Prólogo.

3K 404 44
                                    

Su madre lo observaba con ojos cariñosos, le sorprendía tanto que su hijo se interesara en escribir. Tenía ya dos cuadernos escritos por completo y nunca había dejado que leyera una sola hoja, y en parte eso la ofendía pero era feliz sabiendo que su único hijo varón disfrutaba de la escritura a ese nivel.

Hyunjin había empezado a redactar sus sueños cuando tenía catorce, ya que fue cuando le tomó gusto. Un día con doce años empezaron y no pararon hasta la actualidad. Y era más extraño aún que siempre tomaba forma la misma persona, el mismo chico. Eran tantos sueños, tantos lugares diferentes, tantas historias diferentes pero siempre era el mismo chicos y aquello lo llenaba de curiosidad, eran asombrosos los pequeños momentos que compartía con ese desconocido en su cabeza, así que decidió tomar nota. Como su propia bitácora. Si no lo hacía rápido, terminaba por olvidarse el sueño por completo y eso lo fastidiaba pero lo enojada aún más no poder olvidar nunca aquél rostro masculino. ¿Por qué tenía que soñar con un hombre? ¿Por qué lo soñaba en forma romántica? ¿Por qué se despertaba entre lágrimas cuando, en una de sus tantas pesadillas, ese desconocido sufría un accidente o moría? A él le gustaban las chicas y sería mucho mejor para todos que Hyunjin soñara con la hermosura de Sunhee. Pero no, siempre soñaba con ese muchacho desconocido y era su secreto. No se lo había dicho a nadie, ni a su abuela que le confiaba todas sus cosas. Este suceso era algo personal, muy personal, además lo avergonzada porque sabía que en sus sueños se sentía enamorado cada vez que lo veía a los ojos. Pero era ilógico. Una completa locura.

Era aún más una locura sentir añoranza cuando se despertaba, sentir un vacío en su corazón y tener ganas de llorar, ya que eso le provocaba el separarse de sus sueños, de la persona de sus sueños. Pero sólo eran eso, sueños, inventos de su infantil mente y pronto acabarían como todas las dudas que tenía sobre sí. Hasta a veces dudaba en llamarse Hwang Hyunjin, pero ese es un tema a parte, o eso creía.

ㅡ¿No vas a dejarme leer lo que tienes ahí verdad? ㅡSu madre lo intentó por millonésima vez.

ㅡ¡Deja de molestarme, mamá! ㅡEra el colmo, no lo dejaba escribir en paz. Luego terminaría olvidándose del sueño.ㅡ Algún día los leeras, pero no hoy.

ㅡEstá bien, puedo esperar.

Y lo haría, por mucho tiempo. Porque el pequeño Hyunjin se empeñó en anotar cada sueño detalladamente por años y años. Así hasta llegar a sus diecinueve, donde repentinamente pararon y, en vez de sentir alivió, comenzó a extrañar a aquél chico de mirada tierna.

SOÑADORES ; seungjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora