Capítulo 13: Ser imprudente atrae los problemas

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Me desperté temprano para poder ver las noticias de la mañana antes de ir por Clarice para acompañarla a la escuela. Mientras tomaba un desayuno ligero, escuchaba notas relacionadas con los cambios al sistema escolar y el clima del día. Después de unos diez minutos, comenzaron a transmitir las notas policíacas. Esperaba que dijeran algo relacionado al ex cirujano Esteban Alcázar, nuestro supuesto hombre rescatado de las fuerzas del mal, pero abrieron la sección con otra noticia un tanto extraña.

––A menos de una semana de suscitado el hallazgo de restos humanos en una cementera al norte de la ciudad, la policía ha encontrado nuevos restos en un almacén al sur poniente, sobre el bulevar salida a San Luis Potosí ––dijo la presentadora. Picado por la curiosidad, me levanté de la mesa con todo y el plato de cereal, y me senté en el sofá frente al televisor––. Sin embargo, las autoridades mantienen cierto hermetismo con respecto a las características con que fueron encontrados estos restos. En una conferencia de prensa concedida a los medios ayer por la noche, el fiscal ha confirmado que no sólo se trata de una coincidencia, sino que los restos fueron encontrados exactamente con los mismos rasgos de violencia.

Tosí un poco. Al calmarme, presté atención a la presentadora, dejando de lado el plato de cereal.

––Pese a que el fiscal ha negado rotundamente que se trate de un ajuste de cuentas entre bandas criminales, no descartó que exista la posibilidad de que se trate del trabajo de una sola persona, pues, en sus propias palabras, las características de ambos descubrimientos son iguales y lo único que difiere entre ellos es el sitio. De cualquier manera, ha señalado que el Ministerio Público se encuentra realizando las investigaciones pertinentes con respecto a la identidad de la persona a quien pertenecen los hechos.

La presentadora concluyó la noticia con aquellas palabras y pasó a describir un accidente en la carretera número cuarenta y cinco, hacia la salida a Zacatecas. Cabe mencionar que no pasaron ninguna imagen de los supuestos restos, aunque, por el modo en que lo dijo, podría tratarse del mismo escenario que cuando encontraron las manos cercenadas del doctor Alcázar, sólo que ahora no tenían certeza de quién se trataba.

Me levanté del sofá, tomando el plato de cereal para llevarlo al fregadero.

Mientras lo lavaba, recordé todo el revuelo que causó Alcázar cuando estaba bajo el control de aquellos demonios. Básicamente se dedicó a aterrorizar los alrededores de los cementerios, y su mito se intensificó cuando alguien consiguió filmarle mientras escarbaba en una tumba. Si nos vamos con esa lógica, y recordando la nota que hablaba acerca del Profanador de tumbas, es posible que todo esto se trate del trabajo de algún otro siervo. O al menos eso quería creer, pues recuerdo que en la noticia del otro día mencionaron que a Alcázar se lo llevaron varios hombres cuando era trasladado al penal.

Si un siervo pierde la noción de lo que estuvo haciendo debido a la influencia de los demonios, resulta algo difícil de creer que este siervo pueda tener cómplices.

Lo cierto es que resultaba increíble que asuntos así de violentos se hubieran suscitado en la ciudad, más aún con esa diferencia de tiempo entre una y otra.

Es tan extraño. Casi parece la obra de un asesino en serie.

Sentí algo de desagrado ante la idea. Desde que tengo memoria, en esta ciudad no ha existido un asesino en serie, o quizá lo hubo, pero los medios y las autoridades han sabido esconderlo.

Después de lavar los trastes, me cambié y salí de mi departamento.

Fuera hacía un día estupendo: despejado. No obstante, iba con una sudadera puesta. Simplemente no puedo apartar ese hábito mío.

El extraño mundo de mi noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora