CAPÍTULO 5

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Himchan estaba fastidiado, deseaba desde el fondo de su corazón que la tierra se abriera bajo sus pies tragándoselo y escupiéndolo al otro lado del mundo si eso era posible. Desde pequeño siempre había creído que las personas que se acercaban a él sólo deseaban obtener algo a cambio, ya sea por su dinero o su atractivo. Cuando una mujer le mandaba indirectas descaradamente prefería decir que era gay y si luego alguien le preguntaba si le gustaban los hombres fingía demencia alegando que las personas tienden a inventar cosas, claro que su madre siempre le decía que dejará de decir eso o terminaría sólo y amargado. Pero preferiría eso a casarse con una oportunista.

Tomo un sorbo de su copa de vino para relajarse un poco hasta que de la nada recordó a Yongguk, miró por su alrededor y no lo encontró. Eso lo extraño bastante ya que haces unos minutos atrás estaba saludando cordialmente a los invitados.

La brisa que corría por el balcón era refrescante, tal vez parecía un ermitaño al preferir un ambiente tranquilo pero así era él, así era Bang Yongguk, se escabullo de aquella reunión apenas tuvo la oportunidad, se sentó en una de las sillas que ahí se encontraba y cerró los ojos.

Poco a poco fue consciente de que alguien acariciaba su cabello, tan despacio que podía pasar desapercibido, sonrió internamente cuando un aroma conocido invadió sus fosas nasales. Aquella persona que se encontraba lo más probable sentada en la silla continua nunca iba a cambiar.

—¿Qué te trae por aquí Himchan? —las caricias desparecieron por completo. Decidió abrir los ojos encontrándolo a él con una copa media llena en su mano, frunció el ceño, lo que menos le agradaba era verlo beber. Era como si tratará de olvidarse de todo cada vez que lo hacía.

— Escapar de esa gente —dijo evidente el hecho de estar ahí.

— Claro y por eso vienes aquí, sin decir nada acariciándome el cabello.

— E-eso no cierto —expuso algo nervioso y Yongguk sonrió ante esto — Sólo me preguntaba el porqué de tu cabello largo —bueno ni él mismo sabía el porqué, de cierta forma se había convertido en parte de su apariencia - Con esa apariencia pareces esos mafiosos japonés... como se llamaban a si yakuzas.

Yongguk lo observaba con un leve tic en su ojo izquierdo, ayer le dijo "el tipo ese" ahora le decía "yakuza", mañana que sería.

— No crees que nos estamos desviando del tema.

— No lo estamos haciendo... —algo captó su atención ya que de la nada se quedó mirando por el balcón.

— Te pasa algo —pregunto al verlo tan concentrado.

— No, sólo recordé que tengo algo que hacer —se levantó y se fue sin más.

Yongguk se recostó en la silla y suspiró, como la cosas pueden cambiar con los años.

Himchan y él se conocen desde pequeños, se podía decir en aquel entonces que eran los mejores amigos del mundo. Sus padres y el padre de Himchan murieron en el mismo accidente hace algunos años atrás y Yongguk al no tener a ningún familiar el señor Park (secretario de la señora Kim) se convirtió en su tutor legal.

Nadie entendía en aquel entonces el porqué de eso, pero a él se lo dijeron desde siempre. Al ser el único heredero de la familia Bang, muchos tratarían se adueñarse de su fortuna, que incluía las acciones en la empresa Sprint Corportion.

Como medida la presidenta Kim y el secretario Park se encargarían de todo, sus estudios, el lugar donde viviría, su alimentación y cualquier cosa que un niño de siete años quisiera. De esa forma lo conoció, Himchan se ocultaba de todos ya que no era muy conversador y Yongguk al ver esto se acercó, eran los únicos niños de esta casa que podía salir mal. Ahora ni eso eran, prometieron estar siempre juntos.

— Como cambiaban las cosas. No es así Himchan —dijo en voz baja.


...


Daehyun se encontraba acostado en su cama, se removió un poco tratando de volver a dormir pero nada, estiró su mano hacia la mesita de noche para coger su celular y poder ver la hora.

— 6:00 am.

Por Dios como podía ser la vida tan miserable y desgraciada con él.

Como alguien podía despertarse tan temprano aun sabiendo que no tenía nada que hacer. Colocó el brazo sobre sus ojos tapándolos de frustración y sin querer recordó el sueño que había tenido el causante de él estuviera despierto a esa horas.

Lo que logró apreciar en el era a alguien del cual no podía ver sus rostro pero sentía sus labios besando su cuello de forma lenta y poco a poco la ropa que traía puesta fue cayendo, las manos de esa persona repasaron cada centímetro de su cuerpo y al final tomo con sus manos su rostro, unos labios capturaron los suyos. Eso fue todo y no lo entendía, que pasaba en ese momento sentía que esa persona era importante pero ¿Quién era?

Su celular vibró, lo tomo y se dio cuenta de que era un mensaje de Jonghyun. De alguna forma sentía que lo que le había escrito era lo que tanto sospechaba y lo fue, eso que estaba en el mensaje cambiaría todo lo que jamás hubiera creído.

-"Las personas de esos dibujos existen Daehyun y ahora todos ellos se encuentran en Seúl."-


...

Himchan caminaba por los pasillos tratando de encontrar a la persona que hace unos minutos atrás que entro por la parte trasera de la mansión y lo vio. Llamando su atención le pidió que lo acompañara a la biblioteca, a veces se preguntaba si de verdad su padre había leído todo esos libros. Asegurándose de que nadie estuviera rondando por ahí entraron.

—¿Qué haces aquí? —fue lo primero que pregunto apenas cerrando la puerta, era extraño verlo por aquí y menos el mismo día en que aquella reunión se estaba llevando acabo, el lugar estaba infestado de esa gentuza.

— Hace tiempo que no nos veíamos Himchan hyung —contesto con una sonrisa en su rostro el otro, ya que desde que el mayor se había ido al extranjero habían perdido el contacto el uno del otro. Himchan suspiró al ver la forma tan relajada de ser de esta persona, aunque podía definirse también como indiferente

— Lo mismo digo... Youngjae.


Rewind || B.A.PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora