Todo

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La comida pasó sin más. Bueno entre las quejas de Pedro y las risas del resto.
De repente María cambió su sitio con Rafa y se acercó todo lo que pudo para susurrarme muy bajo.
"Veo que no me equivocaba, estás hasta las trancas"
"Deja de decir tonterías, no la conozco"
"Por eso estoy tan segura, has hablado con ella un día y ya te tiene embobado, no has dejado de mirarla en toda la comida, ayer ya te lo note, pero lo de hoy ya roza el acoso" dijo riéndose.
"Tranquilo, tu secreto está a salvo conmigo, ahora me las apañaré para dejaros solos toda la tarde"

Tan evidente era? Si María lo había notado, ella también, tengo que ir con todo a por ella.
"Oye, Adri, puedes enseñarle un poco el centro de la ciudad a Daniela?" Me saco de mis pensamientos Alba, nosotros no podemos, tenemos revisión con Hugo. Note como Alba guiñaba un ojo a María.
"Nosotros tampoco podemos, tenemos q ir a la finca donde celebraremos la boda" dijo María mirando a Rafa, claramente contrariado.
"No hay problema, si a ella le parece bien, pasaremos la tarde juntos".
Paseamos por la ciudad visitando cada rincón la playa, el casco antiguo...  y después de cenar en una bocatería, la anime a venir a casa y tomarnos una copa, plan que acepto con una sonrisa.
Fui temblando por dentro todo el camino a casa, no se como pudimos llegar sin tener un accidente porque cada dos segundos miraba sus manos y sus piernas nervioso.
Al bajar del coche me acerqué a ella y pasé mi brazo por su hombro, pude sentir como temblaba.
"Tienes frío?"Pregunte.
"No exactamente" dijo girándose y quedando frente a mí en el jardín de mi casa.
No pude resistirme más, deje de pensar, tiré de ella hacia mí y atrapé su boca, rodee su cintura para atraerla aún más a mí.
Ella respondió al beso con la misma necesidad que yo.
Deslice mis manos hacia su espalda y con la yema de mis dedos pulgares roce el inicio de sus pechos.
Sentí como se estremecía entre mis brazos.
No sé ni cómo pude abrir la puerta y meternos hacia dentro.
Empuje su cuerpo contra la pared y lo aprisione con el mío, sentí como gimió al sentir la dureza de mi entrepierna pegada a su barriga.

Juntos es mejorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora