Habíamos ganado, de nuevo estábamos a salvo...
—Deberías descansar. Tuvimos un día bastante pesado hoy, hijo.
—Pero no tengo sueño...— y dicho esto, bostezó. Reí y revolví su mechón azul, arrancándole una limpia carcajada.
—Ok, ok, tú ganas papá...pero, con una condición.—¿Te sientes muy valiente hoy, pequeño?
—¡Invencible!— antes de explicar nada, se subió a mis hombros, recargando su cabeza sobre la mía. —Ya, ahora sí puedes llevarme a mi cuarto.
—Como diga General.— reí también, sujetándolo con cuidado para levantarme sin dejarlo caer, dirigiéndome a la habitación de mi hijo; una vez dentro saltó a su cama dando una marometa, cayendo limpiamente en el colchón.
—¿En serio tengo que dormir?
—Sólo si mañana quieres estar despierto a tiempo para que entrenemos juntos.
—¡Seguro, seguro!—exclamó dando saltos, y por un segundo, lo vi como si fuera un cachorro de nuevo.
Sentí un nudo en mi garganta, pero no dejé de sonreír.
—Si rompes algo, HUE se pondrá como loco.
—¿En serio HUE?
—Sí.
–Ok, ok, de nuevo me ganan.— respondió haciendo un puchero, recostándose por fin; estaba por arroparlo y salir cuando me sujetó del brazo.
—Adivino, ¿otra condición, pequeño?
—Sí, pero no es nada de otro mundo Papá... ¿Podrías cantar? Ya sabes, como lo hacías antes. Ya encontré el piano, pero no deberíamos molestar a nadie...
—No es problema.— habló HUE de pronto, y tomándome por sorpresa, los robots habían llevado el instrumento al cuarto de mi hijo; era más pequeño de lo que recordaba, o la habitación más grande. —Todos amamos cuando Avocato canta.
—Vaya, qué detalle HUE...— dije, realmente sorprendido. ¿Acaso lo tenía planeado o algo? ¿De dónde lo sacaron...tan de pronto?
—¡Cielos, gracias HUE!
—Descansa, Little Cato.— mi hijo aplaudió entusiasmado, acostado y mirándome con esos ojos grandes que a veces hacía para salirse con la suya.
—Bien, ésta vez, tú ganas.
—¡Genial!— suspiré y me senté frente al piano, mientras volvían a mi memoria los acordes de una canción...que era perfecta para la ocasión.
—¿Qué puedo decirte? Tienes mi nombre, los ojos de tu madre. Cuando llegaste al mundo y lloraste, me rompiste el corazón.
Te dedico cada día de mi vida, aunque la vida doméstica no es exactamente lo mío, no es mi estilo... Cuando sonríes me haces pedazos, y yo me creía tan listo...
Crecerás, y estaré ahí para luchar por ti, haré lo correcto por ti.
Crecerás y te harás tan fuerte, que te abrirás paso en el mundo y me sorprenderás.
Algún día, algún día me sorprenderás...
¡Oh Cato, cuando sonríes debo rendirme!
Te miro, hijo, y sé que el orgullo no es la palabra que estoy buscando, pues hay tanto dentro de mí ahora...
Mi querido Cato, sueles brillar más que el sol al amanecer, mi hijo...cuando sonríes, me hago pedazos, y me creía tan inteligente...
Mi padre nunca estuvo cerca de mí, pero yo juro estar aquí para ti.
Haré lo que sea necesario, cometeré un millón de errores.
Haré del mundo un lugar seguro para ti.
Lucharé por ti, haré lo correcto por ti.
Te pasaré mi fuerza, y cuando crezcas, me sorprenderás.
Algún día...algún día me sorprenderás.
Poco después, estaba profundamente dormido. Lo arropé con cuidado y salí de la habitación, procurando no hacer ningún ruido.
Afuera había silencio, quizá demasiado.
Decidí darme una vuelta por las otras habitaciones, como un pretexto...para saber si Gary estaba bien.
Me preguntaba de qué había hablado con Airgone, si algo habían hablado siquiera...
Y estaba nervioso.
Nunca me había sentido tan...vulnerable.
¿Y eso...estaba realmente mal?
°°°
Llegué a la habitación del ojiazul, pero antes de entrar, toqué a la puerta.
—...¿Gary?
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Our Story
FanfictionDicen que cuando alguien entra a tu vida, la cambia para siempre. ...pero cuando lo conocí, mi vida cobró sentido. Nunca volví a ser el mismo. Y nunca fui más feliz...