Juliette

Cambio de papeles

Esa misma noche el Padre se sentía muy cansado, agotado no solo mental y emocionalmente, por la culpa con la que cargaba, si no también físicamente. Había pescado una tremenda tos, la cual le había hecho permanecer en cama al día siguiente, La Madre María Angelita en un acto noble decidió visitarle al enterarse de su mal estado, llevando hacía él un distinguido Doctor y viejo amigo de ella. Así como una de las enfermeras con las cuales contaban en el orfanato para que le cuidara e hiciera caso de las indicaciones del Doctor. Inmediatamente el médico realizó una exploración correspondiente a su Profesión,

Mientras Juliette tomaba sus clases, como un día más, común y corriente como cualquier otro. Solo que pronto se tornaría un día especial para ella, como cuando se cumple años y sin planearse nada, nos toman de imprevisto con una fiesta sorpresa. Así sería para Juliette una de las noticias de las que pronto se enteraría.

El Doctor mientras hacía la exploración, notó varios signos los cuales correspondían a la enfermedad de Tuberculosis pulmonar, una enfermedad que como su nombre lo dice, ataca a los pulmones y en ocasiones empeora en cuestiones de semanas.

Para poder estar seguros se necesitaba contar con una serie de análisis entre los que destacaban una Broncoscopía, para estar completamente seguros entre otros analisis, para esto debía acudír lo más pronto posible el Padre Richard a su clínica.

Mientras eso sucedía pidió estrictamente se aislará al Padre así que la Madre María Angelita le ordenó a la Enfermera que prepararan una habitación para que se le dieran cuidados especiales al enfermo, mientras que se sabía con certeza lo que padecía.

Al salír de aquella habitación, al acompañar a la salida del Orfanato la Madre al Doctor, le pregunto:

- Doctor, ¿Qué tantas probabilidades de que se trate de Tuberculosis existen?

- Me temo que suficientes, por eso le pedí a usted que le resguardará en una habitación aislada, para su cuidado especial, así como la seguridad de los demás.

- Dios Mío, rezaré porque sea algo menor, como un resfriado, esperemos en Díos no se trate de algo grave.

- Madre, cualquier cosa me llama o en su defecto acudan a mi Clínica.

- Claro que sí, no lo dude, yo le llamaré si algo pasa... y gracias de nuevo, es usted un hombre muy noble, Dios le bendiga y le dé siempre larga y plena vida.

- Hasta luego Madre y gracias por sus palabras, estamos en contacto entonces.

- Hasta pronto, no tenga cuídado de eso, estamos en contacto Doctor.

Dos días pasaron y Juliette cada noche rezaba porque el Padre Richard muriera de una vez por todas, aunque pensaba si moría de una enfermedad, ¿Qué castigo podría ella darle? si el destino le pedía cuentas antes de su cometido, ¿Cuál sería su venganza? así que mejor esperaba empeorara para verle sufrír, agonizar y luego... se vengaría.

Un nuevo día estaba empezando pero antes de que las actividades comenzarán como era de costumbre en "Caridad Milagrosa" antes de hacer una oración, la Madre María Angelita aprovechó para darles la terrible noticia acerca de que el Padre Richard había enfermado, que constantemente oraran por su pronta recuperación, y les pidió juntaran sus manos para orar en su nombre.

Juliette sonreía gustosa por la noticia, por dentro su alma se reía a carcajadas, era como si bailará de la felicidad, sin duda su lado más malvado había despertado.

Al día siguiente, amaneció lluvioso el día, gris, la Madre María Angelita llamó a la enfemera la cual estaba al cuidado de el Padre, para preguntar como había pasado la noche, si había mejorado, la respuesta de la enfermera, fue que todo seguía igual, la Madre pensó que por lo menos no había empeorado y eso ya era ganancia, colgó y pensó en hacerle una visita al infelíz Padre, mientras se decía en voz baja así misma, hay que seguir orando, Dios siempre es la respuesta a cualquier problema.

Antes de hacer presencia en aquella habitación, el Padre empezó a toser demasiado por un lapso prolongado, a lo que la enfermera la cuál le estaba leyendo, detuvo la lectura, se paró de inmediato y le miró asustada, lo veía peor, lo cual era algo preocupante debido a su edad, el Padre con señas le pedía una servilleta de tela la cual tenía por un lado la enfermera, para así cubrirse la boca, entre seña y seña, la enfermera captó el mensaje no verbal y se la dio, una vez que el Padre Richard la tomó, la sostuvo con fuerza sobre su boca, hasta que la tos cesó un poco, al quitarla de su boca, los dos se miraron sorprendidos pués aquella servilleta de tela yacía teñida de rojo, un rojo fuerte, tal como las sábanas de la cama de Juliette, habían quedado teñidas de aquel rojo, el mísmisimo color rojo correspondente a la sangre, el Padre Richard comenzaba a expectorar sangre.

De inmediato la Enfermera informó a la Madre María Angelita lo sucedido, la cual aterrada llamó al Doctor, mismo que mando una ambulancia para trasladarle a su clínica.

La ambulancia llegó, mientras muchos de los habitantes del Orfanato estaban en el jardín, entre ellos Juliette, la cual abrío con asombro sus ojos, y de inmediato dibujó una sonrisa en su rostro, se decía en sus adentros mientras observaba todo, ¡Ojala que te mueras! ¡maldito! ¡Muérete de una vez! mientras apuñaba su mano la cual hacía pedasos una rosa, misma que tenía en su mano al momento del incidente, estaba llena de ira, de cólera, que corría por sus venas, de inmediato se controlo, y se dijo así misma debo guardar la postura, para que nadie se de cuenta de mi plan, y le pidió a Dios el Padre Richard regresará mejor con vida, para así poderle ver en sus últimos momentos.