Abrió su boca muy grande y en las hojas vio a una mujer pirata gritando, como si fuera a luchar, sobre un barco hundiéndose; las olas agitaron la visión y cambio todo, dejando ante su visión a otra mujer en el Bosque Oscuro y la acompaña un lobo de su tamaño, la niebla cubre toda la visión, como las olas anteriormente, cambiando todo. Ahora ve la silueta de un hombre vestido de hechicero, de color violeta, con los brazos cruzados y diez veces más grande que el sol, asimismo, miles de estrellas cubrieron todo. Continuo la visión, un ejército de criaturas más altas que los hombres y orejas largas, elfos, todos marchando y comenzaron a correr con sus espadas alzadas hacia un gigante rocoso y de un golpe, cambio la visión. En esta ocasión vio a su hijo menor, Gallardo, ya adulto, muy fornido y con una armadura plateada, apuntando con su espada, la bajo y cargo con su escudo, que al golpear algo que no pudo ver, todo se oscureció. Tras una larga duración, vio hacia abajo, esta sobre las nubes, se asustó y se tropezó, cerro sus ojos creyendo que caía, pero los abrió rápidamente cuando sintió que alguien la sostenía, una mujer morena y de pelo corto, de su misma estatura, la miro muy impresionada y ella la ayudo a ponerse de pie, con una sonrisa, la continúo mirando perpleja, la miro con detalle; pecas, ojos de color verde, su cuerpo tenia ramas y tierra.
—¿Tu sabes la razón...? —intento preguntar, pues fue interrumpida por la chica misteriosa.
—¿De porque has visto todo eso y estas aquí ahora? —termino la pregunta que intento decir la madre de Lykaios, tomo sus manos y la miro con preocupación —. Tu hijo al parecer vivirá una gran aventura, conocerá personas que influirán en el destino de este mundo, ahora míralo, está ahí abajo —agrego soltando una de sus manos y apuntado con esa hacia Lykaios, que se encontraba malherido y luchando. La madre soltó la otra mano y cayo de rodillas a un piso invisible sobre las nubes, grito su nombre: "¡Lykaios!" y derramo lágrimas.
Lykaios, con sus vestimentas rasgadas, muy herido, levanto una espada plateada y cargo contra una criatura marrón blanquecido, rostro estirado y su cabello era parte del mismo. Su hijo lo apuñalo, pero este no se rindió y también lo apuñalo con una gran cuchilla curva, ambos gritaron y cayeron.
—¡No! Hijo mío —sollozo cubriendo su rostro con sus manos, dejando su cabeza apoyarse en el piso invisible, y llorando descontroladamente.
—No dejes de mirar —dijo la chica misteriosa, agachándose y posando sus manos sobre la espalda de la madre. Ella hizo caso y vio a su hijo renacer, de pie sobre la criatura que asesino, su cuerpo está rodeado de un aura plateada y sus ojos brillan con ese mismo color.
—¿Qué sucedió? —Pregunto la madre dejando de derramar lágrimas, recuperando el brillo de sus ojos, sentada de rodillas y la chica misteriosa abrazándola desde su espalda.
—No lo sé, nunca he visto a alguien superar a la muerte y vida —respondió con incerteza, mirando fijamente a Lykaios, ni ella misma podía saberlo, que, con gran ocultismo, deja una presencia poderosa a su alrededor —. Ya es hora de despertar, ya no debes preocuparte de tu hijo y enseñar al menor valores dignos y nobles por los cuales pelear —continuo con una voz apresurada, la madre giro su rostro para mirarla fijamente y vio en el rostro de la chica su pasado —. Alguna vez fuiste quien atormento a las criaturas más temibles del extenso océano, debes volver, Temor de los mares.
La vista de la madre comenzó a nublarse y su cuerpo se debilito a la par, hasta quedarse dormida. Alguien agita su cuerpo con mucha desesperación, abrió sus ojos y es su hijo, que con su cabeza tapa el sol y sombrea su rostro, lágrimas en sus ojos, temiendo por la vida de su madre. Al darse cuenta que ella despertó, Gallardo, el hermano menor de Lykaios se alegró bastante y abrazo con mucha fuerza a su progenitora.
—Te vi tirada aquí, algo desvestida y me asusté un montón —dijo exhausto por las lágrimas que derramo y seguía dejando caer, abrazando a su madre en el camino a su casa, en esa pendiente de tierra, donde estuvo acostado junto a su hermano noches anteriores. Su madre correspondió y le beso la frente.
—Que buen hijo tengo, preocupándose por su madre —dijo muy contenta, se separan y acaricia su cabeza, dibujando una sonrisa llena de orgullo y cerrando sus ojos con mucha sinceridad.
Su hijo la ayudo a ponerse de pie, caminaron por el camino de siempre y ella iba pensando en su pasado, aquella pirata que navego a través de aguas muy turbias y tormentas que derriban barcos sin vacilar. Su ferocidad que no tenía límites y sin ser campeona, fue mucha más astuta que los campeones de otras épocas. Batallo con criaturas marinas de gigantes y largos tentáculos, bocas repletas de dientes, bestias que escupían veneno ácido y otras que tenían forma humanoide y se levantaban a comer humanos de barcos. Ella, una pirata que fue conocida por todos los mares, apodada el Terror del Mar, nunca pensó que tendría que volver a luchar.
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Poder Gaia
FantasyOtro lugar, otra historia... donde le han obsequiado a la humanidad el poder que no tiene limites. Tan infinito, que las criaturas mas terribles han caido ante semejante fuerza, pero un ente misterioso llega a este universo, haciendose fuerte y demo...