X. Despedidas

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Elea tardó varios minutos en despertarse. Cuando lo hizo, no entendía muy bien lo que había ocurrido, ni dónde estaba. Sólo recordaba que estaba tratando de hacer un conjuro de intromisión mental cuando de repente, algo en su cabeza hizo click. Se levantó de la cama de golpe, sobresaltada.

- Sora.... – susurró mirando a su alrededor.

- Tranquila, estamos aquí – Narek había estado todo el rato al lado de su hermana y se levantó de golpe nada más ver qué volvía en sí.

Se encontraba en la enfermería, en una de las camas y, al oír su voz, Alek entró sin pensarlo dos veces.

- ¿Cómo te encuentras? – preguntó nada más verla. Su tono era neutro, como siempre.

- ¿Yo? – preguntó extrañada. No era ella quien tenía un problema – Yo estoy bien, sólo un poco fatigada, en unos minutos podré levantarme. ¿Y Sora? ¿Dónde está ella? ¿Está bien?

- Sigue dormida – respondió Alek levantando los hombros.

- ¿Qué ha ocurrido?

- No lo sabemos, estabais las dos solas ¿Recuerdas? – inició Narek – Yo me dirigía a la sala principal cuando un estruendo nos ha sobresaltado a todos. ¡Menudo susto! Ha retumbado por todo el castillo.

- Yo estaba en los jardines – continuó Alek - y al ver que provenía de la biblioteca hemos ido todos corriendo y allí estabais las dos, inconscientes una a cada punta de la habitación y...

- He salido disparada – interrumpió la pelirroja – ¡Eso es! Ya lo recuerdo. Estaba intentando entrar en la mente de Sora, es más, ya casi lo tenía, os lo juro, sin embargo... - empezó a frotarse la cabeza – justo cuando he querido establecer la conexión... Simplemente... No he podido. – odiaba decir eso, era un duro golpe para su ego - He volado por los aires al acto.

- Eso significa que las sospechas que tenemos sobre su bloqueo mágico son casi seguras.

- No podemos afirmar eso sin corroborarlo antes. Todo son hipótesis. Es muy pronto – opinó Narek.

Elea les aseguró que ya se encontraba mejor y, aunque su hermano tenía sus dudas, los chicos aceptaron dejarla salir de la cama.

Todos se dirigieron a la habitación contigua, donde se encontraba Sora todavía dormida. En ella, Scire y Alek estaban de pie, a escasos metros de la chica, hablando. Cuando notaron su presencia los dos se giraron.

-¿Estás bien? – preguntó Gael.

-Sí, no te preocupes, yo estoy bien. – Afirmó Elea – Pero veo que Sora no consigue despertarse...

- Eso debe ser porque tú, al estar más entrenada, te recuperas antes. – supuso Gael.

- Es posible. – Ésta vez era el anciano quien habló – No podemos bajar la guardia, chicos. Debemos descubrir qué sucede lo antes posible – se incorporó y se dirigió a la pelirroja – Por si acaso no intentes hacerlo de nuevo ¿De acuerdo? – la chica asintió con la cabeza. – Será mejor que Sora descanse. Vámonos. – Se detuvo para mirar a Alek – Tu quédate aquí con ella ¿Si?

- ¿Yo? ¿Y Por qué tengo que quedarme yo, viejo? – cuestionó Alek arqueando una ceja.

A Narek se le pusieron las orejas rojas ante el comentario. El anciano ignoró completamente sus palabras y comenzó a andar, levantó la mano haciendo un gesto desganado para darle a entender que se callara. Los demás jóvenes le siguieron sin rechistar.

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⏰ Última actualización: Aug 24, 2018 ⏰

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