Yoongi. No exponerlo de ningún modo.

Sobre todo, porque Hoseok le reprochó el ser descuidado con las emociones ajenas. Su compañero de banda había presenciado varios cruces tensos donde Seokjin fue el blanco de reproches y acusaciones de las que no se responsabilizó. No se hizo cargo de tales molestias y esto sólo empeoraba las cosas con sus ligues. Y no era de mucha ayuda que tuviera esa facilidad para entablar conversación con cualquiera, que disfrutara de conocer gente donde sea que fuera.

A saber, Kim Seokjin no tiene la menor intención de apegarse a nadie. Al contrario, huye de las personas que tratan de retenerlo y "coartar" su libertad. ¿Qué pecado había en ello?

«Es culpa tuya», no obstante, fue la resolución de Hoseok y Seokjin, por supuesto, lo contradijo. No. ¿Cómo podía cargarle responsabilidad a él de lo que le sucedía al resto? Un desatino.

Pero en su interior, Seokjin era capaz de distinguir la culpa que le correspondía a él. Mas nada hacía para remediarlo.

[...]

En su habitación, otra vez un día libre de obligaciones con la banda, se encontró aburrido y sin tener mucho que hacer. Para Seokjin, aburrirse era sinónimo de morir... O tal vez no tan extremista, pero sí que odiaba el tiempo perdido. Lo irritaba, incluso.

Barajó entonces sus opciones. ¿Salir con sus amigos a tomar algo? Lo descartó: no estaba de ánimos realmente para ello. La otra opción era quedarse y entretenerse en casa. ¿Jugar algún juego online? ¿Entrenar con Jungkook? ¿Leer? ¿Cocinar? O...