Capitulo 8.

380 20 33
                                    

Ambos se quedaron mirando fijamente hasta que Christian dibujo una sonrisa triste.

—Supongo que me lo merezco —dijo encogiéndose de hombros mientras daba vueltas a su taza—Nunca debí dejarme llevar por lo que decían Anahí, debí luchar por nuestra amistad como tú lo hubieses hecho —pero luego rió sin ganas—Aunque no es una excusa, tenía miedo.

—Y yo estaba destruida.

—Pero yo no lo vi —dijo él haciéndola callar por la sorpresa—Fui muy egoísta y solo vi lo que mamá quería que viera, lo que yo acepté ver. Me equivoqué y lo siento —dijo mirándola a los ojos—Siento no haber sido el amigo que merecías, siento no haber hecho más para acercarme a ti y ayudarte contra todos. Pero ya no puedo cambiar eso...

—No quiero hablar de eso ahora.

—Y yo creo que necesitamos hacerlo —dijo el suspirando—Solo me gustaría... Que las cosas fueran como antes...

—Antes yo creía en ustedes —murmuro ella mirando el contenido de su taza y sintiendo la mirada del chico quemando como fuego sobre ella—Yo de verdad creí que si estábamos juntos... Eso me bastaría para soportar todo lo que se viniera encima —ella rió sin ganas—Fui demasiado ingenua.

—No lo fuiste. Nosotros fuimos demasiado estúpidos en realidad —dijo el y tragó fuerte para luego tratar de acercarse a ella—Ani... Yo solo quiero que me des una oportunidad. Que veas que puedes volver a confiar en mí —Anahi se levantó de golpe, dejó su taza en el fregadero y se apoyó en el dándole la espalda al rubio que la miraba expectante.

—¿Cómo me pides eso, Christian? —dijo ella negando aún de espaldas a el—Esto nunca volverá a ser lo mismo ¿Que no lo ves? —Ani se volteó para observarlo y negó mirando hacia el techo para luego poner sus manos en jarra en su cintura—No me siento lista para volver a confiar en ustedes, Chris. Lo intenté, pero una cosa es una relación de colegas y otra es que me pidas que reanudemos todo de donde lo dejamos.

—Ani nos conocemos desde hace años. Tú sabes cómo soy, como somos.

—No —dijo ella llevando sus manos a sus ojos—Eso pensé yo también en algún momento, pero los amigos que yo conocía nunca hubieran hecho lo que hicieron ustedes —ella lo señaló y luego paso una mano por su pelo nerviosa—No puedo siquiera pensar en volver a confiar en ustedes porque tengo pánico de que vuelvan a fallarme y eso no es algo bueno para una amistad.

—¡Entonces empecemos de cero! —Ani lo vio dudosa y el se acercó a ella con una sonrisa—Tienes razón en algo. Esos que dejaste tras, los últimos recuerdos que tuvimos no somos nosotros y ahora tampoco somos esos niños que jugaban por toda la casa sin preocupaciones. Crecimos, maduramos, cambiamos... Déjame demostrarte que puedes confiar en este Christian, uno al que tú no conoces.

Ani se quedó mirándolo sin saber que responder. Aún había una voz en su cabeza que le decía que estaba en un lugar peligroso y en cualquier momento algo iba a caer en su contra pero la otra parte, una más grande y más fuerte le decía que debía arriesgarse. Después de todo era real lo que él estaba diciendo.
Luego de cuatro años todos habian cambiado mucho, más vivencias, más experiencias también le habían otorgado más madurez a todos. No eran unos niños de 16 años, eran adultos que debían trabajar juntos y que tenían una historia en común.

—Una parte de mi está esperando que me lastimes de nuevo —murmuro ella con lágrimas en los ojos. La declaración hizo a Christian cerrar los ojos con fuerza como si hubiera recibido un golpe.

—Dame una oportunidad, Ani. Por favor, por favor.

Ani cerró los ojos y se apoyó en la barra de la cocina sin saber que hacer ahora mismo deseaba con todas sus fuerzas creerle y poder quitarse el peso del rencor de su corazón. Pero por otras parte... No, desterró ese pensamiento negativo de inmediato como le había prometido a Ucker y a sí misma que haría y miró a Christian.

Empezar Desde Cero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora