One-shots ICHIRUKI.

Drácula~29

One-shot~29
"Drácula"

La noche ceniza y tormentosa tronaba en el vacío de las montañas. No sabía en que estaba pensando para hacer tal viane tan temerario...

Los rayos centellaban en el cielo y seguido de ellos las voces del trueno. El viento hizo crugir los árboles y sus ojas más débiles y secas se cayeron, fusionandose a la furia del aire. Rukia se tambaleó y gimió, se arrapentía en absoluto... Debió hacerle caso a Renji de no salir en un día como este. Pero lo hecho ya estaba hecho. Asi que ihnaló para infundirse valor y comenzó un recorrido más firme por los senderos de tierra un tatnto húmeda, en dirección hacia un bello castillo con un brillo carmesí en el, se veía magestuoso e imponente con los rayos callendo detrás de su figura.

Ella amaba los castillos y el estilo de vida que llevaban antes esas personas.

Entonces pareció llegar a una parte en la que se aislaba mágicamente de la lluvia cenicera. Pero si estaba ilumino por la platina luz de la luna. Ella miró su santuario tenporal y notó como un brillo zafiro se alzó en la oscuridad de ese cuadro aislado, un flameante destello de color zafiro que pronto de volvió a un fuego vivo y susurrante de color azul.

Era bellísimo, tanto que la apantallo y no escuchó las poderosas y pesadas pisadas de un caballo, ni siquiera las ruadas de la diligencia que arrastraba consigo. Entonces dándose cuennta de la nueva prescencia ella se avergonzó de tal trance en el que estaba.

El chofer de la diligencia era obvuamente un hombre muy alto pero completamente de negro y encapuchado, su rostro era completamente ocultado por un vacío oscuro simulando una imagen mental de la muerte en la mente de Rukia. Pero aún asi no sentía que fuera amenazante.

"Eh... Buenas noches?" sacó a relucir su cortesía de kuchiki.

Entonces una profunda y susurrante voz fué emitida por el extraño hombre delante de ella.

"Buenas noches señora mía, seguro se pregunta el porque alguien más está aqui fuera en plena lluvia" rukia asintió.

"Mi amo me a mandado por usted para ser llevada a su castillo y descanse en refugio hasta que el clima mejore"

Un extraño hacía eso? Castillo? Amo?

Oh dios no podía rechazar esta oportunidad.

"Oh dios, gracias a dios, en verdad estaba preocupada de que no fuera a resultar ilesa de esta noche, en verdad muchas gracias a usted y su amo" por alguna razón pudo percebir que el hombre cuyo rostro era imposible de ver, sonreia un poco.

El hombre abrió la puerta de la diligencia para que Rukia entrase y ella obedientemente hizo esto y entró. Seguramente mañana reprocharía su imprudencia pero... Valía la pena.

Entonces empezó el viaje hasta el castillo. Ella no tenía ni idea de infierno y cielo que sería.

El fuego se quedó allí, crugiendo y brillando como cientos de zafiros. El destino se había juntado para esto.

.

Rukia miró el castillo gigantesco con incredulidad, ¡Era simplemente hermoso! Entonces como una sombra el conductor se despidió y desapareció junto a su misteriosa prescencia.

Entonces en las puertas de aquél castillo la recibió un hombre.

Y dios.

El hijo de su madre era guapo.

Era un hombre joven y muy alto, delgado y con buen tono muscular a simple vista, ojos profundos en ámbar con pestañas negras y destellantes en naranja, su cabello era un poema de otoño con el singular color que Rukia dudaba que fuera natural. Tenía un ceño fruncido que realmente hacía su mirar más intenso y su piel era lisa, sin imperfecciónes... Bueno tal vez unas pecas... Pelirrojo ejem.

Realmente Rukia no podría apartar la mirada del hombre. Era como si este poseyera un hechizo sobre si, un aura que la hacía sentir protegida pero a la vez tenía una exitante pero desconcertante aura de peligrosidad.

El hombre habló su idioma con fluidez y sin rastro de acento del lugar. En todo momento era respetuoso y mantenía distancia con ella. La llevó a una habitación enorme amueblada bellamente con terciopelo e hilo de oro, era algo ostentoso pero la belleza hacía que no se prestara atención en eso.

Entonces el "Conde" como le había dicho el, sonrió de lado, mostrando blancas perlas y unos insisivos algo más afilados y notorios que el promedio.

Rukia suspiró cuando se quedó sola, se tiró a la suave cama y esta se moldeó cómodamente a su figura, rukia de inmediato sintió cansancio y se quedó dormida.

En las sombra de la noche en la habitación, estaba el "Conde drácula" aunque en realidad se llamaba kurosaki ichigo. Y estaba viendo con amor a la figura de piel blanca y aperlada dormir cómodamente.

"Rukia, tantos siglos, tantos milenios de espera y al fin... Estarás a mi lado..."

Rukia frunció el ceño en sueños, un extraño olor llegó a su nariz y despertó en trance con imagenes de ella en otros tiempos llegaban a su mente. Frente a ella estaba el conde, la miraba intensamente con sus ojos avellana y pronto estos se hicieron de un rubí sangriento y hambriento.

Rukia de inmediato se perdió en él. Ella se acercó y hasta ichigo se quedó sorprendido. Entonces ella ofreció su cuello e Ichigo sin dudar tomó de él.

Tal vez en el fondo eukia habría esperado que fuera una broma.

Entonces su piel palideció más y su aliento se volvió frío, sus ojos brillaron y se encontraron nuevamente.

Desgraciadamente esta vez ella haría de la vida del vampiro un infierno.

Y el trataría de hacer la vida de rukia un cielo.