[#8] babygirl

374 31 3
                                        

PD: Amo el gif uwu.

✧゜゚°º。✧。º°゚゜✧゜゚°º。✧。º°゚ ✧

Kira's POV

Me había despertado ésta mañana con una sonrisa gigante sobre mis labios. No podía parar de pensar en que poco a poco, mis más dulces y deseadas fantasías se hacían realidad.

Aún no podía creer que Scott se convertiría pronto en mi esposo. Es increíble lo rápido que ha pasado el tiempo, parece que todo hubiera ocurrido ayer. Pero lo más importante, es que aún lo sigo amando, como el primer día.
- Buenos días, cariño - Scott rodeó mi cintura con sus fornidos brazos y comenzó a plantar pequeños y suaves besos en mi cuello.

-Buenos días - planté un suave beso sobre sus labios para luego soltar una risita. No podía ocultar la inmensa felicidad que sentía.

- ¿Tienes hambre? - susurró en mi oído con voz ronca.

Solo asentí sin poder parar de sonreír.

- Vuelvo enseguida. - saltó de la cama con motivación, sabía perfectamente que me traería el desayuno a la cama.

(...)

✧゜゚°º。✧。º°゚゜✧゜゚°º。✧。º°゚ ✧

Stiles' POV

Abrí los ojos lentamente al sentir una suave respiración rozar mi quijada, causándome un leve cosquilleo.

Era Malia.

Estaba dormida, reposando sobre mi pecho, como un Ángel caído del cielo.

Me sentía tan cómodo estando así, pero una inquietud inundó mi mente, no dejándome disfrutar del preciado momento. ¿Qué tal si ella se siente incómoda por lo de anoche? ¿Y si ya no quiere hablar conmigo?

Bueno ahora que lo pienso, si eso fuera verdad, ella no estaría durmiendo en mi pecho.

- ¿Mal? - murmuré para despertarla, mi brazo estaba totalmente dormido.

Ella solo gruñó y no dijo nada más.

- Vamos, sé que tienes hambre - mi estómago rugió al oír la última palabra.

- Tengo más sueño que hambre, créeme - dijo obstinada entre dientes con una expresión de hostilidad en el rostro.

- ¿Y si te hago el desayuno? - pregunté encarnando una ceja, haciéndolo sonar bastante tentador..

- Primero dime que harás y tal vez me levante - Éso es un progreso.

- ¿Waffles? - fue lo primero que se me vino a la mente.

- Nah - musito con desgano y se acomodó para seguir durmiendo.

- ¿Qué quieres entonces?- la picaría inundo mis palabras.

- Dormir.

Suspiré con pesadez, un tanto frustrado. Malia podía ser difícil algunas veces. Pero no me molestaba, me encantan los retos.

- ¿Chicos? - mi padre se cruzó de brazos y nos miró confundido.

- Yo... No es lo que parece - me excusé. Malia tenía los ojos muy abiertos con una expresión nerviosa difícil de ocultar. Su corazón latía muy fuerte, y sin tener un súper oído. podía escucharlo.

- Hola Malia, me da gusto verte por aquí de nuevo - mi padre ignoró por completo mi comentario.

- A mi también. - respondió la castaña con una mirada somnolienta. La miré de reojo y no pude evitar sonreír.

Una mezcla de emociones revolvió mi estómago. Estaba confundido. Era cómo si Malia siguiera siendo parte de mi, y por eso me siento completo cuando estoy con ella.

Pero Lydia...

No estoy seguro de que deje de pensar en ella, es imposible. No me siento capaz.

Pero no quiero lastimarla. Malia es la persona de más puro corazón que he conocido, es tan leal e inocente; y no lo sé, tal vez ya no seamos adolescentes, pero sigo sintiendo esa misma sensación cuando la veo, ese cosquilleo que comienza desde lo más profundo de mi estómago y recorre toda mi columna hasta llegar a mi nuca. Ese ardor que proviene de mi estómago y sube a mis mejillas que hace que todos y cada uno de los vellos de mi cuerpo se ericen, estremeciéndome totalmente.

- Está bien, ahora si tengo hambre - la castaña dijo en tono juguetón, abriendo sus hermosos ojos bruscamente.

Una pequeña sonrisa se dibujo sobre mis labios. Y seguidamente sobre los de ella.

(...)

Habíamos desayunado, Malia traía su ropa en la cajuela de su auto, así que no fue problema para ella cambiarse.
Habíamos salido a dar un paseo por Beacon Hills.

Yo conducía y ella estaba en el asiento del copiloto, mirando por la ventanilla con inocencia.

En lo profundo del bosque, había una laguna, a la cual había ido un par de veces cuando niño y solo quería regresar a ese lugar.

- ¿Estás bien? - balbuceé angustiado al ver que Malia lucía callada y un poco desanimada.

- No lo creo. Me siento rara, no sé como explicarlo - explicó frustrada, sus ojos miel estaban vidriosos, y su brillo característico se había apagado por completo. - Culpable, podría ser a palabra. - se cuestionó a sí misma.

Desvié la vista del camino para tomar su mano con fuerza. -No debes sentirte así, Mal - apreté su mano, y estacioné a Roscoe a un lado de la carretera, estacionado, tuve el privilegio de mirarla con toda la tranquilidad del mundo. -. No estás haciendo nada malo, no estamos haciendo nada malo.- trataba de convencerla a ella, pero en el fondo; también me estaba convenciendo a mí.- En el pasado cometí un gran error, y no pienso volverlo a cometer. - finalmente estaba siendo sincero con ella, y conmigo.

Ella no dijo una sola palabra, su silencio fue más que suficiente. Pero por el contrario, su mirada dijo más de mil palabras.

(...)





Back to you  {Stalia}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora