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POV RUGGERO
La vida es como una bicicleta. Para mantener el equilibrio tienes que seguir adelante. La vida tiene momentos difíciles como lo es cuando montamos bicicleta, pero la clave siempre es seguir intentado para lograr el objetivo.
- Hermano, por fin llegas, yo pensé que ya ni venias – Mike me abrazo cuando entre a la casa.
- Estuve a punto...
- Uy que mala onda que seas así neta – fingió estar ofendido.
- Supéralo – soltó una carcajada, a lo que una rubia al escuchar a su novio reírse de esa manera se acercó a nosotros.
- Rugge por fin llegas ¿y vera? - no respondí.
- Amor ¿no supiste?
- ¿Qué cosa? ¿Le paso algo?
- No cariño, Jorge le dijo a Ruggero que no la podía traer porque era solo reunión del elenco.
- ¿Es en serio? Jorge López y sus ocurrencias.
- Chicos ¿qué hacen ahí? Vengan a comer que ya están listas las enchiladas – una mexicana hablo desde la cocina – Ay hola Rugge, no te vi.
- No te preocupes....
- Bueno vengan rápido que si no se acaba – se adentró al comedor donde me imagino yo, ya estaban sentados para comer.
- Gio siempre preocupada de que todos comamos. – Mike sonrió mientras veía como se iba.
- La más linda de mis amigas – Valu comento.
- Mejor vamos, antes de que nos dejen sin comer.
Los tres caminamos hacia el interior de la cocina y visualizamos que ya todos estaban en la gran mesa, aunque algunos como Lino, Jorge, Ana, Male y Gastón estaban sentados en la sala de estar porque todos no cabían en la mesa.
- Buenas noches – grite a todos, porque la verdad no tenía ánimos de saludar uno por uno.
- Buenas noches – gritaron todos.
- Vengan a comer antes de que todo se acabe - Lino grito con el palto en las manos.
- Yo a ti te conozco – eres el señor de la otra vez- la pequeñita que conocí y rego su coca cola arriba de mi traje estaba en frente de mi con una sonrisa.
- Y yo a ti princesa, ¿Cómo has estado? - la nena me iba a contestar pero una voz nos interrumpió.
- Valeria ven a comer que se te va enfriar la comida – La voz de la mexicana se escuchó.
- Creo que debes ir con tu mama – ella frunció el ceño y asintió mientras corría hacia la parte de la mesa donde se encontraba Karol, la mirada de la chica se cruzó con la mía. Por leves segundos volví a sentir ese cosquilleo que ella siempre género en mí.
