En sus sueños era el único lugar en donde podía sentirse amado, donde podía ser él mismo y tener la aceptación ajena. Cuando Seungmin cumplió los trece años empezó con sueños recurrentes, en donde siempre frecuentaba una misma persona y lo hacía vivir mejor que en la vida de los despiertos. Seungmin amaba soñar, lo amaba a él. Nunca había tenido problema con aceptar su homosexualidad abiertamente, todo el mundo lo sabía y él estaba orgulloso pero aquél chico que veía cuando dormía era él único que lograba robarle suspiros. Aquellos labios gruesos, esos ojos felinos y ese maravilló lunar bajo su ojo izquierdo. Su sonrisa era la obra de arte más bella de todas, y tenía que ser real, sabía que lo era. Cuando tenía diecisiete le había contado todo a su mejor amigo, Felix, y éste le explicó que era imposible imaginar caras humanas así que tenía que ser alguien real. Y estaba feliz por ello, no había muchas posibilidades de encontrarlo pero si soñaba con él es porque estaban destinados, o eso quería creer.
Siete meses antes de cumplir la mayoría de edad comenzó a tener pesadillas, aquellos sueños maravillosos donde estaban tomados de las manos o abrazados habían sido suplantados por catástrofes. Cada vez que cerraba los ojos aquella sonrisa resplandeciente iluminaba su mente pero a los segundos lo arrebatan de su vida, de sus sueños. Cada noche era ver una manera diferente de perderlo, cada mañana era despertar entre lágrimas y sentir aquél dolor inmenso de pérdida y la impotencia de no poder hacer nada. Pero tenía que vivir con ello, no estaba seguro si aquellas pesadillas algún día llegaría a su fin pero ahora sólo le tocaba esperar y seguir sufriendo por alguien a quien realmente no conoce. A alguien quién no recuerda su rostro por completo al despertar, pero aquel lunar nunca se borraría de su mente. Por eso tuvo tal sorpresa cuando vio de cerca a su nuevo profesor de literatura, tenía el mismo lunar y en el mismo lugar que el amor de sus sueños. Pero era sólo eso, una coincidencia.
Ahora simplemente se encontraba corriendo por los pasillos de su Universidad, llegando tarde como lo hizo en toda la semana, y hace un mes también. Cuando entró a la clase, vio como instantáneamente su profesor lo fulminaba con la mirada, podía ser joven pero tenía mal carácter.
ㅡSeñor Kim, quiero que se quede luego de clases por favor.
Y sin más, no lo dejo responder cuando ya se había parado para comenzar a dar la clase. Bien, no tenía escapatoria, además fue bastante bueno soportándolo por un mes completo. Cuando se sentó junto a su mejor amigo, prácticamente dejo caer su cuerpo y suspiro pesadamente, el rubio soltó una risita baja para no ser escuchado y le susurró
ㅡParece que te castigaron. ㅡSe burló.
ㅡCierra la boca, es lo único que me faltaba.
La clase pasó rápido pero las miradas de Hyunjin y Seungmin siempre se cruzaban. A decir verdad no era al propósito, simplemente siempre terminaban unidas, como si inocentemente necesitaban hacerlo pero ningún se quejó, ningún la apartaba pero ningún sonreía. Sólo eran esos, miradas que, sin ellos saberlo, decían muchísimas cosas.
Cuando dio la hora de salida, Seungmin se quedó sentado para esperar que todos se fueran, una vez hecho se acercó al escritorio de su profesor y lo miro esperando que hablara. Éste simplemente dejo su bolígrafo y levantó su mirada perezosa, movió su cabeza dándole pie para que le contará sus excusas.
ㅡTengo una hermana menor, que recién este año empezó la secundaria y mis padres no pueden llevarla al colegio así que no tengo alternativa de hacerlo ya porque es lo suficientemente caprichosa para llorarles a mis padres y obligarme a mí a dejarla en su escuela. ㅡFue como si no hubiera respirado en todo el rato que habló, o así lo sintió él.
ㅡLlegas todos los días casi una hora tarde, Seungmin. ㅡEra la primera vez que lo llamaba por su nombre.ㅡ ¿Cómo pretendes solucionar esa hora pérdida?
Sus miradas se volvieron a conecta y vaya que era guapo, era lo más lindo que había visto Seungmin en su vida. ¿Cómo podía tan sólo existir alguien así? Pero de repente el haber puesto tanta atención en su rostro lo encontró familiar, demasiado para su gusto y lo hizo fruncir el ceño.
ㅡ¿Lo conozco de alguna parte, señor Hwang?
ㅡ¿A qué viene esa pregunta? ㅡHyunjin estaba desconcertado, él esperaba más bien una súplica para que no le diera tareas extras.
ㅡNo lo sé, su rostro se me hace muy conocido.
ㅡLa primer vez que lo vi sentí lo mismo, ㅡqué más daba, si él le preguntó le sería sinceroㅡ pero no lo creo, o tal vez fue hace tiempo y no logró recordarlo.
Hyunjin no iba a decirle que su sonrisa le parecía familiar ya que sería muy raro, así que simplemente agitó la mano para cambiar de tema y suspiro volviendo a lo que realmente importaba.
ㅡEsta es la clase de literatura, ¿no? ㅡSeungmin asintió borrando sus pensamiento anteriores.ㅡ Entonces qué le parece un cuento semanal.
ㅡ¿Un cuento semanal?
ㅡClaro, si quiere que deje pasar esa hora faltante en su currículum entonces todas las semana tráigame un cuento de no menos de cinco hojas. ㅡCerró su portafolios y lo guardo, ya era hora de ir a casa.ㅡ En una semana puede escribir algo interesante en cinco hojas, ¿o no Seungmin?
¿Estaba desafiándolo? O pero de todo, ¿lo estaba subestimando? Seungmin tenso la mandíbula y asintió con la cabeza, escribiría los mejores cuentos que haya leído en su asquerosa vida, mejor que su novela barata de adolecentes.
ㅡDelo por hecho.
ㅡPerfecto. ㅡLe sonrió y las piernas de Seungmin flaquearon.ㅡ El lunes que viene quiero el primer cuento sobre mi escritorio antes de irme. Por favor le ruego que no tenga falta de ortografía y que sea original, que sea algo de su edad y no escritor por una niña de doce años. Nos vemos luego, Seungmin.
Y Hyunjin simplemente se fue, dejando al pelirrojo con unas inmensas ganas de partirle una silla por la cabeza. Pero no lo haría y le demostraría que podía escribir de una manera maravillosa.
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SOÑADORES ; seungjin
Cerita PendekLa mente no es capaz de crear, de imaginar rostros humanos. Así que todas las veces que sueñes con alguien quién creas desconocido, en realidad pasó por tus ojos alguna vez en tu vida. Pero Hyunjin no sabía eso, así que sólo pensaba que era algo nor...