~42

1.3K 100 0
                                    

Jimin

No podía dormir y cuando salí a tomar aire vi a Mari sentada en una banca, me preocupé mucho por ella pero también me pareció un lindo gesto de su parte que se haya quedado aquí aun estando enojada conmigo

Después de que habláramos sobre que si iré a rehabilitación ella ya no estaba enojada conmigo, se que lo hace porque no quiere que me pase nada y eso es lo que mas valoro de ella. A pesar de todo se preocupa por mi y eso hace que la ame mas

Le indiqué que pasara conmigo a mi habitación porque obvio que no dejaría que ella se quede aquí afuera, ambos nos acostamos en la cama, ella tenía su cara en mi pecho mientras yo la rodeaba con mis brazos, amaba tenerla así de cerca, poder sentir su aroma y sentir que esta conmigo y que puedo abrazarla y besarla.

Cuando estaba muy drogado y borracho lo único en que pensaba era en ella y por eso me enojaba mas y tomaba más y mas, me dolía que ella amara a alguien que no fuera yo, en ese momento solo quería olvidarme de ella para siempre pero ya ven que no lo consigo. Mari se metió en mi corazón hasta lo mas profundo y haga lo que haga no puedo sacarla.

—¿En que piensas?— preguntó sin verme haciendo que abandonara mis pensamientos.

—En ti— la abracé mas fuerte.

—Eres un mentiroso— río bajo contagiandome a mi.

—Es la verdad

—Ya descansa— dijo mientras se pegaba mas a mi cuerpo para dormir.

Pasaron varios minutos donde yo solo me había dedicado a observar como Mari dormía hasta que después me ganó el sueño y yo también me dormí

                                     🍃

Me desperté por alguien que movía mi hombro diciendo que despertara, cuando abrí los ojos me encontré con Jin quien nos veía sonriente. Mari aún dormía así que con cuidado quité mi brazo para no despertarla y bajé de la cama

—¿Que pasa Jin? — hablé bajo para que Mari no despertara.

—El doctor dijo que ya podías irte que solo no debes probar nada de drogas ni alcohol ¿entiendes Jimin? — sonó amenazante mientras me vía fulminante.

—Si, si, si si y si— hice una mueca para después reír — Ya entendí la lección Jin, no te preocupes. Además le prometí a Mari que iría a rehabilitación y lo cumpliré

—Sabía que ella lo lograría— vio a Mari sonriendo.

—Oye ¿que le ves tanto? — empujé el hombro de Jin y él río.

—Ya, no seas celosos Jimin. Adiós nos vemos en la noche, lleva a Mari a su casa y no hagas nada malo — apuntó con su dedo mi frente.

—Si, ya vete— lo empujé para que saliera.

Regresé a la cama donde se encontraba Mari y me senté junto a esta, me quedé unos minutos viéndola hasta que empezó a moverse

—Buenos días— dije dándole un beso en la frente.

—¿Como amaneciste? — preguntó con su voz adormilada mientras estiraba su cuerpo.

—Muy bien— sonrei — Ya nos podemos ir, el doctor me dio de alta

—¿Enserio? ¿Entonces que estamos esperando? — se levantó a toda prisa de la cama.

—Solo me quito esta bata y nos vamos—caminé al baño con mi ropa en mano.

Después de unos minutos salí y Mari no estaba en la habitación, cuando salí la vi venir hacia mi.

—¿Donde estabas? — pregunté abrazándola.

—Fui al baño un momento— sonrió dándome un pequeño beso en la mejilla—Vamos a casa— dijo tomándome de la mano.

Mari

Ambos salimos de ese hospital y fuimos a buscar un taxi para ir a mi casa ya que a la de Jimin no creo que él quiera ir

El taxista nos dejo frente al edificio y ambos salimos para subir a mi apartamento. Y por si no fuera poca mi mala suerte en el mismo elevador que subimos nosotros también iba Wung, el ambiente era incomodo, yo no volví ni a ver a Wung y Jimin no soltaba mi mano

—¿Por lo que veo están saliendo?—dijo Wung riendo burlescamente.

—Que te importa— respondió Jimin furioso.

—Ten cuidado con Mari— seguía riendo y yo quería asesinarlo a ese imbécil.

—Él que va tener cuidado eres tú imbécil— Jimin soltó mi mano y ahora estas estaban sobre la chaqueta de Wung mientras Jimin lo acorralaba contra la pared — Vuelves a decir algo sobre Mari y te mato— dijo pegándolo fuerte en la pared y Wung solo sonreía.

—Basta Jimin. No vale la pena — dije intentando separarlos pero ahora Wung también sostenía la chaqueta de Jimin y se veían con odio.

—Eres un imbécil. Ella te dejará a como los deja a todos— río Wung.

—¡Callate!— gritó Jimin dándole un golpe en la cara haciendo que cayera al suelo, este de inmediato se levanto e iba a ir sobre Jimin pero yo me puse en medio.

—¡Basta!— grité — No entiendo porque sigues metiéndote en mi vida si yo nunca jugué contigo. Dejame en paz — dije viendo a Wung directo a los ojos.

—La próxima que te escuche hablando algo sobre Mari, no quedarás vivo— amenazo Jimin.

—Te estaré esperando — respondió Wung y gracias a Dios en ese momento el elevador se detuvo para que él bajara.

—¿Estas bien?— pregunté cuando Jimin y yo ya estábamos solos.

—Agh — gritó pateando las paredes del ascensor, estaba furioso.

—Tranquilizate Jimin — tomé su hombro para que se calmara un poco.

—¿Por que no me dejaste partirle la cara? — gritó empuñando sus manos.

—No vale la pena— lo abracé pero él no correspondió a mi abrazo.

—No es la primera vez que habla así de ti, y no sabes las ganas que tengo de partirle la cara— habló furioso y en ese momento el elevador se abrió y Jimin salio de inmediato, yo corrí detrás de él.

—¿Por que no me habías dicho que Wung y tú habían hablado de mi? — dije parandome frente a él.

—Porque no le tomé importancia— siguió su paso hasta que llego a la entrada de mi apartamento.

—¿Y que fue lo que te dijo?— pregunté mientras abría la puerta.

—Ya te dije no tiene importancia— caminó hasta la sala y se sentó ahí cubriendo su cara con sus manos.

—Para mi si tiene importancia— dije sentándome junto a él.

—¡¿Y por que te importa tanto ese imbécil?!— gritó girando su vista hacía mi.

—Él no me importa. Pero si me importa lo que pienses tú de mi— grité tomando su cara entre mis manos — No quiero que el imbécil de Wung te haga creer cosas que no son

—No importa lo que él diga, porque yo confió en ti— me abrazó fuerte.

—Te amo— dije antes de unir nuestros labios en un exquisito beso, amaba sentir el sabor de sus labios. Su lengua recorría cada parte de mi boda mientras mordía suavemente mi labio inferior. Jimin me encantaba y me hacia sentir tantas cosas que era algo inexplicable, solo sabía que lo amaba cada día mas




𝙎𝙤𝙡𝙤 𝙖𝙢𝙞𝙜𝙤𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora