Melissa y yo nos adentramos en lo que solo se puede definir como una absoluta locura.
Cuando llegamos por la entrada principal, en seguida nos recibe un olor a cuerpos sudorosos y a alcohol del que ya estábamos un poco familiarizadas. Hay cuerpos por todos lados, bailando o simplemente ''tocándose accidentalmente''.
--Lo siento—Dice un tipo que no conozco después de rozar su antebrazo con mis tetas. Le doy una sonrisa sarcástica y subo mi pierna bruscamente, golpeándolo justo en su entrepierna. Su cara se tuerce.
--Lo siento.
Tristán y Sean nos gritan 'Hee' desde el interior de la sala, donde se sitúan junto a una mesa de billar donde han estado jugando tenis. Hay muchos vasos rojos medio llenos con cerveza y caramelos, que no hacen una buena combinación. Le damos un abrazo a cada uno y luego charlamos. Un tipo llamado Zedd nos llama desde el otro lado. Mientras nos aproximamos puedo reconocerlo del equipo de futbol, es el capitán suplente. Mejor amigo de Sebastián. Rezo por que no esté aquí. Mientras mis amigos Tristán y Sean se dan un enorme abrazo de oso con palmaditas en la espalda incluidas, y luego se separan y chocan sus pechos, posteriormente hacen una cosa rara con las manos que realmente no puedo describir como otra cosa más que ''cosas de hombres''.
--¿Terminaron?---Pregunto en broma. Todos se ríen, y mis amigos se ven sorprendidos, porque no soy la persona que hace bromas.
Zeed dice, riendo:-- Creo que es momento de las presentaciones.
Y Sean dice: --- Ah, si. Estas son nuestras amigas, Zedd. Mi bella y encantadora amiga, Melissa---Hace un gesto a Meli que se arregla para dar su mejor sonrisa y luego se vuelve a mí---Y mi distante y hermosa amiga Lara.
Le saludo con una mano, mientras barro la multitud de la casa con la mirada en busca de Sebastián.
---A ella la conozco.
---¿Sebastián vino?
Su cara cambia en dos por tres y se nota serio cuando dice:
---No.
Hay un silencio incómodo.
Tristán interviene.
—Bueno, acabamos de llegar. Acabamos de llegar, chicas. —Se vuelve hacia nosotras y asiento para que vea que lo he comprendido. Luego se vuelve de nuevo a Zedd, que lo mira gracioso, la sonrisa volviendo a su cara—Ya sabes, como eres novio de Abigail, creí que podrías conseguirnos algo mejor que esto—Agita el vaso que está en su mano.
Zedd nos hace un gesto para que callemos graciosamente. Y nos dirige al centro de la casa. Aquí hay luces de navidad en las ventanas y la mitad de las paredes. Y en el piso hay pequeños globos con papeles adentro. Veo a la gente y noto que algunos rompen los más cercanos y toman los papelitos que están adentro y los leen. Solo los leen. Pensé que era algo más interesante. Pasamos por la sala y nos adentramos a lo que parece ser la cocina. Es grande como toda la casa y tiene una encimera con forma de zapato gigante. Hay varias botellas grandes de vodka, ron y anís dulce con sabor a canela. Hay una variedad de jarabes en la mesa. Y los leo, jarabe para la tos, jarabe para la fiebre, jarabe para el dolor. Dejo a los chicos hablando y sirviéndose tragos y, silenciosamente, agarro la botella de anís con canela y el jarabe para la tos.
Destapo la botella y me siento en el sillón de la sala, que se encuentra más llena que cualquier otro lugar de la casa. Le doy un trago. Los cristales de la canela me raspan la lengua y el anís pasa como fuego por mi garganta. Mastico los cristales de la canela y vacío la mitad de la botella en un vaso gigante que se encuentra en la mesita enfrente de mí y luego vierto el jarabe (luego de un momento de duda, quiero destacar eso) en la botella. Lo muevo un poco para que se mezcle y luego tomo un trago, lo dulce y ardiente de la canela y lo amargo del anís se ven acompañados de un sabor a cereza amarga.
Me siento mareada. Y luego feliz.
Me levanto y busco a mis amigos en la cocina. Cuando entro, solo veo a Zedd, hablando con un tipo. Me acerco.
—¿Dónde están los demás? — Mi lengua se siente pesada pero mis palabras salen claras. El ve la botella en mi mano y me mira desaprobatoriamente pero no dice nada al respecto.
—Estaban aquí hace un momento, pero ya no están—Dice, atentamente. He notado que me ve como con burla. Como si fuera algo gracioso. Lo que me ha empezado a molestar.
—Voy a buscarlos—Digo apretando los puños. Doy la vuelta, y rodeo la encimera pero oigo a Zedd.
—Espera. Quiero presentarte a unos amigos. —Un mecho de su cabello rubio le cae en su ojo mientras ladea su cabeza y me lanza una fugaz sonrisa. Lo aparta con un movimiento de cabeza. —Él es Tyler, Christian y Brendan. —Señala a un tío que tiene cara de Tyler, es decir, un imbécil total. Y por la sonrisa que me lanza, lo confirmo. Brendan es un tipo grande, que no puede estar en nuestro instituto, ni en ningún otro. Debe estar en su último año en la universidad. Y, bueno, está Crhistian. Que en seguido lo identifico como el chico de la cafetería, que, ahora tiene nombre. Crhistian. Crhistian. Crhistian.
Tomo un largo, no en serio, fue un muy largo trago, pequeños cristales de canela raspando todo a su paso.
Solo lo recuerdo a él.
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Lo más difícil de amar.
Teen FictionHay muchas etapas en la vida. Hay muchas opciones en la vida. De cómo vivirla. De cómo no vivirla Puedes pasar, lo que debería ser tu mejor momento en la vida, acostada en tu cama pensando en lo que quisieras hacer. O puedes simplemente hacer esas c...