De diez reglas, solo cumplí la mitad.
¿Y cómo no?, el día que llegó fue como un flechazo al corazón. Su sonrojo, su suave voz, su tartamudeo, todo en ella fue bonito.
Pero eso sólo fue parte de la primera impresión, al segundo día ella volvió hecha una fiera, y como buen macho, la traté con la indiferencia que se merecía. Pero nuestras peleas se volvieron cada vez más unidas, más fuertes, más seguras.
Reíamos juntos, pasábamos 4 horas al día encerrados en un salón. 2 de clase y sus habituales 2 de castigo. Todo iba bien. ¿Y cómo no?, Hinata y yo teníamos casi la misma edad.
Es prohibido, lo sé. Sin embargo, eso no me quita el deseo que desperté por besarla. La veo hablar en clases, sonreírme, e incluso la he oído decir que le parezco lindo. Todo, incluso su risa me gusta.
E aprendido sus gustos; en la noche le gusta dormir con un velador, en la mañana le gusta desayunar con música, en especial le gusta el pop, en las tardes suele leer novelas o ver telenovelas, odia ver su rostro en la televisión, tiene un autoestima horrible, aunque se muestre fuerte y decidida, se bien que no lo es, su postre favorito son los rollos de canela, su perfume es de lavanda, su labial es rosa brillante, su delineador negro, su rubor es natura, y sus dientes son extremadamente blancos. Habla inglés fluido, aunque odie el mismo y lo ame a la vez.
Su color favorito es el lila, su banda favorita es Poison Blue, su canción favorita es Time Machine.
Su tipo de hombre son aquellos que lee en sus novelas, aquellos que no existen, que son perfectos, lindos por fuera y por dentro, aquellos como Jack Hunter [personaje ficticio de la famosa saga/trilogía Lovely Vicious.]
Pero pronto lo inocente de la situación se me escapó. Comencé a tener sueños eróticos, donde soñaba que la poseía de miles de maneras, imaginaba como sería meter mi polla en esa estrella entrada, ver como callaba aquellos modales tan vulgares con mi pene, la haría gritar extasiada.
Quería masturbarme con sus pechos y acabar allí mismo. Ensuciarla, dejarle mis marcas, amaría. Golpearía aquellas blanquecinas nalgas hasta dejarlas rojas.
Todo era perfecto, excepto que...
No era real, no había un nosotros, no había un por siempre, no había te amo, no había amor y mucho menos una relación. Todo lo perfecto lo dejó de ser. Yo, Sasuke Uchiha dejé de creer en el amor desde hace unos años, donde una mentira o más bien "mentirilla de falda" casi cuesta mi amistad con Naruto. No es justo, no soy justo y el puto amor , el puto romanticismo no es para mi.
Y hoy, después de cuatro años, la historia se repite.
Con la bella mujer de la discordia, y los dos estúpidos dispuestos a dar todo por ella.
Pero en esta ocasión es todo diferente, no es turbio, es claro, conciso, sincero, puro. Esos son los sentimientos que veo en Hinata por mi pequeño amigo. Todo es cálido allí, es lindo, casi real.
Me duele cada vez que veo como ella lo mira con esos ojos de enamorada, esa sonrisa de tonta y ese puto sonrojo. No es egoísmo, soy capaz de dejar hasta al amor de mi vida por Naruto. Es difícil, créanme. Amo a Naruto, nada homosexual. Nuestros padres fueron amigos desde que nosotros eramos niños, Naruto era brillante, tenía buenas notas, era amable, simpático, todo lo adoraban en la primaría. Ya en la secundaría él se volvió un poco rebelde, traté de ayudarle, pero por mi intelecto me adelantaron de año, siendo así que terminé la preparatoria a los diecisiete años, y recibí mi titulo de profesor de historia a los veintiún años.
Naruto peleaba cada vez más con sus padres por su rebeldía, un día antes del accidente, Naruto le gritó a su padre que lo odiaba, y a las horas nos llegó un mensaje de que Minato, mi padre e incluso mi madre murieron en un accidente. Kushina, la madre de Naruto perdió más que a su marido, para ella y así lo dijo;
"Has muerto, hijo. Junto con tu padre".
Luego de eso, Kushina se volvió alcohólica, drogadicta, y suicida. Naruto y yo tratamos de cuidarla pero, no, no dio frutos, cuide a Naruto todo lo que pude, y más, pero la depresión, la perdida de un padre y la ausencia de una madre lo dañaron mucho. Más de lo que podría imaginar, yo tengo a mi hermano mayor, Itachi y desde aquel accidente, le texteo más seguido, voy a su casa a comer y a ver a mi pequeña sobrina. Y pensar que aquel día Itachi quería ir con padre, y que mi madre se quedase en casa con Naruto y conmigo. Agradezco que madre no lo haya deja, si, tendría con mi vida a mi madre,pero mi sobrina no tendría un padre, yo disfrute de mamá, y al vez de mi estúpido padre, pero mi sobrina apenas era una bebé,no me gustaría que solo tenga como recuerdo una foto de su padre, ella se habría perdido muchas cosas.
El tiempo pasa, ¿saben? y te arrebata todo. Me siento afortunado, me siento feliz. Madre adraba a Itachi, antes de partir me dijo que estaba orgullosa de ser mi madre, que era su amado hijo menor.
Y aquí estoy madre, como te prometí, seré la buena persona que deseaste siempre.
No se qué paso, no se cómo ocurrieron estas cosas, estos sentimientos. Simplemente pasó, y vi, los vi besarse. Seis meses enamorado de esa mujer altanera, seis meses negandolo, y tres dejandole el camino libre a Naruto, pero enloquecí de celos y solo pasó...
La besé.
Besé a Hinata Hyuga, la Diosa del salón de Historia, mi Diosa, y sabía a la puta gloria. Dios, la sentí, ella quería, nos queríamos, pero algo pasó, algo la quebró y la alejó de mi. Una semana pasó sin ir a clases, se reportó enferma, pero se que no lo estaba, yo sabía que era por mi. Me humille, le entregue mis sentimientos en bandeja de plata, y solo lo arrojó a la basura. Soy basura, le fallé a mamá, le falle a Naruto, a Hime, me fallé a mi mismo.
La quiero, pero regreso a Naruto nuevamente. E notado el cambio en el, ni la mismísima Sakura logró en aquel tiempo que él fuese esclavo de la escuela. Ella enamora, ella es sincera, idiota a más no poder, pero no le importa, sonríe a la vida, ella es.. es la forma femenina de lo que fue Naruto, es como mi madre, un bello y puro ángel.
¿Qué más da si duele como el infierno dejarla ir?, ¿qué más da saber que por segunda vez, alguien elije a Naruto y no a mi?
Daría todo por un poco de paz, esa paz que mis padres encontraron tras contraer matrimonio, claro, padre jamas lo diría en voz alta pero él amaba a mamá y saber que la hizo feliz, me basta.
Perdón Naruto, pero mi corazón me hizo venir aquí, a la puerta de Hinata Hyuga.
Mi Diosa, mi alumna, y la mujer que amo.
Es todo por hoy, gracias, muchas gracias por leer. Para más de mis trabajos ya saben, me siguen y así se informan de mis nuevas historias, besos. <3
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Escuela para idiotas.
HumorHinata Hyuga; conocida como "La Diosa Japonesa" entre los múltiples fans que tiene la poseedora de los ojos blancos. Su carrera como actriz comenzó con un simple comercial. Su padre murió unos días antes de firmar contrato para gravar la telenovela...