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Mari

Estamos en la cafetería, Jimin me había comprado una pastilla para calmar un poco el dolor de cabeza.

—Gracias— dije sonriendo.

—De nada tonta. La próxima no tomes con nadie más, sólo yo puedo llevarte a tu casa — diji empujando mi cabeza con suavidad.

—Auch, duele—me quejé sostenido mi cabeza.

—Deja de tomar tanto alcohol entonces

—Lo haré cuando tú lo hagas— alce una ceja.

—¿Jimin? —habló una chica que llegó frente a nosotros.

—¿Cele? — dijo Jimin sorprendido. Yo solo observaba todo sin decir nada.

—Tanto tiempo — habló la chica lanzándose para abrazar a Jimin. Vaya la debe de conocer muy bien para abrazarse así.

—Hola— dije parandome junto a Jimin. La chica esa solo me miro feo y volvió su vista a Jimin.

—¿Como estas?— habló ella ignorandome por completo. Ya me empezaba a caer mal está tipa mal educada.

—Muy bien, ¿y tú?— respondió Jimin igualmente ignorándome, estaba tan furiosa que sólo tomé mi bolso y me fui, Jimin ni siquiera lo notó.

Me fui hasta el campo de la universidad, pateando todo lo que me encontraba a mi paso, iba furiosa. Jimin me había ignorado por estar hablando con esa chica pero quien se cree esa para venir así no mas y quedarse de lo mas feliz con Jimin 

Agh él también es un imbécil. Que se quedé con ella y que se vayan al demonio los dos

—¡Maldito!— Grité con todas mis fuerzas golpeando el piso con mi zapato.

—¿A quien le dices maldito? — habló Jimin sentándose junto a mi, ni siquiera noté a que hora llegó.

—A nadie— me levanté y me fui de ahí dejándolo sólo.

No quiera verlo, es un desgraciado y estaba enojada con él.

Agh Mari ¿por que te afecta que él este con otra?

¡Agh cállate!— golpeé mi cabeza sintiendo como dolía, había olvidado hasta mi dolor.

—¿Por que te golpeas? — preguntó Lili mientras reía por mi acto.

—Por nada— sonrei disimulando mi enojo.

—¿No será por que Jimin tiene nueva conquista?— me vio alzando una ceja.

— Él no tiene nueva conquista, ¿y tú como sabes eso?— la vi interrogante.

—Pues hace rato vi a Jimin con una chica pensé que era su conquista — río.

—No, esa tipa acaba de aparecer y no sé de donde salió pero la odio— me crucé de brazos.

—Pero si no la conoces

—Igual la odio

—Ay Mari, que haré contigo— me abrazó llevándome al salón de clases.

Ambas nos sentamos en nuestros asientos para esperar que el maestro llegara, en eso entró la tipa que estaba con Jimin y detrás de ella venía el profesor

𝙎𝙤𝙡𝙤 𝙖𝙢𝙞𝙜𝙤𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora