Honey, come back to me 《Byakuya Kuchiki》

Poniendo a prueba la paciencia de Byakuya.

***

–Pueden retirarse.

La voz del anciano fue lo que la sacó de sus pensamientos.

Salió rápidamente del lugar y con shumpo fue a la oficina que le asignaron en la escuadra 3, al estar completamente segura de que no haya nadie cerca del lugar, soltó un largo bufido. Se sentó y escondió su rostro entre sus manos.

–No puede ser, no puede ser, no, no, no - repetía una y otra vez pasándose las manos por el cabello.

Todo en lo que podía pensar era solamente "Seitoshi" . 

En algún momento se le armaría el caos de su vida: Primero, tiene a Byakuya, quién ya se había tomado a pecho la palabra "Convenceme". Segundo, el anciano abriendo la boca únicamente para decir malas noticias. Tercero, último y no menos importante (A decir verdad era la peor), su zanpakuto se estaba manifestando y obviamente no de una buena manera. Gruñó y miró sus zanpakutos.

–Bonitos, pero jodidamente peligrosos. Sakusei y Hakai - dijo soltando un suspiro.

Su zanpakuto representaba algo; La creación ocasiona la destrucción. De niña, le costó entender lo que eso significaba. Oh, vamos. Aún le cuesta entender a fondo lo que significaba, creyó que con la liberación de su Bankai podría entenderlo, pero nada más lo enredó más.

Seitoshi, podía decirse que es la vida y la muerte. A simple vista todo concordaba, la creación y la destrucción con la vida y la muerte, cosa que en parte es así. 

Volvió a gruñir.

–Agh, porque tuve que heredar esa manera tan rara de pensar. Me pone paranoica.

***

Unas horas después, salió de la oficina al terminar los primeros papeleos que el anciano le mandaba, caminó por toda la escuadra intentando sacar esa frustración que sentía. A lo lejos vió a Kurama, quien jugaba animadamente con la teniente de pelo rosa, aspiró y sonrió para darse la vuelta.

–Eu, te acusaré por acosador - bromeó observando a acompañante.

–No tienes pruebas - Akira hizo un puchero para luego reírse.

-¿Estás libre, Byakuya? - cuestionó mirándolo directamente a los ojos.

–Hmmn - fue lo único que obtuvo como respuesta.

Bufó.

–Entonces quítate que estorbas. Hmmn - cruzó sus brazos y sonrió con ironía.

-Ya cierra la boca y vamos - Byakuya comenzó a caminar.

-¿Dónde? - preguntó siguiéndolo, como era de esperarse no tuvo respuestas. 

Como si ya veía venir el próximo movimiento del noble, contuvo su respiración cerrando los ojos con fuerza. Byakuya la había tomado de la cintura para luego usar shumpo y aparecer en un lugar algo apartado, donde no había nadie, cabe recalcar que habían muchos arboles de cerezo.

–Luego de Embajador de Algas, se te nota la obsesión por el árbol de cerezo, amigo - bromeó.

El Kuchiki la miró seriamente, Akira decidió no decir nada y se dispuso solamente a observar a su alrededor.

Byakuya en todo momento no dejó de observarla, viendo los típicos gestos que hacía ella cuando algo le gustaba. Sabía que el titulo de "Obsesión por el árbol de cerezo" iba más con ella, parecía una niña curiosa. Akira miraba con fascinación el lugar, hasta parecía haberse olvidado de la presencia del noble.

Después de unos segundos de silenció, Byakuya preguntó:

–¿Que está pasando por tu mente? - esa pregunta detuvo la fascinación de Minamoto.

Lo miró algo confundida.

–Que no hay nadie más obsesionado con el cerezo que Byakuya Kuchiki.

Byakuya la miró sin expresión alguna.

–Ok, ok. Te lo diré, pero primero hay que sentarnos.

***

–Dijiste que había otra igual a tu zanpakuto, que pertenecía a tu bisabuelo ¿No es así?

–No, no que yo sepa - puso un dedo en los labios pensando.

–Me lo dijiste hace unos años.

Akira abrió la boca sorprendida, jamás creyó que Byakuya se acordaría de las cosas que ella le había contado, para ser sincera, ni siquiera creía que él la escuchaba. 

–Pensé que lo olvidarías - dijo haciendo una mueca - Ya sabes, cosas sin importancias.

–¿Te estás diciendo que no importas? - cuestionó Byakuya con incredulidad. Akira lo miró e intento hablar, pero Byakuya no la dejó - Importas, a mi me importas. Por eso estoy aquí, si no me importaras dejaría que te rompas la cabeza pensando sola en esto.

Definitivamente eso tomó por sorpresa a Akira, no sabía que decir, se había quedado sin aire y las pocas neuronas que le quedaron murieron al analizar detalladamente cada palabra del noble. Lo miró y este no tenía signos de estar bromeando, ash, claro, es Byakuya Kuchiki, no conoce las bromas, sonaba sincero. Era sincero.

–Em... Gracias por tus palabras y no dejar que me rompiera la cabeza - ¿Es enserio, Akira? se recriminó ante sus estúpidas palabras. Se aclaró la garganta y procedió a hablar nuevamente - Y respondiendo a tu pregunta, sí, había otra igual. Aunque cada zanpakuto en mi familia tenía una habilidad oculta que a medida pasa el tiempo se revela, pero la de mi bisabuelo jamás se supo, o sea, él lo sabía y no se lo dijo a nadie.

–No habrás pensando en que con su zanpakuto él había creado algo que vive oculto y que con la tuya podrás destruirlo - dijo Byakuya.

Los ojos de Akira se abrieron de golpe.

–¡Jesús! ¿Cómo pudiste deducirlo de una manera tan rápida sin tener que casi-romperte la cabeza pensando en eso?

–Akira, nunca piensa con claridad.

–Aish.

 –Y no es algo confirmado, puede ser otra cosa, solo digo mi punto de vista. Ahora dime la tuya.

–Que mi zanpakuto se hartó de que destruya todas las cosas que creo y ahora quiere deshacerse de mí.

Minamoto miró con una sonrisa inocente a Byakuya, pero este mantenía ese rostro tan inexpresivo. Hizo un puchero y se rascó la cabeza, nuevamente habló:

–Había creído que al liberar mi Bankai algo se había creado en mí, cosa que solo yo podía destruir y con mi zanpakuto, ya que, después de liberar mi bankai solía escuchar unas voces que me decía que lo destruyera.

–Especificamente ¿Cómo te lo dijo?

–Deeeshhhtruuuyelooo... Deshhtruuuyeelooo - imitó la voz susurrando.

-Akira cállate.

-¡Eh! ¡Vengase! Me preguntaste específicamente como me lo dijo ¿Eso no fue lo suficientemente especifico?

El Kuchiki gruñó rogando por paciencia.