Ella.

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"Sin embargo no me siento mal,
Pues yo soy quien soy,
En cualquier lugar" 《Cambia-Ancud》

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  Hoy temprano volvió a encontrarse con Byakuya para seguir con el trabajo, no estaba del todo dispuesta a realizar el trabajo, se había desvelado viendo películas con Kotaro. Era obvio que Kotaro era una mala yunta.

  Se mantenía lo más alejada posible del noble cubo de hielo, ya que este parecía cable pelado. Se había enojado y ella ni sabía del porqué ni le estaba importando.

  Había un clima fresco lo que agradaba a la noble, no le gustaba trabajar bajo lo rayos del sol.

-Esto es inútil - susurró pateando una piedra.

  El capitán la miró de reojo, al parecer no era el único con malhumor ese día. Volvió a concentrar en su trabajo, sin volver a fijarse en la chica Minamoto. Cuando creía que ya era suficiente por esa zona, giró para hablarle a Minamoto.

-Es suficien... - cerró su boca al ver que dicha persona había desaparecido - ¿Dónde te metiste?

  Observó continuadamente el lugar sin tener rastros de la chicas.

《No es la primera vez que se escapa del trabajo》

  Pensó disgustado.

  Unos quejidos constantes provenientes de un árbol lo obligó a acercarse logrando ver a la chica con el pelo atascado en unas ramas, ella estaba intentando liberarse.

《Eres amante de los árboles. Te lo tienes merecido》

  Akira no pensó que eso sucedería, se arrepentía de ser curiosa y subirse al árbol para mirar desde la punta, quien pensaría que el árbol resultó ser un homicida.

-Me dejarás calva, ay - jaló su pelo.

  Se fijó en el noble que se encontraba bajo el árbol observándola, lo ignoró siguiendo con lo suyo.

  Soltó un respingo y miró su pelo, hasta que se le ocurrió algo.

-Si no mata... - dijo preparándose para saltar - a quien engaño, me va a matar.

  Cerró los ojos y saltó.

  Cayó al suelo con pequeñas lágrimas en sus ojos. Nunca más volvería a subirse a un árbol, lo mismo dijo cuando cayó de uno más alto dejándose un recuerdo en el brazo.

-Hay que irnos - dijo pasando cerca del capitán.

《Joder, duele, duele ¡Ay, que dolor! Ni que el corazón roto, esto duele a muerte》

  Dio unos pasos al frente, pero una mano agarrando suavemente su brazo la detuvo. Se quedó estática, mientras otra mano removía lentamente las pequeñas ramitas que quedaron en su pelo. Se sonrojó, el noble cubo de hielo era el responsable.

  Terminó sacudiendo levemente su pelo.

-Vamos - dijo el Kuchiki mayor pasando de lado.

  Akira no se movió ni un paso, hasta que él se giró a mirarla. Pensó que estaba alucinando al ver lo que parecía ser una diminuta casi inexistente sonrisa.

-G-gracias - dijo volviendo a retomar su camino.

***

Olvidaba lo adorable que se veía sonrojada》

  Pensó el noble mirando de reojo a la chica, quien miraba al suelo de vez en cuando. Quería decirle algo mas no sabía que decir exactamente, a pesar de ser ambos muy orgullosos, le había gustado su reacción a tan sencillo tacto, al ver sus mejillas sonrojadas recordó el calor que ambas transmitían. Antes, cuando la hacia sonrojar no dudaba un segundo en tocar sus mejillas, algo que a ella le molestaba.

  Ahora ya no podía hacer eso y muchas cosas a las cuales lentamente se iba acostumbrando, a pesar de que colmaban su poca paciencia.

-Ya llegamos - la escuchó decir.

-Muy bien - dijo.

  Eran muy pocas las palabras que hasta ahora se habían dicho siendo que habían muchas las palabras que deberían decirse.

  ***
  ...

  Una semana había pasado desde que ambos habían ido de misión y no volvieron a dirigirse la palabra, era claro que no lo harían.

  El capitán Kuchiki la había acompañado para que despidiera de su "amigo" Kotaro, manteniéndose alejado y sereno como siempre. "Te voy a extrañar, procura no hacer nada malo, te quiero mucho ¿Lo sabes, no?"
Esas fueron las palabras usadas por la chica al referirse a aquel humano insignificante, al haber escuchado eso, la cólera no tardó en hacerse presente. En todo el camino al senkaimon no la miró.

  Ahora veía desde lejos a su hermana hablar animadamente con la noble Minamoto en el jardín de su casa, sí, Rukia le había invitado a venir y sabiendo como era Akira con ella, le convenía no negarse.

***

-Habla con él - insistió como una súplica.

-Ya te he dicho que no, cuido de mi dignidad como persona - dijo Akira riendo levemente.

-Muy bien ya sabemos que eso se fue al ca... - fue interrumpida.

-Cállate, que se está dirigiendo hacia acá - susurró Minamoto hacia unos gestos.

  Minutos antes se encontraban hablando animadamente, pero ahora el ambiente había cambiado con la presencia del Kuchiki mayor. Rukia, con respeto reflejado en su voz, invitó a su hermano a tomar asiento esperándose un rotundo "no" Grande fue la sorpresa de ambas chicas al verlo sentarse sin decir palabra alguna.

  No sabía exactamente lo que pasaba por la mente del noble a tal acto, muy extraño para ser él. Lo miró con impresión, al ver que él también la miraba, desvío rápidamente su mirada.

-¡Ya florecerán! ¡Qué alegría! - exclamó mirando fascinada los árboles de cerezos que ocupaban gran parte del enorme jardín Kuchiki.

-Ven si quieres - habló el noble extremadamente calmo. Al ver la mirada confusa de Akira, repuso:

-Para verlas cuando florezcan -

-¡Eso sería muy buena idea, Akira! - exclamó la Kuchiki menor.

-Emmm... - su tono dudosa la delataba que estaba debatiéndose. Al ver la mirada que le mandaba Byakuya decidió acceder - ¡Claro! ¡Gracias por la invitación, capitán Kuchiki!

  Exclamó con una sonrisa.

   "Capitán Kuchiki"


Algo le decía en su interior, que al dirigirse a él así era la manera en que le hacía saber que lo odiaba. Y le dolía eso, sin hacérselo demostrar, pero obviamente que no dejaría esto así.

  Tardó una semana para decidirse en que hacer y muy bien lo había decidido, era la forma más rápida de acercarse nuevamente a ella. En una semana había ordenado su mente para tener una explicación más clara sobre ella, llegando a una sola conclusión.














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  Ella era de él, siempre fue así y así tenía que ser. Nadie se la quitaría.

 

Honey, come back to me 《Byakuya Kuchiki》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora