Lo más difícil de amar.

Capitulo 6.

CRHISTIAN.

La primera vez que la vi tenía 12 años. Yo estaba jugando en el jardín delantero de mi casa con mis juguetes. Recuerdo haber tenido en la mano a Fred, un muñeco con mucho estilo que parecía vaquero pero que vino con una barra laser en su mano cuando lo compramos. Había una pequeñísima silla en la cual estaba atado el Agente 6, un británico con un traje de mafioso y con cara de modelo.

Estaba a punto de partir en dos al Agente 6 con la barra laser cuando pasa.

Una niña a no más de sus 10 años. Al principio, no le puse cuidado. Al fin y al cabo, era solo una niñita con dos coletas pelirrojas en una bici oxidada.

Seguí jugando.

Al rato, vuelve a pasar, pero esta vez, se para en frente de mi casa y grita

--Oye—Su voz era roca—Oye tú—Repitió más duro.

La miré y me acerqué, lentamente, deliberadamente, con miedo. Arrugo la nariz y la veo: Sus dos coletas que no se si son clinejas porque estaban todas enmarañadas en hilos infinitos de cabello rojo, su nariz salpicada en una infinita constelación de pecas, su pecho plano de niña normal de 10 años, y ¿como no?, sus ojos, infinitamente infinitos.

---Mi mamá me dice que no hable con extraños.---Acusación, eso es lo primera que capto en mi tono, bueno, aparte de un irracional miedo.

Ella frunce el ceño duramente y cuando habla, se nota molesta e impaciente.

---No seas estúpido---Casi escupe—No voy a hacerte daño, no podría--- Añade. Me mira, con una mirada de superioridad.

.—¿Cómo podría saberlo?.—Me cruce de brazos. Mirándola con sospecha. Su nariz y mejillas bañadas con pecas me distraen.

Esta vez la niña me mira perpleja, como diciendo ''¿Acaso eres idiota?''

—Porque soy una niña.—Dice, como si no fuera obvio, y como si fuera obvio que una niña de no más de 10 años podría contra un niño de 12 años como yo. Yo soy muy fuerte.

.—De cualquier forma. ¿Qué quieres?

Esta vez, por un segundo se ve un poco avergonzada. Pero rápidamente lo oculta con una expresión de desafío.

---Me perdí---Me lanza una mirada mortal cuando suelto un resoplido de risa y me callo de inmediato---Estaba en la casa de una amiga por este barrio. Pero ya no sé cómo regresar.

--- ¿Dónde queda tu casa?---Estoy siendo amable, ojala mi mamá me viera en este momento.

---No quiero ir a casa---Suelta.

---¿Entonces a dónde?---Empiezo a creer que esta niña es muy rara.

---Iba de camino al hospital Getryu.

---No estás tan lejos---Ella pone una expresión dudosa, como si no me creyera. Y sin pensarlo y sin mi consentimiento, de mi boca salen unas palabras de las que me arrepiento al instante.

---Te puedo acompañar.

Ella me mira a los ojos, y es entonces cuando me doy cuenta de algo: tiene los ojos más hermosos que he visto. Del verde más oscuro. Algo cambia en mí, y enseguida quiero ayudarla.

---Está bien.---Sonríe, la acción ilumina su cara y ese algo en mí se transforma.

Y quiero ayudarla toda la  vida.