E̷l̷ C̷l̷u̷b̷ D̷e̷ L̷o̷s̷ C̷o̷r̷a̷z̷o̷n̷e̷s̷ R̷o̷t̷o̷s̷

×S E I S×

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El ruido de los cubiertos chocando contra el plato de comida estaban haciendo el momento aún más incómodo.

Changbin se encontraba ahí, sentado en el comedor mientras sus padres comían en silencio. Trataba de ignorar las pequeñas punzadas en su nariz por el golpe recibido en la mañana. 

—¿Ya me dirás que le pasó a tu nariz? —preguntó su padre, dejando de comer y mirándolo en busca de respuestas.

Desde que había llegado a su casa había evitado el contacto con su madre para que no preguntara e hiciera como si le importara lo que a él le pasaba. Pero su padre, con él era diferente, sentía las ganas de responder aunque no quisiera. 

—Un bobo me golpeó con el balón de baloncesto—dijo sin importancia, tomando un poco de jugo.

—Supongo que hubo problemas, ¿No? —su padre intentó bromear sonriendo un poco y su hijo le devolvió la sonrisa.

—¿Ahora te interesa lo que le pasa? —su madre soltó de pronto.

Vio como las manos de su padre se hicieron puños alrededor de los cubiertos. Dando un pequeño golpe a la mesa y cerrando sus ojos, como si la voz de su mujer fuera demasiado insoportable. 

Changbin no quería verlos pelear, así que se puso de pie dispuesto a irse de ahí y dejarlos pelear a solas. 

Su madre se apresuró.

—No tienes que irte, termina tu cena —la mujer lo miró con calma.

—No, está bien. Tengo que salir de todos modos —y justo en ese momento el timbre de su casa sonó.

Al fin, Han Jisung había llegado a salvarlo. 

Fue rápido para abrirle a su amigo para que no esperara. Jisung estaba ahí, lucia realmente bien pero su ojo izquierdo estaba un poco hinchado y rojizo. Le sonrió. 

—Vámonos antes de que... —su padre salió detrás de la puerta.

—¿Y él quien es? —preguntó interesado.

—Jisung papá, ahora sí no te molesta... —intento cerrar la puerta pero su padre se lo impidió.

—¿Ya cenaste? ¿Te gustaría pasar a cenar? —invitó.

Jisung estaba quieto en el mismo lugar, intercambiando miradas con Changbin, sin saber que decir. 

—Me encantaría —comenzó Jisung —pero he cenado en casa antes de venir, muchas gracias —sonrió un poco. 

—Oh, una lástima entonces. Espero que algún día puedas cenar con nosotros. 

—Si papá lo que digas —Changbin se apresuró —Jisung, vámonos —apuró a su amigo. 

Ambos chicos se alejaron del hogar del pelinegro, dejando al padre de este parado en la puerta. Segundos después una nueva pelea comenzaba, insultos, lloriqueos y gritos eran originados en la casa de Changbin. 

Que bueno que había salido de su casa antes de que todo eso comenzara. Changbin y Jisung se encaminaban a la casa del más pequeño del grupo. Yang Jeongin.