CAPITULO I

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Tenía que admitir que llevaba tiempo sin divertirse tanto, en esta ocasión no debía preocuparse por llegar temprano, por prepararse al día siguiente para alguna sesión de fotos o algún evento, estaba bailando, bebiendo, riendo a mas no poder.

Desde que se encontró con su amiga Sora en la plaza, su rostro se iluminó y corrió a abrazarla, pero no estaba sola, reconocía perfectamente el peinado de aquel chico que la acompañaba, desaliñado, con una forma muy peculiar, su emoción al verle no podía ser mayor.

-TAI!!!-

-MIMI!!!!- Gritaron ambos al unísono, se apresuraron a darse un abrazo y algunos saltos de alegría.

-Hey! ¡Pero que ha pasado contigo, hace tanto que no se de ti!- decía cual chillidos la joven castaña, llevaba ya tiempo sin saber de su amigo Tai.

-Pues, he estado un tanto ocupado- dijo con un tono algo desanimado- pero qué hay de ti, te vez increíble, será genial ahora que estar nuevo con nosotros- se quedaba sin aliento al intentar a la misma velocidad que su amiga, mientras tanto Sora solo reía de la cómica escena, era de admitir que ambos tenían una presencia muy efusiva y juntos todo eran gritos de emoción y discusiones divertidamente absurdas.

Mimí y Sora solían hablar mucho por chat, se mandaban mensajes casi todas las semanas para saber cómo les había ido, compartían videos, música e incluso algunos fines de semana hablaban por video-llamada, ambas tenían una relación muy estrecha, Sora era lo único que la unía a su tierra natal cuando estaba lejos.

Ahora se encontraban en un antro/karaoke/bar, tomando y hablando de sus aventuras, poniéndose al corriente de todo, Mimí estaba más que divertida con las anécdotas de Tai, pero no podía evitar ver como su amiga Sora en ocasiones se ponía incomoda o se escondía viendo el celular.

-Valla, ya se tardó mucho, ese idiota...- dijo Tai, notando las acciones de Sora

-¿Acaso esperamos a alguien más? - dijo Mimí viéndolos a ambos con una expresión de intriga. Sora bajo un poco la cabeza y evito mirarla, Tai había puesto una cara de inconformidad, pero no permitiría que eso aguara la fiesta.

-Hey! ¡Vamos a bailar! No podemos estar aquí sentados todo el rato- dijo levantando el puño, alzando la voz. Su mirada de decisión lo decía todo, los tomo del brazo y los arrastro a la pista –Amo bailar- expreso al llegar a ésta y empezó a moverse con el ritmo de la música.

-Mimí, no soy muy buena bailando – dijo Sora con cara de pena

-Oooh vaaaamooos – berreo Mimí, odiaba bailar sola y en el momento que vio a su amiga dar la vuelta comenzó a hacer berrinche, lo que hizo que Tai no pudiera evitar ver lindo, comenzó a reír y le siguió la corriente. Tomo a Mimí y a Sora del brazo y les dio una vuelta, para bailar.

-Que afortunado soy de tener a dos chicas tan hermosas como pareja de baile- dijo viéndolas con una mirada picara y acercándolas a él, ambas se rieron y le dieron un pequeño golpe en el pecho

-Está bien – dijo sora entre risillas – pero solo una canción – guiñando el ojo, comenzó a bailar a la par de sus compañeros.

Aun no era muy noche, no habían bebido lo suficiente, pero Tai ya estaba algo cansado, seguirle el paso a Mimí era difícil, bailaba con tanto entusiasmo sin sudar una gota, era sorprendente, sobretodo porque él, a pesar de ser un atleta no estaba acostumbrado a bailar tanto, el alcohol estaba haciendo lo suyo y sentía que necesitaba un respiro. Sora, al igual que su castaña amiga, parecía no fatigarse, a pesar de su renuencia al principio, con un par de copas había olvidado toda inhibición en la pista, ambas eran fuego, sus cuerpos bien formados y sus lindas caras no habían evitado atraer a alguno que otro chico que deseaban bailar con ellas, sin embargo, la presencia del joven a su lado lograba ahuyentarlos al instante. Ambas querían seguir bailando, pero la música había bajado el ritmo y resolvieron regresar a su mesa a beber un poco más, Mimí volteó hacia la entrada, justo antes de parar de bailar, no pudo evitar notar a un joven de apariencia familiar, su vestimenta completamente negra con chaqueta de cuero y mirada era seria contrastaban totalmente con el lugar, parecía estar buscando a alguien, de pronto el sonido se esfumó, los ojos cafés claro de Mimí conectaron al instante con el chico de ojos azules, el tiempo se detuvo en un instante y parecía no existir nada más.

Esa Voz - MIMATOWhere stories live. Discover now