You found me.

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Lauren

Estaba nerviosa y en realidad lo encontraba estúpido. ¿Nerviosa? ¿Lauren Jauregui nerviosa? Y lo peor era que ni siquiera sabía por qué, había tantas ideas pero ninguna parecía responderme.

¿Ver a tu mejor amiga? ¿Eso es lo que te preocupa, Lauren? ¿Qué tus notas no sean las mejores? ¿Estar cerca de Camil...? Me detuve un segundo y suspiré, ¿qué mierda hacía Camila en mis pensamientos?

Decidí ignorar a mi cabeza el resto del trayecto, lo cual no sería fácil pero por suerte traía mis audífonos, ustedes saben el resto: The 1975 a todo volumen era mi mejor manera de escapar de mis sentimientos.

Camila

"Esto es realmente bonito pero no puedo llevarlo" me dije a mí misma mientras me veía en el espejo. Llevaba el atuendo más provocador que podía haber encontrado en mi closet. ¿Qué te pasa, Camila? ¡Tú no usas esto!

Mi mama no tardó en llegar para ver qué ocurría.

– Cami... – me miró de arriba abajo – ¿Qué traes puesto?- preguntó desconcertada.

– No lo sé – y en verdad no lo sabía. Me tiré sobre la cama.

Ella se sentó a mi lado – ¿Tratas de conquistar a toda la escuela? – bromeó, causando que yo soltara una pequeña carcajada. 
 

    – Estaba buscando que ponerme y esto... parecía... – No sabía que decir, en realidad esto era tan confuso tanto para ella como para mí. 

    – ¿Conociste a alguien? – me preguntó burlona. 

    –  ¡Mamá! 

Hice todo para evitar sonrojarme, fallé. 

– Camila, ésta no eres tú. Esa es la única razón que encuentro para lo que estás haciendo.    

 Mi mama tenía razón, quizás si quiera impresionar a alguien y quizás ese alguien era Lauren.

– No sé porque lo hice – mentí.

– Hija, está bien querer conquistar a alguien, pero no debes fingir ser algo que no eres. No debes vestirte de forma extravagante solo para impresionarlo, basta con ser tú misma y tarde o temprano se darán cuenta de cuan increíble eres. 

– ¿Y si no lo hace? –pregunté cabizbaja. 

– Entonces no vale la pena. 

Sonreí, me dio un beso en la frente y se fue, claro, sin antes decirme que debía bajar a desayunar.

Ella tenía razón, además, ¿Cuáles eran las posibilidades de que Lauren se enamorara de mí?