CAPÍTULO 19

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Kyuhyun llegó a la esquina en la que había quedado encontrarse con Min para aquella noche, en el barrio Hell´s Kitchen. Allí se situaba la entrada de un club nocturno, una extravagante construcción vidriada y de líneas horizontales.
Se incomodó ante las puertas atiborradas de personas «raras»: mujeres que, debajo de la vestimenta estridente, maquillaje y peluca al mejor estilo años ochenta, se percibía su género masculino, y hombres con ropa ceñida que no tenían reparos en demostrar su afecto en la vía pública al besarse o tomarse de las manos. Tragó en seco y cambió el peso de su cuerpo de un pie al otro. Lo había embaucado lisa y llanamente para atraerlo a este sitio.
Si le hubiera explicitado a dónde lo invitaba, jamás hubiera aceptado.
Alguien lo tomó por detrás pegando el torso a su espalda, y hasta que lo
besó en el cuello y el aroma a jazmín y romero lo envolvió, no se relajó y a
punto estuvo de revolotear puñetazos por doquier. Se fundió con el cuerpo que tenía detrás y lanzó un profundo suspiro de placer, como si hubiera estado conteniendo la respiración. Posó las manos sobre las que lo rodeaban por la cintura y la sangre se le atropelló en las venas en medio segundo por la anticipación de tenerlo cerca de nuevo. Las vivencias de la noche que pasaron juntos inundaron su mente y lo hicieron arder hasta que su erección se
presionó contra la cremallera de su pantalón en búsqueda de liberación.

—No sabía que era un club… —se interrumpió Kyuhyun y realizó un ademán con la mano al abarcar la gente que aguardaba a entrar sin hallar la palabra justa para definir lo que intentaba expresar.

Sungmin lo soltó y lo rodeó hasta establecerse frente a él. A Kyuhyun se le cortó la respiración ante lo endemoniadamente atractivo que estaba con el cabello suelto hasta los hombros, la camisa blanca abierta hasta la mitad del pecho y los pantalones negros ceñidos que marcaban sus estrechas caderas.
Sungmin le dedicó una media sonrisa y los ojos lo recorrieron de la cabeza a los pies y de nuevo hacia arriba. Kyuhyun se había puesto una camiseta y un jean oscuros. Por la mirada apreciativa que le dirigía Min, no se había equivocado al elegir su atuendo.

—¿Gay? —se mofó Sungmin y se carcajeó del rubor que repentinamente cubrió las facciones de Kyuhyun—. Más bien es LGBT, Kyu.

—Creí que era un bar como cualquier otro —masculló Kyuhyun entre dientes.

—Pues no. Vamos, aflójate, abogado. —Enlazó sus dedos con los de Kyuhyun y tiró de él hasta la entrada del club.

Kyuhyun tironeó de su mano hasta recuperarla.

—No lo creo. —Se plantó a tan solo unos pasos del ingreso y lo observó
con seriedad—. No voy a entrar,Min.

Los ojos melosos no hicieron nada por ocultar su desilusión, y eso fue una
punzada en el corazón para Kyuhyun. No quería estropear sus expectativas, pero no había forma de que entrara a un lugar así. ¿Así? ¡Sonaba tan presuntuoso y estirado! Se mordió el labio inferior e hizo un paneo por los especímenes que pululaban a su alrededor entre intrigado e incómodo.

—¿Confías en mí? —preguntó el castaño, y lo odió por ello.

Era una pregunta con una respuesta más que obvia para esas alturas. Claro que lo hacía. Aunque el contemplar a las personas que se encontraban a su
alrededor se sentía intimidado y fuera de lugar, sin saber cómo proceder en un ambiente que le era en extremo ajeno.

—Sabes que sí.

—Entonces vamos. —Min extendió su mano y aguardó a que él se la tomara.

Su bello rostro estaba adornado por una amplia sonrisa que dejaba a la
vista aquel hoyuelo en la mejilla izquierda. La expresión de Min transmitía tanta tranquilidad y calidez que Kyuhyun se vio contagiado por él.

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