Capitulo 3.

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Cuando llego a casa entro a mi habitación y ni me molesto en buscar si hay alguien más en la casa.

Me subo a mi cama y tomo mi celular para mandarle un texto a Melissa. Pero me doy cuenta que no tiene batería y está apagado así que lo pongo a cargar y espero.

Mientras estoy allí me viene el recuerdo del chico de la cafetería, con sus impresionantes ojos. Y me imagino cosas que seguro no pasaran.

Como que esté caminando por los pasillos y nos tropecemos, fuerzo a mi mente a imaginar un cuerpo, una sonrisa, unos hombros, y una barbilla. Todo lo que me hubiera encantado ver.

Y luego pienso en la sonrisa, en los hombros y en la barbilla de Sebastián. Y en sus ojos grises y en la última mirada que me lanzo antes de dejarme sola, en el aparcamiento. Con una sensación de liberación y vacío que me confundían. Y en como pensé que vomitaría antes de decirlo.

Creo que me voy.

Él solo quería que lo amara. Que me riese de él y gritara ''ES BROMA, TONTO''. Solo quería que le pidiese que se quedase, que me hablase. Quería verme rota y triste también, como él.

Pero todas esas cosas son precisamente las que no puedo darle.

Lo más difícil de amar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora