Seduciendo palabras ||HOT|HarryStyles||

Especial

Esta mañana después de hablar con Harry, salí a hacer las compras con la lista en mi mano y sola. Como siempre, las parejas enamoradas pasaban de un lugar a otro, tomados de la mano o comiéndose con la boca. Dios... y pensar que yo alguna vez estaba así. Solo, no me puedo imaginar con alguien en esa postura, tomados de las manos y con una sonrisa... Harry. Joder, ¿Como llegó Harry a mi cabeza? Él lo único que hace es holgazanear de una forma, linda. Debo admitir que es guapo y atractivo, muy atractivo.

-¿Cual es tu letra favorita? -me sorprendió una niña rubia de ojos azules y cara de ángel.

-¿Perdón? Ah... -miré a mi alrededor, no veía nada malo o sospechoso -¿Cual es tu nombre? -sonreí

-Bethany, ¿Cual es tu letra favorita? -volvió a preguntar

-Lo siento, linda. Pero... no tengo una letra favorita

La pequeña Bethany hizo una mueca.

-La mía es la "U" -sonrió -¿Sabes por que? -negué divertida -Por que es la misma forma en la que una cara sonríe. Es divertida.

-Es una letra interesante -sonreí -¿Cuantos años tienes?

-Cinco -levanto una mano mostrando cinco dedos de una forma orgullosa -¿Como te llamas?

-Soy Milia...

-¡Bethany, amor, ya nos vamos! -habló una señora con una sonrisa

Bethany me dijo "adiós" con su pequeña mano y se fue. Sonreí por mi nueva amiguita y pensé en lo que me había preguntado. ¿Tengo una letra favorita?

(...)

Abrí la puerta de entrada e hice el esfuerzo de no dejar caer las bolsas. Las dejé en la cocina y miré a la sala donde un Harry descansaba.

-¿Has vuelto? -se levantó de golpe

-No... como crees, voy de salida -reí

-Haha... ven, sientate -dio leves golpecitos a su lado del sillón

Me acomode en un espacio y subí mis piernas sobre las suyas para estar mas cómoda. 

-¿Te has divertido?

-No... solo compré, y una niña me preguntó cual era mi letra favorita...

-Oh, que lindo

Un silencio incomodo se apoderó del ambiente.

-¿Cual es tu letra favorita? -pregunté

-No se... jamás lo había pensado. ¿Cual es la tuya?

-¿La mía? Bueno, en el camino lo pensé y creo que es la "C"

-¿La "C"? ¿Que tiene de bueno? -hizo una mueca divertida

-Es... dulce y fuerte a la vez... "C" de cereza, ciruela y "C" de cabrón -levanté ambas cejas.

-Que lindo piensas, yo creo que... -tomó mi mano -Mi letra es la "M"

-¿"M"? -reí -Dejame adivinar... Melanie, Megan, Micaela, Miranda...

-¿De que hablas? -me interrumpió con una sonrisa

-Te gusta la "M" por el nombre de las chicas a las que te has tirado -reí

-¡No, ni si quiera sabes por que me gusta! -golpeó levemente mi pierna -Me gusta por que es especial, ya sabes... mango, miel, mermelada... Milia.

Sentí un leve rojizo apoderarse de mis mejillas, aumentaba al sentir la mirada de Harry sobre mi y bajé la cabeza al notar su sonrisa.

-Vamos, Milia -alzó mi cabeza acariciando mi mejilla -Solo es un ejemplo... -sonrió

-Si... lo es 

(...)
Abrí la puerta de mi dormitorio esperando no encontrarme con las chicas que hacían mi vida imposible. Me escondí bajo las sabanas y apreté fuerte mi muñeca. Ardía el tacto sobre las cortadas que momentos antes me había hecho con la navaja de la señorita Swighy, solo quería jugar con ellas pero las respuestas que obtenía eran las mismas... "No Milia, no puedes jugar, largo de aquí" "Tus padres no te quieren, por eso te dejaron sola" "¿Te has mirado al espejo? Eres horrible, el chico que se fije en ti estará ciego" Sus palabras cada vez aumentaban de volumen , mi muñeca ardía más y mi mente daba vueltas. Regina entró por la puerta con su sonrisa estúpida de niña mona, con la fotografía de mi madre rota y quemada entre su mano.
***

-¡No, Regina!

Me levanté de la cama sudando y desesperada. Miré mi habitación y la puerta se abrió de golpe dejando entrar a Harry.

-Milia -se acercó y se sentó a mi lado tomando mis manos entre las suyas -, tranquila, estoy aquí.

No dije nada y volví a recostarme, sentí el calor de Harry desprenderse de mi lado y sujete su mano.

-Harry... ¿Podrías quedarte?  ¿Por favor?

-Claro...

Me hice a un lado y sentí su cuerpo junto al mío. Me escondí en su pecho temiendo a la imagen de Regina con su sonrisa cuando estaba en el orfanato. Sus manos me rodearon por la cintura y sentía su pecho subir y bajar por el modo en el que respiraba. Me sentí protegida, su tacto era especial.