Una visita inolvidable

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UNA VISITA INOLVIDABLE:

La vida en el Orfanato siguió igual, los niños estudiaban idiomas, algo de música, hacían actividades como cocinar pan, galletas entre otras cosas para llevar a otros lugares donde se albergaban familias de escasos recursos, entre muchas cosas más actividades, Juliette seguía creciendo y el tiempo volaba, ya a la edad de 12 años su belleza era impresionante, ya era casi una jovencita, aunque no perdía ese toque de inocencia, la Madre María Angelita siempre estuvo llenándole de amor y valores, era sin duda su Madre aunque no le hubiera llevado 9 meses dentro de ella, la llevaba en su corazón desde el momento en que le conocío y al igual que a muchos de aquellos niños, no por tener prefrerencias, pero Juliette tenía algo especial, algo que provocaba en quien le conocia, quererla inmediatamente, esa sonrisa perspicaz de inocencia inigualable y esos ojos de mirada curiosa pero a la vez dulce y triste, profunda y bella mirada, no podían ser ignoradas, ella te robaba el corazón.

Después de tantos años otra vez les esperaba una sorpresa, el Padre Richard volvía a visitarles, después de tanto viajar por aquí y por allá haciendo el bien, la caridad. Más sin embargo nunca se olvidó de aquellos pequeños, los cuales ya habían crecido pués los años no perdonaban así el también ya  lucía un poco más viejo, aproximadamente de unos 50.

A su llegada de nuevo, le recibieron todos, algunos niños nuevos, otros eran los mismos y unos más habían sido adoptados, a lo que Juliette siempre se preguntaba - ¿Porqué no soy tan buena como para tener una familia? muchas de las monjas le decian que no desesperara, Dios tendría algo especial para ella. Por lo que a pesar de los años seguía formando parte de "Caridad Milagrosa" y entre los que le recibían al Padre Richard, Juliette formaba parte.

Juliette cada día lucía más hermosa, que el día anterior, parecía el botón de una rosa que empezaba  a abrirse, mostrando una vivída belleza inigualable, su rostro era muy angelical, su mirada trasmitía un poco de insertidumbre, fragilidad, lo que le hacía aún verse más dulce... sus ojos... eran tan hermosos, que una vez que mirabas hacía ellos, no podías dejar de verlos, era algo inaudito  no te robará la mirada. Era ya una adolescente, que aún no tenía mucho alcance, ni maldad, pero las tendría, ya que era una persona que se destacaba no sólo por su belleza, si no también por su inteligencia, había aprendido hablar italíano, que en aquella parte de Europa era muy indispensable. Le encantaba la pronunciación y al mismo tiempo era bastante parecido al español, por lo que empezaba también a tomar lecciones del mismo, también a su corta edad ya dominaba el piano a la perfección, pués tomaba clases desde los 5 años, en el orfanato hacían verdaderos niños competentes, llenandolos de grandes conocimientos entre los que destacaban, Filosofía, Poesía, Matemáticas, Literatura, Pintura y obviamente les enseñaban bastante Religión. Claro no todos eran de un nivel cognitivo y capacidad intelectual como Juliette, pués se decía era demasiado brillante para su edad, eso llamaba aún más la atención de los que le conocían, tal parecía era una niña con una extraordinaria facilidad para aprender y entender las cosas, aunque había algo aún no conocía, debido a tal pureza y terminaría siendo víctima de tal ignorancia, así como de una atrocidad del cometida por el hombre.

En ocasiones, tocaba en la hora de la lección de piano, bellas piezas que dominaba a la perfección, su pieza favorita era la Obra Maestra de Beethoven "Sonato claro de luna" todas sus compañeras así como sus maestras quedaban impactadas, dejaba sus dedos bailaran sobre aquellas teclas del piano mientras se dejaba llevar, amaba la música y el arte. En una ocasión mientras ella tocaba, la suave música que se escapaba por las ventanas del salón, y el sonido de aquellas notas hermosas y melódicas, llamaron la atención de un visitante, quien disfrutaba mucho escuchar tocar a Juliette. Se trataba de el Padre Richard, quien le miraba por una de las ventanas, pensando en más nada... solamente se dejaba llevar, casí sin respiración al ver la pasión con la que aquella joven tocaba. Esa noche sucedería algo... algo que no debía estar escrito, pero aún así pasaría.

JulietteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora