6. Delicioso

3.7K 384 13
                                        




Para Kim Seokjin era difícil ceder cuando estaba malhumorado, pero dale un par de besos y mordiscos en su elegante y largo cuello y ya se está en buen camino de calmar a la "fiera" en su interior. Min Yoongi era bastante astuto y sabiendo de esta debilidad no tuvo problema alguno en encerrarse en el cuarto del hyung -el mismo donde antes él dormía- y atraparlo contra el colchón para trepar con sus labios desde la garganta hasta llegar a la boca y fundirse en un apasionado beso.

Seokjin adoraba la sensación de estar aplastado por el cuerpo del rapero, quien, con la intensidad creciente del beso, comenzaba a tomar temperatura hasta ser encantadoramente sofocante; las manos se volvían más exploratorias, las lenguas se empeñaban en bailar y los dientes reclamaban asistir al festín que era la piel ajena. Fue así, concentrado en besar y ser besado, o mejor podría ser pensar, devorar y dejarse devorar, que Seokjin abrió las piernas para dar cabida a que Yoongi juntara sus miembros y disfrutar del tradicional frottage.


—Mmm... Yoongi-ssi, quiero hacerlo. —El cantante enredó sus manos en el cabello del dongsaeng, quien delineaba con los labios su mandíbula y bajaba en un recorrido directo a su nuez de Adán para chuparla—. Quiero que me lo hagas tú.

El rapero se detuvo, expectante, inseguro de si escuchó realmente aquello. Cuando vio el brillito travieso en los ojos de Seokjin sonrió encantado. Oh, Yoongi había querido desde hace rato tomar el cuerpo del hyung y no iba a perder la oportunidad.

Arrodillándose en la cama, Yoongi se quitó el suéter que traía y luego ayudó al hyung a hacer lo mismo. Con sus torsos desnudos, la diferencia de sus cuerpos era más clara y Seokjin suspiró feliz antes de atraerlo para un beso.

—Si sigues besándome no podremos avanzar —murmuró Yoongi y el otro lo dejó ir no sin antes darle un beso más comedido.

Sin perder más segundos, Yoongi se dedicó a repasar con sus manos toda la piel que tenía a disposición. Un recorrido que empezaba a ser tan conocido para él, que ya sabía dónde tocar para cautivar al hyung. Del mismo modo ocurría con Seokjin, que podía encenderlo con un par de caricias pervertidas.

Yoongi se encargó de desnudar al hyung y de hacer lo mismo él. Bajó por el torso del chico hasta llegar a la pelvis donde clavó los dientes para agitar la respiración de Seokjin, que ansiaba ser tomado en su boca. La piel cremosa del hyung se fundía bajo las yemas de sus dedos, y Yoongi lo recorría queriendo tatuarse en la memoria sensorial ese camino pecaminoso que era el cuerpo contrario, ahora enrojecido por sus mordiscos y atenciones. El pene de Seokjin, largo y apetitoso, dejaba escapar unas gotitas brillantes que Yoongi capturó con la lengua para probar el salino sabor del cantante, que lo miraba desde arriba apoyado en los antebrazos.

—Soy delicioso —dijo Seokjin viendo al rapero volver a delinear con su lengua la hendidura de la erección.

Yoongi no comentó nada porque enseguida tragó tanto como pudo el miembro de Seokjin. Este dejó escapar un sonido desde la garganta, claramente disfrutando de sentir la caliente boca succionarlo. Yoongi jugó con los testículos e incluso retiró sus labios de la gruesa extensión del hyung para llevarse uno a la boca y babearlo con delicadeza. Seokjin, nada inhibido, abrió las piernas y las dobló dándole más acceso al rapero, quien bajó y depósito un tímido beso entre las nalgas.

Un sonidito gustoso del cantante animó al rapero a pasar su lengua en ese punto y conseguir que el otro se desarme en gemidos. Yoongi, en tanto le comía golosamente el culo a Seokjin, pasaba sus manos por el abdomen plano del mayor para sentir los músculos tensos al contenerse y mantener una posición quieta.

Seokjin no tenía problema alguno en dejar a su amante complacerlo y era claro que aunque fuera el de abajo conseguía llevar el juego a su antojo. Por eso, cuando al cantante le parecía insuficiente sentir la húmeda lengua penetrándolo superficialmente, empujó al menor para darse vuelta y quedar de rodillas en la cama. Las manos de Seokjin se clavaron en el colchón y un suspiro feliz nació de sus labios cuando Yoongi besó primero sus nalgas y luego su espalda en lo que se posicionaba detrás de él. La erección del rapero se restregaba en el muslo del otro, que, al percibir la dureza, movía sus caderas para darle a entender que deseaba sentirlo profundamente. A esta orden implícita la captó el dongsaeng enseguida y, ayudándose con una mano mientras que con la otra sujetaba el cuerpo de Seokjin, entró. El dolor atravesó al mayor como un latigazo que se asentó en su espalda baja y al que Yoongi calmó con masajes y susurrando palabras en su oído.

—Diablos... —gimoteo Seokjin empalado completamente—, no recordaba que fuera así.

—¿Quieres una pausa, ancianito? —La burla del menor hizo al otro reír y dar un manotazo hacia atrás sin realmente llegar a golpearlo—. Yah, quiero moverme.

—Mejor mueve tu cadera y no tu lengua, Yoongi-ssi —amenazó Seokjin y volvió a callar cuando el rapero se retiró para volver a embestirlo.

— Antes no te quejaste de mi lengua —picó Yoongi y chupó la piel a su alcance—. Muévete, hyung...

Genius Lab [JinSu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora