[09] Sacrificios

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Yoongi caminaba por los vacíos pasillos de ese lugar, viendo como estaba totalmente amueblado para una pareja de dos.

Su madre había requerido su presencia en esa casa en venta para poder verla junto a Nayeon, su prometida.

Su compromiso era algo que Yoongi decidió aceptar por el amor a sus progenitores y porque temia quedarse solo. Aunque hace pocos días ese temor quedó atrás cuando conoció a ese ingresante de pelo negro y aroma a Limón, aroma de un alfa puro.

Su lobo interno reclamaba verlo todo el día, abrazarlo y darle mimos. Yoongi obviamente ignoro dichas peticiones, el no era un Delta y nunca lo sería.

Intento alejarse de Jimin y mantenerse cercano a su prometida, Nayeon. Pero algo en su interior lo rasgaba cada vez que se alejaba.

No, no va pasar — se juro a si mismo.

Los deltas eran apartados de la sociedad y apuntados como defectuosos y denigrantes, no podía hacerle esos a sus padres. Tuvo que contradecir a su lobo interior, sabía qué estaba mal no escucharlo, pero no tenía alternativa.

– Yoongi, cariño – era su madre, detrás de ella, estaba Nayeon – ¿Que piensas de la casa? Es hermosa ¿No lo crees? - río.

— ¡Es hermosa, Yoongi! — chillo Nayeon bajando por las escaleras.

Yoongi miró a su madre, una señora de alrededor de los 50 años, tan pequeña y fragil por las consecuencias de su enfermedad.

Su madre, Mina siempre cuido de el aunque no compartieran relación sanguínea y luego llegó su padre, Hee Woo, un alfa de una familia poderosa lo acepto como su hijo, ambos le brindaron mucho amor y apoyo por eso no podía decepcionarlos.

El compromiso con Nayeon, le abrían las puertas a una mejor estabilidad económica.

.🐺.

– ¿Que te pareció la casa, Nayeon? – Su madre bebió un sorbo de café. Estaban en esa pequeña cafetería llamada Moon, no estaba muy alejada del barrio donde posiblemente iban a vivir.

– Es muy linda y grande, le doy mi aprobación – Sonrió y tomo una porción de ese pastel de chocolate – Este pastel está delicioso,  nunca habia probado algo similar – exclamó llamando la atención del camarero – Disculpe, ¿Como se llama este postre? – Le pregunto al camarero.

– ¡Oh! Ese postre se llama, Chimmy. Es una receta especial de nuestro pastelero.

¿Chimmy? Que nombre más raro, ¿no lo crees? Yoongi.

– Si, querida ¿Quieres llevarte una porción para más tarde? – le pregunto

– Si, gracias Yoongi – Nayeon abrazo a Yoongi – Amo los pasteles de chocolate con frutillas.

Chocolate con frutillas, es una buena combinación - pensó Yoongi.

– ¿Sucede algo, hijo? – la madre de Yoongi le preguntó.

– No, sólo pensaba en algo.

– Muy bien, ahora que Nayeon aprobó la casa, ¿tu que dices?

Yoongi miró a su madre que poseía una gran sonrisa en su rostro y luego miró a la porción de pastel que Nayeon estaba consumiendo.

– Está bien para mí

...

Esa noche, decidió dejar a su madre y a su prometida para irse con la excusa de que debía estudiar para unos finales, pero la verdad es desde esa mañana su cuerpo se retorcía en dolor y estaba empezando a empeorar, las medicinas no hacían efecto, el sabía el porqué, los dolores provocados por su lobo interno no eran curado por esos farmacos sino por escucharlo y hacer lo que le dice a gritos.

Buscalo búscalo búscalo

Otra vez, su lobo interno le pedía a gritos en busca de Jimin, no hizo caso y camino lejos de su viejo apartamento, donde solía vivir antes de entrar a la Universidad hacia no sabe a dónde sus pies lo llevarán.

Sus pasos lo llevaron a una entrada de un hotel, en la entrada de veia varios jóvenes hablado otros bebiendo, era tarde por la noche y su cuerpo estaba muy adolorido para volver a su departamento. Así que sin más, camino dentro y reservó una habitación.

–Noveno piso, habitación 901, gracias por su estadía.

Camino hacia el ascensor, y dentro de el se relajo un poco,el dolor había disminuido. Las puertas se abrieron en el octavo piso y un aroma a Limón inundaron sus fosas nasales por instinto Yoongi cerro sus ojos y olisqueo más.

– Yoongi-Hyung  – Dijo su pequeño predestinado.

Yoongi abrió sus ojos y lo vio, su cabello negro revuelto y una pequeña gota de sudor recorriendo sus rosadas mejillas hacia sus abultados labios aún con el aroma de otro alfa encima del pelinegro, él quería abrazarlo en ese instante y olvidar todo pero se contuvo.

¡Mierda!

Abrazarlo era arriesgarse mucho, era tirar sus planes y los suyos. Las puertas del ascensor se fueron cerrando lentamente, como si estuviera en cámara lenta.

Una vez Yoongi se metió a su habitación de hotel se permitió larga toda su ira guardada y sus lágrimas bañaron su rostro.

Su lobo reclamaba suyo a un alfa, estaba comprometido con alguien a que no amaba, los estudios eran cada vez más agotador, su sueño era hacer canciones no estar diagnósticando personas, quería mucho a sus padres al punto de cumplir sus deseos pero no sabía si podría soportarlo.

El dolor volvió otra vez, su lobo interno iba a matarlo de dolor.


Eran las 4 am cuando escucho que alguien tocaba su puerta. El se encontraba acostado sobre la tina del baño, sin ganas de moverse, así que dejó que siguieran tocando la puerta.

– Yoongi- Sunbae, soy Jimin.

Yoongi pensó que su mente le jugaba una mala pasada, así que cerró sus ojos y hundió su cabeza en la tina que estaba llena de agua.
Debajo del agua pudo sentir su corazón latir más fuerte y la voz de su lobo interno surgió.

No te rindas, Yoongi. Sólo sigue a tu corazón y  mis palabras.

Se estaba quedando sin oxígeno debajo del agua, sus planes no eran morir pero sus acciones de ahora reflejaban otra cosa, no quería salir del agua. Quería sentir su corazón latir lentamente hasta quedar inconsciente.
Sus párpados se estaban cerrando lentamente, ya no oía su corazón.

De repente, una mano lo jalo hacia afuera logrando que sus  pulmones empezaran a ingresar oxígeno con desesperación.

– Yoongi  ¡¿Me escuchas?! ¡Respira!  – los ojos de  Jimin se veían preocupado y asustados.

Lo siento, yo no puedo. . – susurro bajito hasta que sintió la oscuridad rodearle.

¿En que momento su vida había tomado ese rumbo?

Continuará...
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Corregido
PT.1

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