Un Cuento De Hadas Parte 10 FIN

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-Ah... Mmmm espe-espera, no podemos hacer esto, no en este lugar.
-¿Porqué no?
-Estamos en la casa de mis padres, ellos te odian y no saben que estás aquí.
-Entomces no hagas ruido...
-E-eso mmmm es impo-Ah imposible.
-Jeje, ya veo, pero estas muy animado, seguro quieres que me detenga.
-No, no quiero, pero tampoco quiero hacerlo de esta forma.
-*suspiro* Bien, lo entiendo.
-Quiero hacerlo pero no como si fuese algo malo.
-Lo sé, yo tampoco quiero eso pero de verdad deseo hacerte mío.
-Mmm, bien, solo espera hasta que me gradué y entonces... - un poco de rubor cubrió mi rostro al pensar en lo que pasaría.
-De acuerdo, esperare - su mirada era un tanto burlona.
Depositó un tierno beso en mi frente.
Hacían ya dos semanas del insistente con mis padres y Daniel me visitaba a escondidas constantemente, era algo así como un romance prohibido, tal vez como Romeo y... ¿Julian?.
Lo importante era que no se rendía y yo seguía queriéndole.
Después de decir aquello el salio por la ventana como de costumbre mientras me dedicaba una dulce mirada.

Día de la graduación.

Hoy por fin es el día que tanto espere, ya nada me detendrá.

-te vez muy animado hijo
-lo estoy
-es momento de la foto
-bien, sonrían. *clic*
-ahora hay algo que debo decirles, Sasha y yo hemos terminado.
-¿Qué? No puedes hablar en serio, me imagino que no es por una de tu sandeces de salir con un hombre, ¿verdad?
-No son sandeces, pero si, es por eso... YO AMO A DANIEL.
-Ya vas a empezar con esas tonterías
-No lo son ¡lo amo! Y no me importa si no me aceptan, ya soy lo suficientemente mayor como para salir de aquí quieran o no.
-Y te crees que lo voy a permitir, ahora mismo vamos a la casa.
-Tranquilizense ambos, papá escucha a mi hermano, el está enamorado de un hombre pero no hay nada de malo con ello.
-¡¿COMO QUE NADA DE MALO?! ES UN HOMBRE UN P*TO HOMBRE, NUNCA LO VOY A PERMITIR.
-Cariño calma, vamos a casa y ahí hablamos.

Subimos al auto y en todo el camino nadie hablo, solo era una silencio abrumador.
A llegar todo volvió a ser violento, mi padre me tomó del brazo y me subió a mi habitación.

-Aquí te quedas, no saldrás hasta que reflexiones.
-No hay nada que reflexionar.
-¿Qué hice para tener un hijo marica?
-¿Tanto me odias?

Mi padre no dijo nada y salió, cerró la puerta con seguro y se fue.

-Pssss, hey niño- alguien aventó una piedra pequeña a mi ventana y me llamó.
-Daniel, ¿que haces?
-vine por ti.
-no puedes, te matan si te ven.
-no me importaría morir por ti.
-tonto, yo no lo soportaría.
-Entonces ven, salta, yo te atrapó.
-¿QUÉ?
-Alexander, yo nunca ame a nadie y no podía creer que me enamore de un hombre pero cada que te veo siento que eres lo único que deseo y al único con el que quiero estar, ¿vendrías conmigo?
-Ah... si, sisisi, TE AMO.

Sin duda alguna salte desde mi ventana y en un estruendoso salto caí en los brazos de mi príncipe, por un momento todo era perfecto.

-¿Qué pasó?- papá salió de casa por el ruido encontrando la escena de fuga.
-Papá, lo siento pero es así como es, lo amo.
-Maldito. Nunca vuelvas.
-Cariño.

Mi padre me miró con odio y reproche.

-¿Hijo, esta es tu felicidad?
-si, madre.
-Bien, yo me encargo de tu padre, en algún momento lo aceptara
-MAMÁ, gracias.

Salí corriendo tomado de la mano de Daniel y subimos a su auto.

-¿ha donde iremos?
-ya lo veras
-bien
-te amo.

Una sonrisa se dibujo en mi cara y solo mire al frente.

-Yo también.

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